Tienes Un Pié fuera De Mi Corazón

Vamos a impedir una boda

- Nunca pensé que Val tuviera más amigas aparte de Frania – le decía a Jenn mientras me tomaban las medidas para el vestido que usaría como dama de honor lo cual fue decidido casi a última hora.

- Yo tampoco, también las acabo de conocer – Jenn también estaba inmóvil porque le estaban haciendo un ajuste más a su vestido largo suelto de desde el busto para que el pequeño bebe estuviera cómodo también.

- Ahora te creció el busto – le decía la modista a Jenn y ella puso una cara de victoria y una amplia sonrisa se dibujó en su rostro.

- Al fin tengo senos grandes, lo que siempre soñé – reímos incluso la modista que era una señora ya grande con cara de pocos amigos esbozo una sonrisa la cual hizo que sus arrugas se marcaran más, pero se veía mucho mejor con así.

- Ah y tú no vayas a engordar para ti ya no hay modificaciones – me decía la modista que me tomo las medidas que era una señora más joven como de cuarenta años también con cara de fastidio pero muy presentable y bien arreglada – la siguiente semana les haremos entrega de los vestidos... ¿sabes si se le ocurrirá traer más damas? Porque no sabemos si nos daremos abasto si sigue trayendo más.

- Creo que no... a menos que se reconcilie con sus amigas del kínder con las cuales también se peleó, pero no se preocupe no creo que la perdonen... y no se preocupe por mi comeré solo lechuga esta semana se lo prometo a usted y al hermoso vestido que me hará – Jenn soltó una carcajada y las modista se salieron de ahí con una sonrisa también.

Saliendo del probador nos fuimos a una pequeña sala que tenía el local, había unos cómodos sillones donde Jenn se tiro y dijo que nadie ni nada la levantaría de ahí, en una mesa de centro había agua natural y de sabor en unas jarras grandes de vidrio junto a una charola de bocadillos de queso y jamón con un sabor delicioso, ya habíamos picado algunos cuantos mientras estábamos a la espera de que Val saliera a enseñarnos su vestido de novia.

Conocí a tres amigas nuevas de ella que nunca había visto ni Val mencionado en toda su vida, Jessi era una chica alta y morena con cabello oscuro y ojos claros, Marle una chica rubia de ojos azules altísima y Dana de piel apiñonada y ojos cafés, las tres me cayeron muy bien, eran simpáticas, Frania estaba metida con Val en el probador, no se le despegaba ni a sol ni a sombra parecía un tipo de guardaespaldas enamorado de su dama a proteger aunque lo más incómodo para mí era tener que estar cerca de la novia de Gerry.

- ¿Tienen mucho de conocer a Val? – me atreví a preguntarles cuando dejamos de hablar del color de los vestidos y los diseños que elegimos que casi fueron forzados por Val y Frania si no protestan un poco más nos visten como les da su gana.

- Pues... dos años, los que tenemos en la universidad – vacilo Dana.

- De hecho para ser sincera nos sorprendió que nos pidiera ser sus damas – menciono Marle.

- Es horrible con todo el mundo, siempre criticando junto con Frania el mínimo defecto que te vean y sobajando a las personas ¿usted no la detestan? – Jessi comento algo molesta.

- Jessi – Dana le grito dándole un codazo – ellas son sus hermanas.

- Lo lamento no lo sabía, pensé que eran sus amigas también, casi no se parecen, ustedes son más buena onda, demasiado buena onda.

- Val esta chiflada – dijo Jenn mientras se metía un rollito de jamón a la boca – siempre ha sido la consentida yo creo que por eso se cree la Reyna de todo el mundo y cree que todo mundo debe servirle y adorarla, es nuestra hermana pero con nosotras tampoco es amable si les sirve de consuelo.

- Es muy considerado de su parte acompañar a Val sabiendo cómo es de especial – les dije, en verdad se los agradecía y las admiraba creo que la única persona que tolera los mandatos de Val es Frania.