Matrimonio.

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La alarma comenzó a sonar, y con ello una gran cantidad de sirvientes entraba a la habitación de la joven Charlotte. Ocasionando que la muchacha se intentará cubrir con más parte de la manta, siempre la misma rutina.

-Señorita Charlotte, por favor, salga de la cama -le sugirió una de las sirvientas, pasando por detrás de ella mas sirvientes con grandes cantidades de comida.

-No - fue la corta contestación de la adolescente - Es sábado, no puedo creer que me estén molestando a... -miró con dificultad el reloj en su buró - ¡Las siete de la mañana! - se exaltó la joven, mirándoles con desprecio.

- Señorita ya tiene dieciséis años y se porta como una cría -le regañó la más grande de todas las que se encontraban en la habitación.

- ¡Pero vieja Merie...! - protestó, ganándose un leve golpe de parte de la sirvienta.

-¡Jovencita irrespetuosa! ¡Te he dicho que me llames señorita y nada más! ¡Aún estoy joven! - le regañó en voz fuerte, mientras la muchacha intentaba desvanecer el dolor y se masajeaba la parte golpeada.

- Lo siento... - se disculpó con pena, bajando lentamente la cabeza.

-Ve al comedor, ahí se te dará de comer - Charlotte miro extrañada a la sirvienta -Tus padres desean hablar contigo -aclaró.

-Ya veo, gracias por decirme -se colocó sus zapatos de andar por la casa, y salió con rapidez.

Todos los sirvientes miraron con admiración a la más grande de ellos, curiosos por la actitud de la menor frente a ella, Charlotte siempre solía ser grosera, mimada y desconsiderada con ellos, sin embargo ahora actuaba como una pequeña niña indefensa.

-Señora Merie, ¿Cómo.. ?

-Solo es una niña que intenta aparentar ser madura, necesita una demuestra de dureza para sentirse intimidada y actuar de nuevo como una- respondió - Y ya dije que me llamen "señorita", aun soy joven y no estoy casada -les miró con frialdad y prosiguió con su trabajo, dejando a todos asustados.

Mientras en el piso de abajo se encontraba la familia desayunando, con un profundo e incómodo silencio. Finalmente Charlotte se animó a preguntar.

-Entonces... ¿Por qué me llamaron? - se removió en su asiento, cuando sintió la mirada de los mayores sobre ella.

-Charlotte, mi pequeña - comenzó con tristeza su padre y le tomó con suavidad su mano -Debo decirte que esto me entristece, pero necesito que hagas el sacrificio -entonces fue cuando verdaderamente comenzó a preocuparse.

-¿Que sucede? -y miro a su madre buscando respuestas.

-Charlotte, te casarás con un jovencito. Hijo de unos amigos viejos nuestros -y se quedó helada, sintió que la habitación se enfriaba y el tiempo pasaba más lento.

-Pero... Pero... ¿Por qué?... -entonces quiso llorar, era joven y no quería estar atada a nadie.

-¿Recuerdas los problemas económicos que hemos tenido últimamente? - ella solo asintió - pues nuestra empresa se fue a la quiebra, estabamos en problemas. Entonces decidí contactar a mi viejo amigo y el me dijo que tal vez si nuestras familias se unían, tendríamos otra oportunidad de que nuestra popularidad volviera a aumentar, me pareció una buena idea - el miraba a su esposa y la hija los miraba a los dos - pero no sabíamos como unirnos, entonces llegaste a mi mente como un ángel salvador y propuse la idea de comprometerlos a los dos -volteó hacia ella -pero decidimos que si tu o el no quieren el compromiso, podremos anularlo -y esperó la reacción de su hija, la cual ya se esperaba.

-¡¿Me comprometiste con un extraño?! -gritó a todo pulmón -¡¿Como pudiste?! ¡No quiero casarme a los dieciséis!- se paro de la mesa estruendosamente.

-Calmate Charlotte -le regaño su madre - No es para que te pongas así, sientate y no hagas un escándalo.

-¡¿Entonces como debería ponerme?! ¡Por lo menos a ti no te obligaron a casarte! - siguió gritando -¡Siempre me joden la vida a mi!

-¡Cuidado con ese vocabulario jovencita! -esta vez su madre se enfadó.

-Esta bien -habló por fin su marido - Si no quiere casarse esta bien, no la obligare -comentó a su esposa que miraba a su hija cruzada de brazos y molesta, se volvió hacia ella -¿No quieres ver aunque sea su aspecto? El le dijo a su padre que lo haría, aún cuando ya tenía novia - le extendió un papel, ella dudo y al final lo tomó.

Su expresión fue de sorpresa y luego de unos segundos una gran sonrisa surco su rostro mientras sus mejillas enrojecían.

-Cambie de opinión -habló sonriendo -Me casaré, haré ese sacrificio -entonces su padre sonrió complacido y la envolvió en un abrazo.

-Gracias - le habló en un susurro

-Todo sea por la familia - contesto ella con la sonrisa aún gobernando en su rostro.

"No puedo creer que me vaya a casar con Chris Raufbold" y entonces se sintió afortunada, pero un poco sorprendida por el hecho de que el destino los uniera.

Esto se iba a tornar bastante interesante.

Just The Two Of UsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora