Hola, soy Jade, tengo 27 años y quiero contarles mi vida. Permítanme, comenzar por mi infancia, viví mi niñez, en un pueblo humilde, ubicado en Argentina, Santa Fe; llamado Albarellos. El día 25 de septiembre de 1994, con mucho esfuerzo, ya que el dinero escaseaba, mi familia, festejo mi cumpleaños número nueve, admire cada detalle y estaba feliz, al ver el amor que me tenían. Con un hermoso vestido azul eléctrico, mi cabello negro azabache, al viento, ondulado llegaba hasta mi cintura; tés clara, labios gruesos y carnosos, resaltaban mis ojitos grises (casi indistinguibles), que reflejaba felicidad en ellos.
Mi vida parecía un cuento de hadas, todo era demasiado perfecto para mi. Mis padres me adoraban, tenía unos abuelitos muy tiernos y una amigas increíbles, la verdad, la gente a mi alrededor era muy especial. Me divertí mucho con mis amigos, comimos de todo; mi mamá nos preparo pizzas, panchos, hamburguesas y albóndigas; la casa se impregno del olor a fritura, aparte de los palitos salados, chisitos, papa fritas y el pastel de vainilla. Corrimos y jugamos, a la popa, poli ladrón, escondidas, etc. hasta quedar exhaustos; disfrute cada momento, lo recuerdo como si hubiera sido ayer, la sonrisa en el rostro de mamá, porque su niña estaba creciendo. El rostro de papá, que parecía querer comerse vivo, a cada niño que se me acercaba, moría de celos. Fuimos a la cama, completamente exhaustos, después de un largo día; caí desplomada a la cama, me dormí en cuanto apoye, la cabeza en la almohada.
Al despertar, y fuimos a pasar el día, a casa de mis abuelitos, como cada domingo. Al llegar, me impregné, del olor a bizcochuelo, recién horneado; mi abuela nos preparó para el almuerzo, lasaña de atún, pastel de carne con un riquísimo puré de papas; y de postre pastel de chocolate con fresas, tarta de manzana y también licuado de banana. Me encantaba ir, porque me trataban como a una princesa, era lo bueno de ser hija única. Mi abuelo me hacia reír mucho, contaba historias muy graciosas e inventaba juegos para divertirme, la pasábamos, muy lindo. Pero nos regresamos temprano, porque al otro día tenía colegió, y debía levantarme temprano.
Llegando al colegio, me esperaban mis amigas; Alma Farías, era robusta, de tés morena, ojos grandes y marrones; muy divertida, contaba chistes de la nada, y muy malos, pero sus expresiones eran graciosas. Y Milagros Pitrasca, colorada, de tés clara, el rostro cubierto de pecas y ojitos color miel (con unos anteojos que los resaltaba), era muy seria, siempre tenía que tener todo controlado. Nos conocíamos desde los cuatro años, hacíamos todo juntas. Divertirme era algo sencillo junto a ellas, nos contábamos todo. Las ideas mas locas teníamos, como la vez que nos escapamos del colegio, solo para ir a jugar a la orilla del lago. Lo gracioso fue que esa misma tarde, nuestras madres nos llevaron al mismo lugar, a pasar el día, reímos mucho al recordar lo que habíamos hecho. Nos juntábamos, incluso, los fines de semana, íbamos al parque, se nos ocurrió, en una ocasión, hacer un pijama party; pobres de mis padres, no los dejamos dormir, hicimos un lío bárbaro. Debo reconocer que tuve una infancia muy bonita, era feliz
ESTÁS LEYENDO
Jade Saelices #ConcursoWAFC #PremiosWABook #donawards2016 #CBL #P.BigDonut.
Mystery / ThrillerHola, soy Jade Saelices, nací el 22 de septiembre de 1985; morí el 11 de diciembre de 2012, tenia 27 años. Los invito a conocer mi vida, permítanme avisarles que no es un cuento de hadas, a decir verdad es una historia de terror; repleta de amargura...