Alexander

1.8K 132 1
                                    

Lamento no haber actualizado antes, así que ahora les traigo doble episodios, este ahora y el otro en la noche. Disfruten~

Alexander

Vivir con Jonathan en su castillo era increíble, ya me sentía muy protegido y me gustaba, era agradable. Todos los días, me levantaba temprano y preparaba el desayuno, entonces bajaba Jonathan y desayunábamos juntos. Luego íbamos a entrenar, él era un excelente profesor, me enseño técnicas asombrosas y nada complicadas, él era increíble.

Después de pasar toda la mañana entrenando, yo preparaba el almuerzo, comíamos y él se iba con sus oscurecidos, mientras que yo me pasaba las tardes leyendo en la biblioteca.

En las noches, él llegaba con la cena, usualmente alguna comida extranjera o pizza, cenábamos, y luego subíamos a nuestra habitación. El cuarto tenía dos roperos, dos mesitas de luz, una cama de dos plazas, un librero y un escritorio, sin mencionar el baño privado. Nosotros nos cambiábamos y nos dormíamos, curiosamente, siempre abrazados.

De esta forma, se fueron pasando los meses, y poco a poco me olvide de mi antigua vida.

Esta mañana me levante temprano, como siempre, y baje a preparar el desayuno, sin embargo, me extraño ver a dos oscurecidos en el living, pero sin darle importancia seguí de largo a hacer el desayuno. Los dos oscurecidos me siguieron a la cocina y se quedaron mirándome, al principio no le di importancia, pero luego comenzó a incomodarme, así que, me acerque a ellos y les pregunte:-¿Necesitan algo?-

Los oscurecidos se miraron y el más alto me volvió a ver, yo ya lo conocía, era Andrew Blackthorne.

-¿El Señor Morgenster ya despertó?-Me pregunto, yo me puse a pensar.

-No lo sé-Les conteste-Esperen aquí, me voy a fijar.-

Los oscurecidos asintieron y yo me encamine a nuestro cuarto, abrí la puerta y me quede pasmado, Jonathan estaba parado frente al espejo, sin camisa, con gotas de agua en el cabello, y se veía muy bien.

-¿Te gusta lo que ves?-Le escuche preguntarme y volví en mí, enseguida me sonroje y él sonrió.

-Lo siento-Me disculpe apenado, para colmo no puedo dejar de mirarlo-Has oscurecidos esperándote abajo.-

Jonathan se puso su camisa, se acercó a mí y... ¿me está besando?...me está besando... ¡ME ESTÁ BESANDO!

Sentí como sus labios chocaron con los míos, fue algo extraño pero maravilloso. Luego de que terminara, él siguió de largo mientras que yo me quedé estupefacto unos segundos, después me voltee y vi como bajaba con una sonrisa radiante.

Continuara...

Por conocerte a ti Donde viven las historias. Descúbrelo ahora