Amistad.

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Ojos azules se abrieron perezosos mirando hacia la ventana, observando las gotas de lluvia que caían suavemente y escuchando los truenos a lo lejos.

El día de ayer había sido bastante agotador para ella, suerte que era domingo y no era necesario que mirara de frente a Chris, se sentía avergonzada de ver al chico que rechazo su propuesta de amistad con frialdad. Por suerte ahí había estado Eleonor para consolarla.

Se levantó con rudeza, dirigiéndose al baño para arreglarse, miró su reloj de pared y observó con sorpresa que eran las siete de la mañana. Sin duda alguna estaba demente como para levantarse tan temprano sin razón aparente, pero que importaba. Se bañó, se vistió, peino su lacio y largo cabello negro frente al espejo y pintó sus labios del color rojizo que tanto le gustaba.

Volvió a mirar la hora esta vez en su teléfono, 8:30 a.m.

Bufo aburrida y marcó al teléfono de su mejor amiga, esperando pacientemente su contestación.

-¿Hola? - escuchó la somnolienta voz de Eleonor.

-¡Eli! -la aludida dio un repingo al escuchar el grito -¡¿aun sigues durmiendo?!

-No -mintió con tranquilidad sobando sus ojos -Solo estaba... Regando las plantas de mi jardín... -Charlotte pudo escuchar con claridad el sonoro bostezo al otro lado de la linea.

-Mentirosa -negó divertida.

-¿Que quieres? -respondió rápidamente, se podía volver muy irritable si alguien estropeaba su domingo.

-Yo solo quería preguntar -ignoró su brusquedad -si no quisieras salir hoy.

-...

Durante lo que le parecieron quizá años no se escucho nada, solo el sonido de la respiración de ambas dentro de un pesado e incómodo silencio.

-¿Bueno?... -preguntó tímida otra vez.

-¿En serio? ¿A las ocho de la mañana? ¿Un domingo lluvioso? -ironizó.

-Eh... Si lo pones de esa forma no suena tan agradable -rascó su mejilla con suavidad nerviosamente.

Escuchó a su amiga suspirar y el rechinido de la cama -¿A donde quieres ir?

Charlotte sonrió con verdadera alegría.

-¡A donde tu quieras! -respondió rápidamente.

-Estaré en tu casa en treinta minutos -logró oír antes de que la llamada se cortara.

¿Que tan cruel puede ser la vida? Quería evitar a toda costa al chico que la había hecho llorar el día de ayer y a su amiga se le ocurría de todos los lugares posibles a los cuales ir, quedarse en su casa.

"Perfecto, simplemente perfecto"

La joven se levantó también de la cama y abrió suavemente la puerta recorriendo el pequeño pasillo que había, centrando su vista justo hacia la habitación de al lado. Esperó y decidió salir valientemente enfrentado todo lo que viniera, fue rápidamente hacia la cocina y comenzó a cocinar para la llegada de su compañera.

Por suerte, el chico parecía seguir dormido puesto que nunca lo escuchó hacer movimiento alguno dentro de su habitación. Cocino algunos pastelillos y preparó chocolate, busco por internet alguna película mientras volvía a su habitación por mantas, el clima se estaba poniendo frío. Sin embargo al ir a buscar las dichosas cobijas escuchó la puerta abrirse y cerrarse pesadamente, la expresión de su cara se torno confundida, volvió a la sala y se encontró a un Chris agotado con una sudadera gris empapada de probablemente sudor y lluvia, quitándose los audífonos.

Just The Two Of UsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora