Capítulo 10

1.1K 94 62
                                    

Han pasado ya algunas semanas desde que la banda han llegado a mi casa, y al parecer los chicos se han acostumbrado al sistema de aquí, como el del mundo de afuera y el del hogar entonces todos tenemos una rutina durante el día. Continúe con la competición de softbol en todo el estado, perdiendo algunos juegos pero ganando otros. Lamentablemente, los chicos no pudieron venir conmigo por razones de distancia y a veces nos llevaban el autobús al partido. Una vez, antes de irme al juego, ellos me abrazaron fuertemente como si los fuera abandonar ¡hasta Paul lloró! Solo me fui por un día...
Jason visitaba seguido la casa, no podía seguir escondiendo a The Beatles arriba en mi cuarto, entonces la única opción era confesarle la verdad a mi amigo. Afortunadamente, él no actuó como yo lo había imaginado. Sí, se sorprendió al principio y pensó que nada más estaba bromeando con él hasta que fuimos la cochera y le comprobé a Jason ordenando a los chicos que tocaran una canción. Sonreí con orgullo sabiendo que ahora no soy la única quién lo sabe. Al final, Jason se acostumbro ver a los cuatro músicos andar en la casa y se hicieron buenos amigos. Así seguimos con nuestro proyecto sin preocupaciones. Claro, le hice prometer a Jason que guardara este secreto y lo hizo. Sin embargo, mientras que los días progresaban me di cuenta que Jason se comportaba de una manera más "amigable" conmigo. Ya sabes, me decía cumplidos cada vez que estábamos juntos, o también iba a mis entrenamientos con la excusa de "vine a ver a unos amigos", cuando en realidad nunca lo había visto, o me invitaba a salir a citas como tomar un helado y cosas así. Pensé que era muy lindo y buena onda pero no me llamaba la atención ni tampoco tenía aquel sentimiento lleno de mariposas como le dicen. Me daba pena cancelar planes con él pero aveces sólo quería pasar tiempo con mi banda favorita. Otra cosa que me llamó la atención de él es que aunque fuéramos elegidos como equipo para trabajar en este trabajo para la universidad, siempre me veía con una mirada boba y coqueta. Trataba de coquetear conmigo pero yo no caía ante sus dulces comentarios, más bien me enfocaba en mi trabajo.

Mi relación con los fab aumentaba grandiosamente. John era el tipo de amigo que podía bromear y pasar un gran tiempo. Teníamos una buena comunicación ya que él y yo nos parecemos a cambio a nuestras personalidades sarcásticas y nos contábamos chistes que los otros no alcanzaban entender. También a veces teníamos pláticas profundas de nuestro alcance como el arte, filosofía, y política; cosa que era interesante porque nunca escuchado a John hablar así (más bien cuando ya tenía la edad de madurez). Me preguntaba sobre su vida futura y el de sus amigos pero no quise confesarle todo, pero bien le daba algunas pistas sobre su música, algunos logros que han completado, y lo exitosos que son. John estudiaba mi expresión contemplando lo que decía. Por un momento parecía que no me creía o tal vez estaba en su propio mundo, pero después regresaba a la realidad y empezaba con sus comentarios ingeniosos haciéndome reír. Su personalidad extrovertida creaba una energía alegre sobre nosotros y sabía que John y yo nos íbamos a llevar bien.

George era el chico que aparte de comer bocadillos a media noche juntos, él y yo nos dábamos tiempo para tocar la guitarra. George me enseñaba nuevas técnicas en cómo tocar sonidos padres con la cuerdas en poco tiempo; hasta hicimos un mini concierto a los otros miembros de la banda. Creamos nuestra propia canción llamado "dos cuerdas en uno." (Eso es inventado). ¡Hicimos un trabajo maravilloso! También nos divertíamos en molestar a los otros como tomarles fotos sin que ellos supieran y después reírnos de sus expresiones en las fotografías y entre otras cosas. Era mi pareja del crimen.

Por ejemplo, cuando John tomaba una siesta, se nos ocurrió ponerle espuma chantillí en su mano y con una pluma hacerle cosquillas en su cara causando que se embarrara de espuma. Nunca despertó si no se quejaba mientras dormía diciendo, -dejame dormir, tía Mimi- y se acomodaba de nuevo en el sofá embarrandose más espuma. George y yo nos costaba trabajo no reírnos después de tal acción.

Ojos AzulesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora