Capítulo 12

875 86 45
                                    

Al día siguiente sentí alguien acomodarse al lado de mi cama haciendo que mis ojos somnolientos se abrieran. La luz del sol iluminaba mi cuarto a través de las cortinas de la ventana. Me di la vuelta para revelar a un Ringo durmiendo al lado junto a mí. Al observarlo detenidamente, noté que se veía muy tranquilo con sus ojos cerrados, las sábanas tapaban su barbilla y su cabello castaño caía pesadamente sobre su frente haciendo que se viera muy tierno. Sonreí disimuladamente, ya que lo estaba mirando como dormía. Pareciera que me lo quedé viendo por una eternidad porque creo que sintió mi mirada y lentamente abrió sus ojos.

-Buenos días, cariño. O quizás decir chica Gatubela- gimió él mientras que se estiraba en la cama.

-Buenos días.- respondí. Espera... ¿Por qué está Ringo durmiendo en mi cama? ¿Y por qué me llamó 'Gatubela'? No me digas que hicimos el...

Abruptamente cheque debajo de las sábanas para solamente encontrarme completamente vestida como me fuí ayer y a Ringo traía puesto solo unos bóxers oscuros y una camiseta blanca. Voltie mi cabeza lentamente dándole una mirada confusa.

-Sé lo que estás pensando pero no pasó nada ayer.- Ringo explicó, una sonrisa boba apareció en sus labios.

-¿Entonces por qué nadamas estás en bóxers y una camiseta? ¿Y por qué tienes esa sonrisa en tu cara?-

-Ah, ya veo que no te acuerdas de nada de lo que pasó ayer, ¿no es asi?- preguntó él sentándose en la cama cruzando sus brazos sobre su pecho  mientras yo me frotaba la cabeza que estaba llena de dolor. Tenía una jaqueca y quería que se fuera el dolor.

-No, y Dios me duele mucho la cabeza. ¡Juro no volver a tomar alcohol jamás!- dije en determinación. Ringo rió ante mi respuesta.

-Sí, bueno ayer te quedaste dormida en el carro cuando veníamos a camino a casa, entonces una vez que llegamos te cargue y te lleve a tu habitación. Una vez que te acomode en tu cama, te despertaste y me pediste que durmiera contigo- al escuchar la historia, sentí mis mejillas ruborizarse. -No estaba seguro a donde ibas con esto ya que sabía que no estabas sobria, pero después dijiste que no juegos y que nada más querías dormir con un chico extremadamente apuesto ósea yo.-

De repente, me llegó un sentimiento extraño y al mismo tiempo me agradaba, como mariposas en el estomago. Mis manos temblaban y sudaban levemente, mi cara probablemente estaba más roja que nunca. ¡No puedo creer que le dije a Ringo que se durmiera conmigo y aunque lo dije, él dijo que sí!

-¡Psh! ¿¡Yo nunca dije eso!? Demonios, ¿por qué tuve embriagarme anoche?- estaba fallando miserablemente en no avergonarme.

-Oye, dicen que las personas ebrias siempre dicen la verdad, entonces me halaga que pienses que sea atractivo.- guiño un ojo sin dejar esa sonrisa pícara encogiendo los hombros.

-Ay, cállate Ringo. Tú sabes bien que eres atractivo- le di un codazo juguetón.

-Sí, pero no me lo esperaba de tí.- me regreso la afección juguetona.

Le rodé los ojos pero no pude ocultar sonreír. Me paré y me acerqué a mi closet para sacar un cambio de ropa limpio e irme a tomar una ducha.

-¿A dónde vas?- cuestionó siguiéndome con la mirada.

-Me iré a darme una ducha porque me siento sucia con esta ropa de ayer. Ya vuelvo.-

-Pues nada más podrías quitártelo, ¿sabes?- Ringo dijo en un tono bromista pero aun así coqueto, guiñando un ojo. Me sorprendí ante su comentario que agarre una almohada y se lo aventé para existosamenté pegarle en la cara.

Ojos AzulesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora