Narrador omnipresente:
Al ser emboscados por la criatura Gollum los dejo aturdidos y en especial a Frodo ya que este pequeño Hobbit le sirvió como su colchón de aterrizaje y si no fuese por Sam ambos habrían caído por las escaleras. Sam agarró de la capa a su amigo haciendo que este evitara una gran y dolorosa caída pero para la mala suerte del Hobbit rubio su acción no dio los frutos que esperaba puesto que pensó que Gollum caería por el risco y así seguir con la misión y terminarla de una vez por todas.Gollum forcejeaba con Frodo y ninguno de los dos parecía querer detenerse, Sam por su parte no sabia que hacer observaba a ambos como si fuese alguna especia de lucha libre pero no sabia quien de los dos ganaría.
-¡San haz algo!- gritó el pelinegro tratando de zafarse del agarre del contrarioEn ese momento el otro Hobbit reaccionó desvainando su espada tratando de llamar la atención de Gollum, lo logró cuando se acerco y le hirió la espalda haciendo que este chillara de dolor dejando de lado a Frodo para dar un brinco y atacar a Sam, esa vez si había funcionado.
-¡Frodo! ¡corre!
-¡No Sam!
-¡Sigue!
Y con aquello el pequeño rubio empujó a Gollum aunque este agarró a Sam llevándolo consigo por la gran caída del risco. Frodo por su parte no pudo reaccionar al instante sin creerse lo que había pasado con su mejor amigo, lentamente se acercó a la orilla sin querer ver realmente lo que sucedió segundos atrás.
...
Legolas por su parte iba junto a Glorfindel directamente a la torre de Mordor donde suponían que se encontraba Eyre encarcelada. Habían dejado a los demás con la esperanza de que hubiesen podido llevar a cabo el plan para liberar a Aragorn y así liderar la batalla que se desataría frente a las grandes puertas de Mordor. Toda aquella lucha era inminente y esperaban que liberaran rápido a Aragorn.
-¿Dónde fue la última vez que viste a Eyre?- cuestionó Legolas mientras caminaba detrás de Glorfindel
-En la entrada y es obvio que la llevaron a la torre- el elfo señaló el lugar haciendo que el contario tragara duro
-Tendremos que idear un estrategia para entrar- habló Glorfindel pensativo, y mientras avanzaban hacia la torre ambos pensaban en un plan que pudiese funcionar y también el plan requería ser sigilosos ya que no querían que algún orco los descubriese
Cuando llegaron a la torre pudieron observar que el lugar era custodiado por un grupo de orcos, no eran muchos pero lo suficientemente preparados para atacar a cualquiera que quisiese entrar a esa torre. Los dos elfos se escondieron detrás de unas rocas para evitar ser vistos aunque su olor no haya pasado desapercibido para los orcos, Legolas le indicó con un gesto al contrario que debía salir de ahí y comenzar a atacar a los oros mientras él corría dentro de la torre. Básicamente Glorfindel sería la distracción mientras que el otro elfo buscaba a Eyre.Así lo hicieron, Glorfindel saltó las rocas para comenzar la distracción y funcionó un por algunos minutos eso fue suficiente para que Legolas pudiese entrar, no fue tan sencillo mató a algunos orcos pero a fin de cuentas entró. Por unos segundos se sintió mal por haber dejado al otro elfo afuera pero lo importante en esos momentos era encontrar a su amiga, ya luego se encargaría de los orcos de la puerta.
La torre estaba casi a oscuras salvo por algunas antorchas que iluminaban el pasillo, Legolas agarró una para poder ver hacia donde se dirigía. Pasó el pasillo caminando con mucho sigilo pero eso no quitaba el hecho que estuviese preparado para atacar en cualquier momento, al llegar a unas escaleras el eco de algo cayendo al suelo llegó a sus oídos haciendo que desvainara nuevamente su espada, se quedó unos segundos esperando lo que lo fuese a atacar pero no llegó. Siguió su camino.
Al terminar de subir las escaleras se dio cuenta que se encontraba en un tipo de salón y que en las paredes habían varios espejos, le pareció extraño todo aquello y mucho más al no encontrar otros pasillo además del de la entrada. De pronto su antorcha se apagó. Nuevamente escuchó el eco de un golpe pero esa vez él fue quien salió golpeado. Aturdido por lo que acababa de suceder se levantó recibiendo otro golpe en su espalda haciendo que volviese a caer, algo no andaba bien y aparte de ser atacado por un tipo de sombra él tenía una sensación de cansancio lo que hacía que no estuviese en sus cinco sentidos. Aquel ente no se mostró en ningún momento de la pelea y aunque lo hubiese hecho Legolas no era capaz de ver por la falta de luz, fue utilizado como un saco de boxeo y aquella persona no paró de golpearlo y lanzarlo contra los espejos hasta que una tercer persona entró al salón haciendo que se detuviera. Con la poca fuerza que le quedaba al elfo se giró mirando a la persona que había entrado segundos antes.
-Veo que ya no te queda nada, elfo
-¿Eso crees Saruman?- jadeo Legolas para luego escupir la sangre que tenía en la boca y el viejo mago sonrió mostrando sus podridos dientes
-No lo creo, lo sé- se acercó al pelilargo y jaló sus cabellos para que levantara la mirada –Están acabados, príncipe elfo, es el fin de la Tierra Media y tu estarás en primera fila
-Este no es el fin, solo el suyo- trató de zafarse del agarre del mago sim éxito –Frodo irá al monte a destruir el anillo y todo va a terminar
-Ha funcionado
-¿De qué habla?
Saruman soltó el cabello del elfo estampando su cara contra el suelo, caminó hasta donde estaba la otra persona y le quito la capa revelando su identidad. Legolas cortó su respiración al ver a esa persona, la horrible risa de Saruman hizo que le dieran escalofríos.
-Ella es el centro de todo este plan
-¿Eyre?
-Desde un principio todo fue mentira, el anillo no tiene ningún poder en especial solo hace invisible al portador pero no tiene valor- Legolas se levantó furioso para atacar al mago pero fue detenido por Eyre quien lo sujetó con una fuerza impresionante haciéndolo caer de nuevo –No hagas ningún esfuerzo, elfo, ella sin tocarte puede destruirte no sería lo mejor hacerla enojar. Ella es capaz de portar el gran poder del Caely sin ser dañada, era parte de la profecía querido principie, Sauron la quiera desde la misión de Erebor pero su cuerpo no estaba totalmente preparado para tener el Caely y ahora ella misma se entrega sola llevando a la perdición a la toda la Tierra Media
-¡Eres un maldito!- exclamó Legolas desde el suelo ganándose un golpe por parte de su amiga
-Ya no hay nada que hacer, Legolas Hoja Verde, ahora solo es cuestión de tiempo para el acto final- volvió a sonreír mientras comenzaba a irse
Legolas quiso levantarse pero lo siguiente que vio solo oscuridad a su alrededor.
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Cuatro Hobbits y Un Vampiro
FantasySegunda parte de: Enanos en compañía de un vampiro. Historia anteriormente llamada: Enanos, Mago, Hobbit y Vampiro Eyre vuelve a la vida de aventura junto con la Comunidad del Anillo. Hará cualquier cosa para ayudarlos a llevar el anillo a Mordor y...