La campana del almuerzo sonó y guardé mis libros y cuadernos en mi bolso. Rápidamente salí del aula y caminé por el pasillo con la cabeza agachada hasta llegar a la cafetería. Las pocas miradas y murmullos sobre mí que habían al principio ya habían cesado y por fin era transparente para los demás. Cuando entré en la cafetería busque mi mesa de siempre en el fondo y saque mis cuadernos para adelantar las tareas y así tener tiempo para dormir antes de ir al trabajo. Mientras acababa la ultima tarea sentí como la sombra de algo o alguien obstruía la luz, levanté la mirada y me sorprendí mucho y al mismo tiempo me sentí fastidiada e irritada al notar que quien estaba frente a mi era nada mas y nada menos que el idiota que se presentó hace ya una semana en mi apartamento.
Él me sonrió, seguro porque pensaba que yo estaba feliz de que estuviera aqui, pero no, es todo lo contrario. Lo miré fijamente unos segundos y luego bajé la mirada hacia mis cuadernos y mis libros ignorándolo completamente. Oí como tomó una larga respiración y luego se sentó frente a mí. Hay no.
—Vete —Le espeté sin despegar la vista de mi cuaderno. No entiendo que hace el aquí. Creo que le dejé bien en claro que no lo quería volver a ver.
Él se rió suavemente y de reojo vi como revoleaba los ojos —Ya Elena, no finjas que no te gusta mi compañía —Sonrió arrogantemente y ahora si lo miré.
Solté el lapiz y puse mis codos sobre la mesa. Mis ojos recorrieron la cafetería y vi como algunos susurraban y se reían señalandonos descaradamente y algunas de las chicas mas superficiales y plasticas de la universidad nos miraban con odio y envidia, seguro porque estaban viendo que su galan rompecorazones se había interesado en tan 'poca' cosa como yo o porque creían que yo estaba super enamorada de el y lo quería para mí.
Esto va a traer problemas. Y yo que solo quiero que se aleje.
Volví mi mirada a la de el ignorando a las pequeñas zorras y los chismosos y carraspeé —¿Axel? ¿Cierto? Si... bueno, escucha. No me agrada para nada tu compañía ni la de nadie, he sido muy... —Corte la oración de repente.
—¿Muy que? —Dijo el en tono burlón. Cerré los ojos con fuerza y tragué el nudo que de repente se me había hecho en la garganta. Me dolía que jamás había podido decir esa oración completa pero mas me destrozaba el saber que jamás la podré terminar.
—He estado muy... —Las palabras se fueron por el desague otra vez —He sobrevivivido bastante bien durante estos ultimos años SOLA y creo que puedo seguir así por mucho tiempo más, llegué a este mundo sola y me iré de el sola, así que ¿Por qué no puedo vivir mi vida sola?, creo que estoy bien así, no te llenes la cabeza de tonterías ni ilusiones porque no, no me gusta estar cerca de tí, ni de nadie, porfavor vete, te lo pido.
Eso sonó mejor.
El se quedo unos minutos serio, analizando cada centímetro mi rostro en busca de algo que dijera que estaba mintiendo, pero mi expresión era totalmente neutra. Entrecerró sus ojos y se elevaron un poco las comisuras de sus labios —Pues yo creo que puedo cambiar eso —Dijo de forma arrogante. Yo bufé y negué con la cabeza.
—Eres increíble.
Su sonrisa se hizo más grande y se recostó en el espaldar de la silla —Lo sé —Yo abrí mucho los ojos dándome cuenta de que eso no había sonado como yo quería y bajé la mirada de vuelta a mis cuadernos avergonzada. El solo se rió e inclinó su cuerpo hacia mi —Que adorable eres —Dijo sin despegar su penetrante mirada de mí. Yo fruncí el ceño ante su estupido comentario.
—No soy adorable —Dije casi en un susurro.
—Oh, entonces eres una chica ruda —Lo miré y me encogí de hombros.
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Trata De respirar
Teen FictionElena es una chica de 19 años que ha sufrido demasiado en el pasado y se podría decir que jamás ha sido feliz. Cuando tiene la oportunidad, se escapa y emprende un nuevo camino hacia una nueva vida en la que cree que podrá avanzar y ser feliz, pero...