La luz del día de nuevo regresó y el joven Chris despertó al sonar del fuerte pitido constante de la alarma de su teléfono, se talló los ojos levantándose de la cama. Suspiró pesadamente al escuchar el ajetreo proveniente de la cocina que anunciaba el despertar de su compañera.
Dos semanas ya habían pasado desde que el había aceptado de mala gana su amistad colocando el dige en sus llaves, ganando varias burlas de sus amigos cuando por accidente se le cayeron éstas de su mochila.
Y las peleas se hacían mucho más frecuentes entre su novia y él, también ocasionadas por ese pequeño símbolo, aunque el intentó explicarle que su relación no pasaba más allá de la mera amistad.
Pero siendo sincero lo que más ciertamente le desesperaba era la respuesta que le tenían preparada.
"¡Eso dicen todos al principio!"
Unos se lo decían sonriendo y su novia en un dramático mar de llanto. Todos los días fue lo mismo, especialmente de parte de Charlie que le codeaba y alzaba una ceja cada que se la cruzaban o volvían a casa juntos.
También su relación con Eleonor se volvió un poco más amistosa y ya no le había tirado un arácnido de nuevo, lo cual agradecía bastante. La chica había empezado a saludarlo más seguido, aún si su prometida no le acompañara. Tambien le había comentado en confianza que podía llamarla Erileine, el cual era su apellido, puesto que el siempre se refería a ella como amiga de Charlotte.
La nueva sorpresa fue que Charlie le rogaba por conseguir el número de la susodicha, pero eso se vería demasiado comprometedor. Y de compromisos ya tenía bastante.
Luego de haberse duchado y abrigado adecuadamente debido al frío de la temporada, caminó con calma hasta el comedor sentándose para esperar el desayuno. A Chris le molestaba bastante que Charlotte no le dejara hacer la comida y siempre le reclamaba cuando podía, pero ella le alegaba que se debía a que era lo único que había aprendido a hacer durante lo largo de su vida de "niña consentida", además de que el pagaba casi todo y ella seguía sin dinero era lo menos que podía hacer.
También le molestaba mucho que cada vez que ella le llevaba el desayuno con esmero, su corazón se acelerara sin motivo más que al mirar sus ojos o al tocar sus manos por accidente. Eso era lo que más le irritaba junto con que ella le preguntara si por fin se había enamorado.
Ya se había acostumbrado a las constantes atenciones que le brindaba, pero lo que aún no soportaba era el acercamiento que intentaba. Si bien antes no le molestaba ahora lo hacía porque lograba tener inesperados efectos, como los sonrojos al abrazarlo o tocarlo y también cuando sin que ella lo notase sus acciones le provocaran querer tocarla más, abrazarla, y agarrar su mano.
Sacudió su pelo y se golpeó repetidamente la frente.
"Maldito sentimental"
No estaba enamorándose, claro que no. Solo eran sentimientos de amigos, cualquier amigo pensaría eso ¿no?
-Perdón por la tardanza -escuchó la suave voz de la chica que llegaba con la bandeja, Charlotte se encontraba oculta bajo una gran bufanda de color azul marino que le llegaba por debajo de los ojos. Sorbió un par de veces su nariz mientras comía enfrente de el bajo un silencio al cual no estaban acostumbrados.
-¿Te encuentras bien? -habló el castaño antes de pudiera darse cuenta.
-¿Eh? -subió la mirada y noto las bolsas que cargaban debajo -¡Si! ¡Estoy bien! -intentó comer con más entusiasmo.
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Just The Two Of Us
RomanceCharlotte, una jovencita de apenas 16 años de edad, con una riqueza que no parecía tener límites, se ve involucrada en un matrimonio arreglado, ya que la conocida empresa en donde trabajan sus padres, se va a la quiebra. Al principio se muestra inco...