Empeze a caminar hacia casa. Secaba las lagrimas del llanto que ya habia cesado en mi cara.
Cuando retire la manga de tallarme los ojos vi a mi gato en la copa de un arbol.
-Jacks baja ya!- el gato no me hacia caso el solo maullaba y me miraba- Vamos gato tonto! Oh no
Puedes bajar.... Bien espera hay J.- Al ver que la bola de pelos negra estaba atrapada decidi empezar a subir a ese arbol, no muy alto por suerte.
Cuando puse una mano en una rama algo pegajoso se aderio a mi. Retire la mano y el rastro rojo se deslizo hasta mi pantalon.
-Diablos J, si no bajabas me deberias decir al menos tu cena aun sangraba.- segui subiendo y pose mi mano limpia sobre el lomo de Jacks acariciando cada pequeño pelito
El maullo y se subio a mi regaso en lo que lo abraze contra mi pecho y baje de ese arbol
Volvi a casa y abrí la puerta con el mayor cuidado posible, todos dormían a estas horas y no quería despertar a mi malhumorado padre.
Deje a Jacks en el piso y tome una de las galletas que habían quedado en la pequeña bandeja que llamamos "cena".Entre en mi cama tapándome con las sabanas suaves de color blanco y poniendo la cabeza en la almohada fije mi vista en la cama vacía de mi hermana pequeña.
Recuerdo ese día como si fuera ayer.
Mi madre llorando
Mi padre gritando
El conductor de ese estupido auto rojo intentando hablar con el policial
El policia calmando a mi madre
Los brazos de Josh rodeándonos a mi y a Jacks
Mejillas húmedas
Oscuridad
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Paranormal
Fiction généraleLa vida de Sydney Pawers ya no es igual y va de peor en peor. Sydney no es igual que el resto y ella lo sabe. En su pasado hay cosas que prefiere no contar y tal vez eso la lleven a la autodestrucción.