Dark Temptation
Capítulo 8
Disclaimer: Resident Evil ni sus personajes me pertenecen.
Recomendaciones musicales:
Cometas por el cielo de La Oreja de Van Gogh
Muñeca de trapo de La Oreja de Van Gogh
Dedicatoria: A Suzukimademoiselle que se ha animado a escribir una historia Weskerfield. También a Big fan of Optimus Prime y a Miss Nothing7... Bueno y a todos los lectores en general.
....
Mansión
Como cada día, la pelirroja empezó su rutina matutina con una ducha refrescante. Se había enamorado de ese jabón de nueces de macadamia. Le dejaba el pelo sedoso y se lo podía dejar suelto sin problemas. Se lo secó, tomándose su tiempo necesario. Llevaba la toalla blanca envuelta por su torso y muslos. Se giró para ver donde había dejado la ropa, pero no la encontró.
¡Se la había dejado en la habitación! Salió del baño en busca de las prendas que se había preparado para hoy. Estaban encima de la cama, cuidadosamente dobladas como las había dejado unos minutos atrás.
La puerta de la habitación se abrió y entró el hombre rubio. Este se paró al ver que la chica acababa de salir de la ducha. Ella se giró y aumentó el agarre en la toalla blanca. Notaba como se sonrojaba. ¡Eso le pasaba por ser tan descuidada!
-Debí llamar, disculpa.- Por suerte el tirano se retiró fuera de la estancia.
En realidad él disfrutaba viéndola sin poca cobertura. Se disculpó para quedar bien, pero se hubiese quedado allí. Salió un momento al pasillo para esperar a que la mujer se pudiese cambiar con tranquilidad.
Esas piernas, su tez blanca y pura... No podía borrar esa imagen de su cabeza. Cada vez estaba menos paciente, debía estrechar lazos con ella lo más rápido posible. Este día era perfecto para dar una vuelta por la isla. Le enseñaría las cuevas con la laguna interior, parecidas a la famosa laguna Dudu de la república Dominicana. También le mostraría las playas de arena blanca y la naturaleza de todo el territorio. Quedaría fascinada, y era quedarse corto.
La chica le dio permiso para entrar. Se la encontró atándose el pelo en una coleta, mirándose al tocador. Él se puso detrás de ella mientras se acomodaba el pelo.
-Déjatelo suelto.- Ella se giró con la goma en la boca.-Te queda mejor.
Ella se soltó su melena roja y guardó la liga en uno de los cajones, confiando en su opinión. Se pasó el peine rápidamente y se giró. No lo hizo para él, o eso quería pensar ella. Iba vestida con una camisa holgada de manga corta de color azul marino. Llevaba leggins negros largos en sus piernas. Su figura no destacaba, pero él sabía que debajo de esa prenda había un cuerpo de diosa. Su estómago rugió, aún no había almorzado.
-Ven, te llevaré a la cocina y te preparas algo. No tengo tiempo para cocinarte algo.
La chica abrió los ojos con sorpresa mientras salían de la habitación. Toda esa comida que había ingerido esos días era resultado de las dotes culinarias del rubio. No podía creerlo, no pensaba que era el tipo de hombre que se le daba bien cocinar.
-¿Toda mi comida me la has hecho tú?
Él asintió y le abrió una puerta doble de roble que estaba en el mismo pabellón que la habitación y el despacho. Le cedió el paso y las vistas la cautivaron.

ESTÁS LEYENDO
Dark Temptation
RomanceDespués de pensarlo mil veces, la pelirroja finalmente se animó a preguntar sobre una duda que le había carcomido las entrañas por años: "¿Por qué me llamas Dearheart?" Él sonrió, no sabía si con sarcasmo o espontaneidad, simplemente como siempre l...