GALAXIDE

5. Diez meses y no sabemos jugar al bádminton

5. Diez meses y no sabemos jugar al bádminton.

-No estáis listos -el Capitán Minskaka se cruza de brazos, recostándose en su silla, detrás de su enorme mesa.

-¡¿Cómo que no estamos listos?! ¡Llevamos meses aquí metidos! ¡Estamos listos de sobra!

-He dicho que no.

-Yo lo mato... -suelto un gruñido y me dispongo a saltar sobre el escritorio para arrancarle la cabeza.

-¡NO! -todos gritan a la vez y me agarran como pueden de los brazos.

-¡Soltadme! -me revuelvo todo lo que puedo para liberarme y cumplir con mi cometido.

-¿Ves? ¿Tendrás esa reacción cuando uno de los jefes indígenas os digan que no salgáis de la base de seguridad porque es peligroso? 

-¡Obviamente no! ¡Allí nadie me agarrará! 

-Eres muy infantil -el capitán rueda los ojos, abriendo una carpeta. Oh sí, ya no será más Capi Minskaka, no se lo merece.

-Ahora sí que lo mato -Paso por encima de la mesa para después saltar sobre él, pero claro, no llego hasta mi destino porque Oliver me agarra en el aire por la cintura y me deja de vuelta en el suelo, rodeándome con sus brazos para que no pueda volver a atacar al maldito energúmeno que tenemos como Capitán.

-Estate tranquila, Aby -Lo susurra en mi oído, haciendo que suelte un bufido resignada.

-¿Y esa tenía que ser mi hermana? -Dakota se mira las uñas, como si creyera que no la oigo.

-Cállate, maldita rubia.

-Tú también eres rubia.

-Tú también eres rubia -la imito con voz burlesca y comenzamos una discusión a base de mimimis.

-¡SILENCIO! -nos callamos y las dos miramos mal a Phill, que fue quien habló-. O seguid, por mí no hay ningún problema -retrocede varios pasos, miedoso.

Ruedo los ojos y Oliver me pega más a su pecho para que no vuelva a intentar matar a alguien.

-Será mejor que os vayáis -El Capitán Minskaka se pasa una bola entre sus manos. No tengo ni idea de en qué momento la sacó.

De todos modos, no tuvo que decirlo dos veces, porque yo ya estoy a mitad de camino del comedor de la base.

-¡Abby! -La conocida voz de Afrodita hace que me gire y deje de andar- Por Dios, tienes que andar más lento -alzo una ceja- o yo más rápido, también vale.

Suelto una risa y vuelvo a retomar mi camino al comedor, pero con Afro a mi lado.

-Dime que tú me apoyas, Afro, por favor -La miro rogando.

-Ya sabes que si por mi fuera podías romperle la cara al estúpido de Minskaka.

-En ese caso... -me giro para volver al despacho, pero me agarra el brazo y por inercia vuelvo a girarme.

-He dicho si por mi fuera, y como no es así, no podrás -Ruedo los ojos y llegamos al comedor donde se encuentran todos. Vamos a nuestra mesa de todos los días y me siento junto a Oliver.

Dakota me mira mal-. Por favor, no dejéis que vaya hacia el despacho de Minskaka, se comportará como una cavernícola.

-Si cimpirtiri cimi ini civirnicili. -La imito con voz tonta.

Rueda los ojos.

-No quiero volver a limpiar los baños de los oficiales por tu culpa, Aby, contrólate -Me mira con súplica Lily.