Sonatas a Medianoche

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Dark Temptation

Capítulo 9

Disclaimer: Resident evil ni sus personajes me pertenecen. Solo la trama enrevesada.

Recomendaciones musicales:

Moonlight Sonata de Beethoven.

Lacrimosa de Mozart, la adaptación de Liszt en piano.

¡Empecemos!

....

Mansión

Ella no podía dormir, eran casi las tres de la mañana y seguía despierta. Estaba teniendo otra racha de insomnio y eso la ponía de mal humor. De seguro que era provocada por pensar demasiado, no podía parar de reflexionar las palabras del hombre. Nada parecía tener sentido ni encajar. No sabía ni que pensar. ¿Porque tenía que ser tan bipolar? ¿No podía ser normal y tranquilo? Primero la trataba mal, después muy bien y después la tira en medio de un lago y parece volver a tratarla... mal no, distinto.

¿No podía simplemente decirle porque estaba allí? Decía que no era nada malo. Además, si fuera por matarla, ya lo hubiera hecho de primera instancia. Experimentar con un virus era poco probable también, le parecería extraño. Pero...

Cerró los ojos, intentando conciliar el sueño por quinta o sexta vez, ya no lo recordaba. Esperaba que sus pesadillas no la volvieran a despertar. Lo estaba consiguiendo. Con cada segundo que pasaba se notaba más dormida. Se acomodó bien y se abrazó a la almohada. Entró en trance, dejó la mente en blanco y bostezó.

Estaba dormida, o eso creía, cuando empezó a escuchar un piano. Claire vaciló.

-¿Un piano?- Se preguntó su voz interna.

Después descubrió que en realidad no estaba durmiendo, sino que Wesker había empezado a tocar el piano, seguramente el de la biblioteca. Se sentó en la cama, enfurecida. ¿No podía descansar en paz? Necesitaba un sitio donde no pensar y poder dormir. Ajeno a las preocupaciones y cambios de comportamiento del rubio.

-¡Oh, venga ya!- Se quejó.

No es que odiara el piano, pero ¿Qué ser normal empezaba a tocar el piano a las tres de la madrugada? La respuesta era: nadie.

No iba a quedarse cruzada de brazos mientras no podía dormir, iba a decirle cuatro cosas. Había reunido el coraje suficiente para decirle que la dejara dormir. Se levantó con unos pasos seguros y fue por el pasillo. Agradecía profundamente que la puerta de su habitación estuviera abierta.

Mientras se dirigía al estudio repasaba su discurso mental. Vio que la puerta estaba entreabierta, dudó un momento en entrar. La sonata Claro de Luna se oía más fuerte. Extrañaba tocar el piano también y su casa. Y los echaba de menos todo, su vida anterior, las tardes, barbacoas con los Burton, los cafés con Leon, las noches con Piers, la sonrisa de su hermano. Rezaba cada noche para que estuviera bien y no herido o peor, lo mismo para los otros.

Entró lentamente y nadie le dijo nada. Ella decidió pasar ya que no escuchó refunfuñar al tirano. Se quedó cerca de la puerta, no quería cabrearlo tampoco. Ya había pasado su límite de paciencia cuando ella se puso a la defensiva antes de ir a dormir. Pensar tanto la estaba volviendo loca y paranoica.

De pronto, el coraje y la valentía se esfumaron y no sabía qué decir. Tenía muchos dilemas internos, tantos buenos y malos momentos con el hombre. No sabía en qué bando clasificarlo, malo o bueno.

-¿Qué sucede? ¿Quieres que te lea un cuento antes de dormir, dearheart?-Se mofó el hombre sin dejar de tocar el piano.

Claire se cruzó de brazos. Ya empezaba otra vez con sus bromas pesadas, aunque en el fondo la hacía reír. Hizo un esfuerzo para poner cara seria, pero en realidad no era necesario fingir. Lo hacía para mantener su muralla, una fortaleza mental. No quería encariñarse con él. Suficiente daño había hecho a su familia y al mundo.

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