Capítulo 8 Caída
El cambio de gravedad fue extraño. El Portal de Central Park era un pequeño lago, mientras que el Portal del Colegio era un espejo rectangular colgado en una pared. Así que cuando Nathan se tiró al "agua" cayó en vertical, y así salió en el otro Portal, disparado como un torpedo hasta que cayó al suelo de culo. A Anna le había pasado lo mismo. Jennifer era la única que parecía haber caído de pie, seguramente estaría acostumbrada.
- ¿Estamos en un... Baño?- preguntó Nathan expresión dolorida mientras se levantaba.
El Portal era un gran espejo rectangular que colgaba por encima de los lavabos. Detrás había varias cabinas con puertas cerradas.
- Antes lo era, pero cuando se descubrió que ésto era un Portal, se reservó su utilización tan solo para viajes y perdió su función de... Bueno, de baño- contestó Jennifer.
- ¿Se descubrió?, ¿no tenéis constancia de todos los portales del Colegio?- preguntó Anna.
- En realidad, no. Si bien hay Portales que los crea el Director como el del restaurante chino, hay otros que por la razón que sea se crean solos, como éste.
Los tres ya andaban por el pasillo, y Nathan se imaginó que Jennifer les conducía como siempre al despacho de Hadras para contarle lo ocurrido.
- ¿Cuántos Portales hay en Nueva York?- preguntó.
- Si te refieres Portales que dirijan al Colegio, están solo estos dos. También necesitamos Portales para otras ciudades, no solo para la nuestra. Tened cuidado y no os acerquéis mucho a superficies reflectantes aquí en el Colegio, cualquiera sabe si no es un Portal y acabáis en no-sé-dónde.
Los tres rieron.
***
Tántalos cayó y cayó sumergiéndose en una profunda oscuridad. Aterrizó en el suelo con una agilidad felina. Alzó la cabeza hacia una enorme grieta que había en el piso bajo. Ésta tenía la superficie platina de un Portal.
- ¡Cerrad la Grieta!- gritó Drevis desde la barandilla.
Todos los guardias se movilizaban rápidamente. Pero Drevis sabía que era tarde. Demasiado tarde.
***
- ¿Y ahora una niña-demonio? Me temo que no te voy a poder dejar salir del Colegio, al menos por ahora- dijo Hadras con preocupación mientras se quitaba un colgante y lo dejaba sobre la mesa- y todavía me tengo que pensar si te dejaré participar en los Juegos.
- Ahora que me doy cuenta, al final no le hemos dicho nada a los padres de Nathan- dijo Jennifer intentando cambiar de tema.
- Da igual... No creo que me echen de menos....- dijo éste entristecido.
Anna pensó que tenía razón. Tanto el padre como la madre de Nathan trabajaban continuamente y casi todo el tiempo estaban de viajes de negocios.
- En cualquier caso, creo que ya habéis perdido suficientes clases, la próxima empieza dentro de cinco minutos.
***
Se movía a gran velocidad hacia la salida. No la cerrarían a tiempo. Los guardias rodearon a Tántalos. Éste alzó las manos y un círculo de fuego le rodeó, avanzando hacia afuera. Drevis miró hacia atrás, dudoso. Los ocho miembros del Consejo permanecían congelados en el tiempo. Anrir estaba dormido en el suelo.
Drevis saltó la barandilla mientras susurraba en latín. Se quedó suspendido en el aire cuando iba a tocar el suelo. Luego aterrizó suavemente. Cuando alzó la vista solo pudo ver a Tántalos, a lo lejos, atravesando lentamente la Grieta a través de las llamas que se extinguían poco a poco. Le siguió.
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El robo de la Luz
FantasyAnna es una adolescente normal. Lleva una vida normal, va a un instituto normal, dónde tiene amigos normales. Pero todo esto cambia cuando es castigada junto con su amigo Nathan por la señorita Hinster, la más odiada de las profesoras, el último d...