Capítulo 13 Pandemónium II
- ¿Qué...?
- Baja la voz.
La Anna del pasado volvió la cabeza e intentó localizar la fuente del sonido. Tras sacudir la cabeza, volvió a la explicación de Leslie. Ambos retrocedieron a la puerta más cercana y entraron sigilosamente.
Era un aula de Pociones. Tenía un ambiente lúgubre, con esas mesas negras repletas de frascos de mil colores distintos.
- ¿Crees que es algún tipo de hechizo?
- No lo sé... Creo, creo que ha sido el reloj...- contestó Anna ahora en voz más baja.
Ambos miraron el pequeño objeto dorado. Brillaba con una luz misteriosa... De pronto Nathan se tambaleó y se sujetó a la pared. ¿Qué le pasaba?
Anna le agarró del hombro pero no reaccionaba. Se le comenzaron a cerrar los ojos, intentó pronunciar unas palabras y cayó con un ruido sordo al suelo. El corazón de Anna dio un vuelco. Le cogió de la muñeca y la sacudió. Nada.
Le arrastró detrás de una mesa y comenzó a hablarle.
- Nathan, Nathan, no es buen momento para una siesta, ¡Nathan!
Anna recordó que no debía alzar demasiado la voz. Levantó la mano.
- Lo siento...
Dicho esto le propinó un sonoro bofetón. Eso pareció despertarle, ya que comenzó a parpadear lentamente. Tras unos segundos abrió la boca.
- ¿Qué ha pasado?
- Te has desmayado o algo así.
- Estoy... Muy cansado...
- Eh, eh, no te duermas otra vez- dijo Anna sacudiéndole de nuevo- ¿Qué se supone que debemos hacer?, esta cosa no se abre- siguió mientras intentaba abrir el reloj de bolsillo con las uñas.
- Déjame ver.
Nathan intentó abrirlo. No podía.
- ¿Y si salimos y pedimos ayuda?
- Será mejor que no, en todas las películas de viajes en el tiempo que he visto, influir en el pasado así como así no es bueno. Nos pedirían muchas explicaciones y nuestros "yo" pasados se verían a si mismos. Podrían enloquecer o algo peor.
- ¿Entonces?
- Entonces... ¡Ya está!
Con un chasquido el reloj se abrió. Las agujas giraban en sentido contrario a una velocidad increíble. Eso no podía ser nada bueno. Anna todavía tenía a Nathan cogido del brazo.
De pronto el molesto tic-tac volvió a taladrar su cabeza, solo que esta vez parecía que Nathan podía oírlo también. Todo comenzó a dar vueltas a gran velocidad. El sonido desapareció.
***
El aula estaba llena de personas, alumnos. Un joven profesor impartía la clase con entusiasmo. Y es que se encontraban en mitad de una clase de Pociones.
Sin mediar palabra ya sabían que había pasado. Que había vuelto a pasar. Anna se fijó en la ropa que los alumnos llevaban. Parecía una especie de uniforme, un jersey verde con unos pantalones grises largos y zapatos marrones. No había duda de que habían viajado, pero, ¿a qué pasado?
Ambos permanecieron en silencio hasta que el profesor concluyó la lección. Poco a poco la sala se fue vaciando, a excepción de el profesor y un alumno, que se quedó sentado hasta que el cerraron la puerta. Luego se levantó y se acercó al escritorio del profesor.
ESTÁS LEYENDO
El robo de la Luz
FantasiaAnna es una adolescente normal. Lleva una vida normal, va a un instituto normal, dónde tiene amigos normales. Pero todo esto cambia cuando es castigada junto con su amigo Nathan por la señorita Hinster, la más odiada de las profesoras, el último d...