Un Peligro Para La Tierra Media

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Narra Glorfindel:

Habían pasado dos horas desde que Eyre había ido a buscar un lugar para poder pasar la noche y no ser vistos por cualquier sirviente de Sauron, aunque ya era demasiado tiempo y me empecé a preocupar y creo que la preocupación se las transmití a los Hobbits puesto que me hacían demasiadas preguntas que yo ni siquiera sabía la respuesta.

-¿Qué te preocupa?- cuestionó Merry

-Nada sólo me encuentro pensando-

-¿Dónde estará Eyre?- preguntó Sam observando el camino que había tomado ella

-Debe de estar buscando aún la cueva-

Lo dudo

-¿Se encontrará bien?- preguntó Pippin

Hacen demasiadas preguntas creía que me iba a dar algo

-Te aseguro que se encuentra perfectamente- hablé rápido pero se notó una pizca de nerviosismo en mi voz

No es que no me fiara de las habilidades de Eyre, no, si no que era por su terquedad y su estúpido instinto eso es a lo que más le temía en esos momentos. Su instinto hizo que tiempo atrás hubiesen demasiados problemas y en ese momento solo pasó por mi mente que eso sería lo primero que usaría contra cualquier ataque. Ella aún no tenía controladas sus habilidades. Eso también me preocupaba.

Narra Eyre:

Un dolor agudo se propagaba por mi cabeza y varias partes de mi cuerpo sin contar que sentía un líquido tibio recorrer mi sien y parte del brazo derecho. Abrí mis ojos lentamente, todo lo observaba borroso y escuchaba todo lejos pero poco a poco mi visión y audición se iban a aclarando revelándome que me encontraba en una celda que no era ni elfica, enana y bueno de ninguna donde no haya estado antes, ésta era más oscura y apestaba a millones de cosas indescriptibles, sólo había una ventanilla con rejas, y se encontraba completamente vacía ni siquiera paja o una tabla colgada de la pared que podría usar como cama.
Me levanté lentamente para que mis heridas no se notaran tanto.

Se escucharon gritos extraños y ruidos metálicos, mi curiosidad me ganó y me acerqué a la ventanilla no sin antes ser detenida por la cadena en mis manos, aunque con las pocas fuerzas que tenía logré llegar a mi destino y pude apreciar el arma de Sauron.

El Caely se encontraba siendo llevada a una especie de cañón y eso no era de gran ayuda aunque tenía por seguro que no era nada bueno.

-¿Te gusta la vista querida?- escuché una voz detrás de mí

-Es encantadora "querido"- dije con sarcasmo resaltando la palabra "querido"

-Es una pena de modo que en ningún lugar verás algo así de hermoso- se acercó a mí dejando solo el espacio de los barrotes nos separaba

-Éstas ciego al ver todo esto como algo hermoso. Tienes en cuenta que el acabara contigo al terminar de utilizarte al igual que a ti, serpiente- señalé al otro hombre que acompañaba a Saruman

-Como sea. He venido a visitarte visto que tienes grandes habilidades y Él me ha mandado a quitartelas- sonrió

-Mis habilidades son como mis instintos, son imposibles de arrebatar-

-Dudalo querida-

Me tomó por el cuello y me atrajo más a él, puso una mano en mi pecho donde se encuentra mi corazón mientras el recitaba un conjuro. Mi vista se nublaba y de un momento a otro me soltó haciendo que cayera directamente al suelo.

-¿Cómo crees que seré tan estúpido en quitarte tus habilidades? Sauron te necesita eres la clave de todo su plan- sonrió sinicamente

-Yo ni muerta ayudaría a Sauron el lo único que necesita es la perdición- hablé tratando de recuperarme

-Digas lo que digas ayudarás a Sauron-

Los dos hombres bajaron dejándome sola. En se momento me di cuenta que tal vez no volvería a ver a mis amigos no siendo la misma.
Los hobbits y Glorfindel me estaban esperando y era mejor avisarles aunque no sabía como.

Narra Glorfidel:

Ya estaba amaneciendo y Eyre no aparecía, ya el miedo se apoderaba de mi cuerpo. Los hobbits se habían dormido horas atrás contando a Gollum, yo no podía conciliar el sueño a causa de la preocupación.
El sonido de un aleteo hizo que saliera de mis pensamientos, giré mi cabeza y vi a un pájaro que se acercaba a mí jamás pensé que cerca de Mordor hubiesen pájaros o algo por el estilo y un pensamiento se hizo presente en mi mente.
Por más raro que suene el pájaro canto y le entendí lo que me decía, un mensaje de Eyre pidiendo que llevará a los Hobbits y a Gollum a Minas Tirith donde pudiéramos pedir ayuda al hermano de Boromir.

-Hobbits despierten es hora de irnos- dije levantándome del piso

-¿Dónde ésta Eyre?- cuestiono Frodo

-Ella llegará a Gondor y es mejor que partamos para llegar al amanecer- hablé sin titubear

Los cuatro hobbits y Gollum sin rechistar hicieron caso omiso a mis palabras y nos encaminamos a Minas Tirith donde, espero, estan los demás.

Narra Aragorn: (se que lo esperaban)

Gandalf se había adelantado días atrás para venir a Gondor y hablar con Denethor de modo que tenía la custodia de Minas Tirith en mi ausencia.
Por fin llegamos la entrada de la , Boromir, Legolas y Gimli pasaron primero que yo hasta que los guardias me detuvieron.

-¿A qué se debe esto?- cuestionó Boromir

-Mil disculpas mi señor Boromir pero su padre ha dado la orden de apresar a este hombre- habló el guardia

-El viene con nosotros y...- Boromir fue interrumpido por un hombre de edad muy avanzada que bajaba una gradas acompañado de Gandalf

-¿Aq que se debe todo esto padre?- preguntó nuevamente Boromir

Todos esperaban la excusa de aquel hombre, cuyo nombre aún desconocía y sabía que esta acusación no sería de nuestro agrado.

Cuatro Hobbits y Un VampiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora