Dos hermanas despiertan de un sueño profundo.
Van despejando el sueño, abren bien los ojos y... Están amarradas a una silla cada una, el ambiente huele estupefacto y la mala decoración las asustaba cada vez más.
—Lia... —dice la primera buscando con la mirada a su hermana, el efecto de "lo que sea que les hayan dado", la hace atropellar las palabras.
—Miel... ¡¿Dónde carrizos estamos?! ¡Quiero estar en Chile estudiando! O haciéndole un hijo a Joshu... —ladea la cabeza y la sacude— Vamos a concentrarnos. ¿Qué nos pasó?
—Bueno, creo que estamos en una fiesta forzadamente —sonríe.
Lia rueda los ojos, a Melani le afectó más la droga que a ella. Bueno, la peliverde ya está familiarizada con lo que se siente estar drogada, por eso no le afecta en comparación a la enana castaña.
—Será un secuestro muy largo —suspira la menor de las Ojeda, planeando cómo salir de aquel predicamento.
* * *
Joshua ha llamado a las autoridades para la búsqueda de Las Ojeda.
Edgar llamó a los padres de ambas, los cuales viajaron desde Caracas junto con el hermano menor de la familia, el pequeño Alfredo con síndrome de down.
Wendy, Steph y Danny han ayudado con la búsqueda, atrasando de esta manera sus vuelos a sus correspondientes países de origen (exceptuando a la rubia).
—Sabía que era un mala idea hacer que Lia viniera a Venezuela, pero no, ¡tuviste que encaprichar a la carajita! —dice una señora de mediana edad muy bien vestida, que la hacía ver hasta unos diez años más joven de lo que realmente era, golpeando centenares de veces a su marido en la nuca.
—¡Pero amor...! ¡Es Lia! ¡Mi pequeña Lia! —chilla el hombre sometido a la autoridad de su mujer.
Joshua se acerca a la rara familia, con malas noticias.
—La policía dice que primero debemos colocar la denuncia como desaparecidas, esperar 72 horas para que pase a ser secuestro y tales...
Edgar al oír aquello, la sangre le hierve. No se iba a quedar de brazos cruzados esperando, mientras que su ex novia y su ex cuñada eran torturadas por las fanáticas locas de aquel "idiota" como llamaba Ed a Joshu.
—Tengo una idea para que actúen rápido.
—¿Ver Escena del crimen: Miami? —pregunta Wendy.
Todos la miran.
—Escena del crimen es cuando hay muertos, no secuestradas, Wendy —contradice Stephanny—. A menos que...
—¡Ohhhh! ¡Oh iga eto! —niega Alfredo, tapándole los oídos a su madre pero fue muy tarde, se desmayó en el suelo.
—Creo que fui muy dura...
Danny la mira rodando sus ojos.
—Pelotuda que sos.
Wendy le da alcohol a la señora Ojeda para que se recomponga, ésta despierta.
—Señora Ojeda, ¡no se preocupe! Ellas no están muertas, a lo mejor las convirtieron en ardillas cantantes —sonríe, dándole ánimos.
—Mejor vuelvo a desmayarme —dice y procede a desmayarse otra vez.
* * *
—... Y ¿me ayudarás? Por favor...
El oficial Davetti se sonroja ante la presencia de Edgar pero muy decidido agrega:
—Sólo si me das un beso.
Ed palidece.
—En la frente, viejo.
—Me parece bien.
Ed se encoje de hombros, le ha besado muchas veces la frente a Alfredo, el hermano de Melani y Lia. ¿Qué cambiaría con que fuese el oficial Davetti? Nada... o eso cree.
Camina hasta quedar cerca del policía, pero trastabilla en el camino.
Sí, cayendo sobre él y haciendo que sus labios chocaran.
Ed siente que los ojos se le van a salir, y Davetti suspira aliviado despeinándole el copete al chico traumado saliendo de la oficina.
Edgar ha llegado a una conclusión.
—Lo que termino haciendo por una Ojeda... Si me deja en friendzone, me someteré al proyecto de Wendy para convertirme en una puta ardilla cantante.
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¡Amor! ... Y bardo. (MSB #3)
Short StoryMelani ha hecho más enredos con Joshua y Edgar que con sus agujetas. Ahora que todos están peleados, el grupo peligra. Wendy decide junto con Lia y el clan llevar adelante el grupo, para así reconciliar a estos tontos. Claro, mientras eso... El bard...