La alarma suena y el reloj marca las 7:00. Hoy es mi primer día en la universidad.
Luego de adaptarme a mi nueva vida aquí en California, decidí continuar con mis estudios, así que solicité una beca al comité estudiantil de la Universidad de California, ya que no gano lo suficiente para poder pagarla. Por una vez la suerte estuvo de mi parte y me dieron la beca.
Así que hoy es muy importante, porque voy a intentar nadar.
Me doy una ducha rápida, me pongo unos jeans negros ajustados, una camisa suelta blanca y unas botas negras, peino un poco mi cabello negro y me lo dejo suelto. Tomo un desayuno ligero, cojo mi chaqueta gris y salgo de mi pequeña jaula. Al salir del edificio me despido del portero y me regala una dulce sonrisa, pero yo no puedo permitirme devolverle el gesto.
Se llama Pedro, la verdad es que me cae muy bien, aunque no intercambiamos mas de 5 palabras por semana, es la persona mas amable del edificio. A veces pienso que mis "vecinos" ni siquiera saben de mi existencia, o yo soy la única que vive ahí, o simplemente piensan que soy una adolescente rebelde que escapó de casa por sus caprichos. La verdad es que tampoco me importa demasiado, porque ya estoy acostumbrada, las personas nunca me hablan y nuncan se me acercan y yo hago lo mismo. Así siempre ha sido mi vida, no importa donde estuve, donde este o a donde vaya, siempre voy a pasar desapercibida para los demás, como un fantasma que siempre se pierde entre la multitud, pero eso no me afecta en lo absoluto, me gusta estar sola, la verdad, sin que nadie pertube mis pensamientos y mis momentos de tranquilidad. Además no tengo otra opción, no tengo a nadie y si quiero nadar hasta la orilla voy a tener que hacerlo sola.
Cuando llego estaciono el deportivo cerca de la entrada de la facultad. Cuando salgo del auto, inmediatamente noto como todas las miradas se posan sobre mí y estas varían desde asombro hasta odio, pero los ignoro y sigo caminando. La verdad es que jamás me importó si era el centro de atención o una mas en el montón, cuando estas en el océano nada te importa más que seguir respirando, todo lo demás se vuelve absurdo y pierde sentido. Al caminar por los pasillos es lo mismo, hay personas que murmuran entre sí y otras solo me señalan descaradamente y se ríen con sus amigos.
Mi primera clase del día es historia, entro al salón y me siento en la esquina del fondo como solía hacerlo en la escuela. Saco un lápiz y me pongo a hacer garabatos en mi libreta de dibujo mientras espero que empieze la clase. Cuando el profesor llega los del equipo de fútbol (todos traen puesta la chaqueta del equipo) hacen su extraordinaria aparición dejando a todas las chicas del salón babeando y se sientan a un par de asientos de mí. Este lugar se parece tanto a la escuela que me dan ganas de vomitar, están los mismos deportistas presumidos y mujeriegos, las mismas chicas tontas y bobas que se acuestan con ellos, los que son normales y yo.
Todavía me parece sorprendente cuán malagradecidos son todos estos idiotas, chicos que lo tienen todo: casa, comida, familia, dinero... Y solo se preocupan por ir a fiestas y ganar el partido o por estar delgadas hasta la anorexia y parecer prostitutas. Chicos que al tenerlo todo, no luchan por avanzar y ser mejores personas, sino todo lo contrario, luchan por fracasar y ser peores cada día. La verdad es que me cuesta mucho entender como funcionan sus cerebros, supongo que lo tienen al revez y por eso hacen todo lo que no es correcto o lo tienen tan diminuto que se les hace imposible pensar con claridez y cordura. Pero, que más puedo esperar de estos niños consentidos y ricos.
Las 4 primeras horas pasan como el viento, nadie me mira y nadie me habla, unos pocos murmuran y otros se burlan, pero la mayoría me ignora y yo los ignoro. Llego a la cafetería y escojo una mesa en el fondo perfecta para mí, mientras como aprovecho para avanzar un par de tareas. Luego de un rato siento que un par de ojos me observan fijamente, levanto la mirada pero no sospecho de nadie así que sigo con lo mío.
Como ya no tengo más clases, al salir de la cafetería doy un paseo por todo el campus. En el campo de fútbol veo a los idiotas del equipo y a las porristas, están practicando; le echo un vistazo al auditorio; charlo con algunos maestros; recorro los inmensos y largos pasillos; paso por el increible laboratorio de ciencias; me siento un rato en el parque que está detrás de la facultad de negocios y termino en la biblioteca donde escojo un libro que me llama la atención, titulado "Aprende a Sanar tus Heridas". Pasan unos treinta minutos cuando siento de nuevo esos intensos ojos que me observaban en la cafetería, pero otra vez no hay nadie. Seguro estoy tan cansada que me estoy imaginando cosas.
Como ya se está haciendo tarde para ir al trabajo, le digo a la bibliotecaria que me llevo el libro y me voy. Llego a mi casa, saludo al conserje y me pongo mi uniforme de trabajo, creo que a partir de hoy esa será mi nueva rutina. A las 6:45 salgo de casa y llego a tiempo para comenzar a trabajar. Decidí tomar el turno de noche porque ahora estoy en la universidad y los horarios chocaban, se que será difícil pero tengo que hacerlo. Quince minutos antes de terminar mi turno vuelvo a sentir esos intensos ojos que me acechaban en la cafetería y la biblioteca, ya me estoy asustando. Alguien me está siguiendo y no tengo a nadie ni nada para protegerme. Atiendo a los dos últimos clientes deprisa y salgo lo mas rapido posible.
Llego sin inconvenientes a casa pero aun así no puedo evitar sentirme preocupada y descubierta. No puede ser que este volviendo la tormenta, no, después de todo lo que me esforcé por calmarla. Estaba empezando a sentir que podría avanzar aquí, que finalmente podría vivir tranquila y en paz, pero no, que estupido de mi parte fue pensar eso cuando tengo muy claro lo que es mi infierno y mi cruel e irreparable destino. Son las 11:00. Me doy una larga ducha de agua tibia para intentar despejar mi mente un poco, me pongo una pijama y me tumbo en mi cama. Estoy tan cansada que podría dormir tres días seguidos y eso que es solo el primer día, no me imagino lo que me espera.
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N/a¡Hey!
Aquí les va un nuevo capitulo, espero que les guste.
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¡Adios!
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Trata De respirar
Teen FictionElena es una chica de 19 años que ha sufrido demasiado en el pasado y se podría decir que jamás ha sido feliz. Cuando tiene la oportunidad, se escapa y emprende un nuevo camino hacia una nueva vida en la que cree que podrá avanzar y ser feliz, pero...