El sol se ocultaba tras unas montañas, los últimos rayos de sol de aquel día, más que anaranjados se tornaban rojizos y la distancia mínima entre los picos de aquellas montañas crearon una línea de luz que cruzaba el desierto de las afueras de Dubai.
Maiko vio por la ventana del helicóptero aquella línea rojiza y le resultó interesante su similitud con una herida, o un corte sangrando, Maiko se imaginó que la Tierra estaba herida y sangraba, pero poco le duró tal ensoñación, ya que pensó que nuestro mundo no sangra, al menos no así.
El grito de la jefa de escuadrón Olenka la volvió a traer al mundo real y miró en dirección al asiento del piloto donde ella se encontraba.
-Bien muchachos, somos uno de los últimos escuadrones en llegar, la ciudad de Dubai ya esta medio desalojadada.Aún así el terremoto ha sido de magnitud 6, es la primera vez que hay un terremoto así en la zona y seguramente haya réplicas durante las siguientes horas. Lola os explicará la situación más detalladamente- Ordenó Olenka a Lola que prosiguiera con su distintivo acento ruso.
Olenka era una mujer fuerte y atlética, con el pelo rubio oscuro pero parcialmente rapado y unos ojos verdes casi negros, procedía del ejercito de Rusia pero se labró un nombre rápidamente en los cascos azules.
Lola era de las afueras de Buenos Aires, en Argentina. Su pelo era de un negro muy oscuro, y es de la piel mas morena de todo el grupo y sus ojos de café con leche. Lola era una mujer fuerte, pero con unas curvas bien marcadas.
Maiko en cambio nació en un lugar muy diferente, en Kioto, Japón. Sus ojos rasgados y azules evidenciaban que era de Asia, su pelo en estos momentos era morado, pero no tardaría mucho en volver a tintárselo pues se cansaba rapido.Su fisico era muy delgado, y aunque no era muy fuerte había demostrado ser la más ágil y a de más de la más pequeña del grupo.
-Y explicalo despacito para que el nuevo se entere- Dijo riendose André a la izquierda de Lola.
André era Francés, famoso por su romanticismo y si caballerosidad, o eso decía él. Tenía una pequeña melena negra y la típica pelusa de estar un par de días sin afeitarse.Él mismo decía que sus ojos azules eran los causantes de que las mujeres quedarán encandiladas por él. No tenia un gran cuerpo de deportista incluso después de haber pasado por las pruebas para el ejercito francés ya hace años, era mas bien delgado.
-Seguramente me entere mejor que tu, franchute de los...-Le respondió Bruce desde la izquierda de Maiko.
Bruce llevaba una expresión colérica todo el viaje.
-Eh cowboy, intente no insultar a mis chicos ¿quiere?-Le mandó callar la jefa desde delante sin siquiera girarse.
A la jefa le molestan mucho los insultos, pensó Maiko.
El nuevo, Bruce, era de los Estados Unidos, era rubio y con ojo grises claros, y una complexión propia del Capitán América.
-Mira novato, lo único que tienes que saber es que aquí no disparamos, las armas que llevamos son más bien...teatrales. Somos los Cascos Azules, un ejército de salvación y ayuda, no de asalto- Dijo Rubén desde el asiento del copiloto del helicóptero.
Rubén, el ultimo de este grupo, de origen español, pelo moreno recogido en una pequeña coleta la cual siempre le molestaba para apoyar la cabeza al sentarse, ojos marrones claros y una perilla como único bello en la cara a parte de las cejas.
-Es verdad, ¿ el ejercito de mi país dispara primero y pregunta después no?- Respondió cabreado Bruce.
-Amigo, el ejercito de tu país dispara primero, luego apunta y luego pregunta- Añadió riendo André.