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¡oh, claro! Lo siento—me bajo, mi subconsciente decía que corriera pero ¿qué sabía él? tuvo un ataque de pánico eso es todo—


—  Gracias por traerme.


—  No fue nada—se frotó la nuca con la palma de su mano derecha—

—  Fue muy interesante saber más sobre usted, señor Malik—Bromee—


—  Oh, señorita Jacometti. Su vida no se queda atrás—me siguió el juego. Hizo una sonrisa de lado que hace que casi muera—


—  Tengo que entrar, mi tía debe de estarse jalando el pelo de los nervios.


—  Si, mejor entra antes de que se quede calva—reí—


—  Claro.. Adiós Zayn—sonreí, para darme media vuelta y caminar hacia la puerta, la abrí—


—  ¡Espera!—volteé y Zayn corría hacia mí—Solo.. quería..—se frotó la nuca de nuevo, parecía que era un tic nervioso—quería desearte  buenas noches—me sonrió, lo miré tierna—


—  Gracias, Zayn. Buenas noches para ti también—le sonreí, me sonrió y su rostro se acercó al mio. Mi yo interna estaba como "¡Oh, Dios! Zayn si no te alejas moriré" "No puedo con tanto.. tú", cerré los ojos y lo próximo que sentí fue que puso su mano en mejilla derecha y un pequeño y sonoro beso en mi mejilla izquierda.

Abrí los ojos y el se alejaba de mí, me sonrió y se dió media vuelta yendo a su moto. Montarla, encenderla y arrancar a la usual velocidad que iba. Dejando una ___________ roja de sonrojo y una boba sonrisa.—

—  ¿Corazón?—escuché desde dentro de la casa—


—  Si, soy yo tía—entré y cerré la puerta, para caminar a la sala en donde se encontraba ella leyendo un libro—


—  ¿Qué horas son estas de llegar? ¿y sin mi permiso?—me miró severa—


—  No te enojes—la miré inocente—


—  Bueno, estaba preocupada ¿con quién andabas?


—  Andaba con Zayn ¿De acuerdo?


—  Ah, así que ese muchachito otra vez—me miró sobre sus gafas—


—  Tía, por favor. Pensé que dirías algo como "Zayn, el muchachito que me salvó y mandará a tu padre a la cárcel" o algo por el estilo.


—  Haya lo que haya hecho, sigue siendo un adolescente.. y creeme que los adolescentes a esa edad andan de calientes y con--


—  ¡TÍA!—la interrumpí—


—  ¿Qué? Es la verdad, o a poco no—me miró incrédula—


—  Si pero.. ¡ya hemos tenido esa plática! ¡Por favor, no me hagas sufrir de nuevo!


—  Bien, ya. No exageres—volvió a su lectura—


—  No lo hago, es la verdad—rodeé los ojos—


—  No me ruedes los ojos—dijo seria—


—  ¿Cómo lo--—me interrumpí a mi misma—


—  Te conosco al derecho y al revez—me miró y sonrió—


—  Bueno ya—caminé hacia ella y me senté a su lado—¿Qué era lo que me ibas a decir regresando de la prepa?


—  Pensé que lo habías olvidado—suspiró, dejando su libro a un lado, me miró—


—  Comienza—sonreí—


—  Tu padre..—comenzó—él dijo que venía por algo que por derecho "le pertenecía"—hizo comillas con los dedos y rodó los ojos, yo asentí—Bueno, la verdad es que no le pertenece por derecho a él.. si no, a tí—fruncí el ceño—


—  ¿Cómo que me pertenece algo? ¿Qué es?


—  Tu madre.. mi hermana, tenía una pequeña empresa de diseño de ropa. Ganaba muy bien, luego conoció a tu padre y se descuidó un poco. Pero el negocio seguía ahi, era un negocio muy bueno. Tu padre no hacía gran cosa, mas bien no hacia nada—suspiró—es y era un bueno para nada en aquel entonces—rió un poco—y bueno, al morir ella, esa pequeña empresa al no tener a alguien que la pudiera
mantener, desapareció.


—  ¿Y mi papá quería la empresa?—no entendía—


—  No. El quería el dinero que había dejado esa empresa—me miró—


—  Osea que ese dinero me pertenece.. ¿a-- a mí?


—  Todo ese dinero es tuyo—la miré incrédula—


—  ¿Enserio? ¿y porqué no sabía nada sobre eso?


  Por que la herencia será tuya por derecho cuando cumplas 18, está en el testamento.


—  Wow.. no lo creo.


—  Creelo—pusó una mano en mi rodilla—


—  Creo.. creo que tengo que meditar un poco las cosas—la miré—


—  Claro, ¿querrás de cenar algo?


—  No, gracias—hice una mueca—que pases buenas noches—me paré y caminé hacia las escaleras—


—  Y tu cariño—escuché mientras las subía—

Llegué a mi cuarto y lo que hice fué entrar al baño, despojarme de mi ropa y entrar a la ducha. Necesitaba relajarme y esto estaba funcionando. Enjabonaba mi cuerpo y lavaba mi cabello, era muy relajante. Al terminar envolví mi cuerpo en una toalla, salí y me lavé los dientes.

Al recojer mi ropa para ponerla en el cesto de la ropa sucia, mi camisa de cuadros olía a él. Olía a su perfecto y varonil aroma—ya deja de pensar en él, tienes otras cosas mas importantes que pensar—me regañó mi subconsciente, lo olí un poco mas y lo dejé en la ropa sucia.

Al salir a mi cuarto me puse un pequeño short azul cielo y una blusa morada con mangas. Me aventé a la cama, estaba exhausta. Lo único que quería era dormir. Cerré los ojos y al momento me quedé dormida.

My bad boy - ZAYNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora