3. Maestra del Disfraz.

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 Tenía una extraña sensación, sentí como si fueran pasado minutos observándonos a la cara pero solo fueron segundos, teníamos como cinco metros de distancia que nos separaba solo observándonos en silencio mientras que el aire frío del invierno soplaba en el lugar.

Mis pensamientos así como mi silencio fue interrumpido al sentir que alguien me sujetó por detrás de mi cuello, por la tela de mi ropa. Me alzaron con facilidad, No pesaba nada y era de estatura baja parecía de doce o quince años, y eso no era bueno para mi. Estando confundida no sabia que hacer y solo reaccione agresivamente.

—¿Quièn eres? Si no respondes te matare mocoso. -Dijo el sujeto que me sostenía por la espalda, mencionaba esas amenazas con tanta tranquilidad como si fuera matado antes a un "niño".

—¡Hey no me sujetes así! Bájame y te diré!. -Me moví de lado a lado para intentar soltarme de sus manos, si tenía fuerza, así que puse mis manos en la suyas para soltarme.

—Como quieras. -Termino soltándome y dejándome en el suelo. —¿Por què un niño trae un par de katanas a un cuartel? Es peligroso. -Insinuó con tono de burla hacia mí, creyendo que solo jugaba.

—Soy... Ryuujin Kusanagi y vengo a hablar con Isami Kondo. -Acomode mi ropa y me puse firme.

El sujeto se puso al frente mío, allí pude notar no muy bien su apariencia porque solo se fue caminando, aun así recuerdo que llevaba un haori celeste igual que los demás, el cabello castaño sujetado con un cinta blanca por la parte de atrás de su cabeza. Nuevamente volví a mi camino pero cuando iba a seguir mi camino nuevamente volví a ser interrumpida al sentir que alguien toco mi hombro, voltee mi mirada y allí noté quien era, me quede helada por solo ser detenida por nada más y mano que el mismísimo Saito Hajime en persona y a mi lado, solo que él miraba a otro lado mientras sostenía mi hombro y me decía aquellas palabras.

—Kondo está adentro, pero habla con Hijikata antes de entrar. Él está atrás con otras personas hablando, pide permiso antes de hablar con él.

—B-Bien... Gracias.

Soltó mi hombro y siguió su camino saliendo del cuartel, mientras que solo yo me quede pensando en aquella situación en la que me acababa de encontrar. Me tomo unos segundos en recapacitar todo, mi nombre falso y mis intenciones, el maestro me indicó que no dijera mi apellido, no quería involucrar a los resto de la familia si me atrapaban, me dijo que usara el apellido de Naruka-san para todos crean que es mi madre y si me preguntaba de dónde venía con mis razones sería fácil, provengo de Tokyo en busca de una nueva oportunidad con mi madre para ayudarla a buscar fondos para el templo que ella cuidaba allá en Tokyo.

Todo en silencio de aquel cuartel me daba calma, tome aire y camine a la parte trasera del cuartel hasta donde me indico Saito-kun estaría Hijikata el subteniente del cuartel para poder pedirle permiso de registrarme en el Shinsengumi como todo el plan. Cuando llegue solo veía un pozo de agua y un árbol, al parecer era de cerezos al igual que el que estaba tras la casa de Naruka-san lleno de esperanzas para florecer pero ahora solo estaba lleno de nieve al igual que casi todo el lugar.

Me quedé contemplando el lugar mientras que esperaba que Hijikata saliera de su reunión con aquellas personas, no sabía qué hacían ni me interesaba, solo quería hablar con él para que me guiara junto a Kondo-san para poder hablar con él al respecto de lograr entrar al Shinsegumi, el maestro me había advertido los peligros de este lugar así como el hecho de que aquí se original lo que él llamó "Rasetsus", los demonios sedientos de sangre, acabo de recordar, ¿Demonios? recuerdo que el demonio que vi anoche tenía el haori celeste del Shinsegumi, lo que significa que el maestro tenía razón, de aquí se originan los Rasetsus.

—¿Quièn eres? ¿Cómo llegaste aquí?. -Escuche a mi espalda, de una forma rápida voltee mi mirada al el sujeto cual me hablo.

Voltee a ver quien era, sentí como si me acusaran de algo malo. —¿E-Eh? ¡Disculpe!. Soy Ryuujin Kusanagi .- Baje mi cabeza y me incline en forma de respeto cual al levantar mi mirada note quien era, era idéntico al maestro, cabello negro y largo, pero con los ojos purpuras al igual que los míos. —Vengo a hablar con Hijikata-san.

Hakuouki: Mi amado Capitán.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora