Robert Lightwood

1.3K 97 3
                                    

Robert Lightwood

No podía ser cierto, no era posible, Alexander no podía haberse ido con Sebastián por cuenta propia, no después de lo que le hizo a Max.

Alexander siempre fue muy inocente, demasiado bueno y frágil, no servía para ser un cazador de sombras, sin embargo, él era muy cariñoso, amable, obediente y responsable, sobre todo responsable, él sabía que estar al lado de Sebastián era algo malo, y él era demasiado correcto como para decidir por cuenta propia irse a su lado, no podía ser cierto, no creía que fuese cierto.

Siempre menosprecie a Alexander por ser demasiado débil, quería un hijo fuerte, activo, que llegase a ser un cazador de sombras orgulloso, como Jace. Quizás le exigí demasiado, no debí ser tan duro con él, quizás si hubiera intentado hablarlo, él no se hubiera sentido desplazado.

Cuando me entere de que Alexander era gay, no lo creí, pero analizándolo detenidamente, era muy evidente, me enoje con él, no le dirigí la palabra, y hasta hace poco tampoco la mirada, eso también estuvo mal, no debí actuar así, debí haberlo apoyado, no haberle dicho que no era mi hijo, no debí hacer eso, fui estúpido e insensato, y ahora pagaba por ello. Quizás no fui el mejor padre, de hecho, creó que fui una miseria de padre para él, pero enserio quiero a mi hijo, y quiero que regrese conmigo, quiero arreglar mis errores, ayudarlo, convertirme en algo mejor de lo que soy ahora, si tan solo tuviera una oportunidad...pero la tengo, Magnus.

Salí de mi casa por la ventana y me dirigí de inmediato a la mansión del representante de los brujos, había una forma de solucionar todo, había una forma de contactarme con Alexander, y debía usarla, debía intentarlo al menos.

Llegue a la casa y toque efusivamente la puerta, hasta que, Magnus me abrió, no se veía nada bien, tenía ojeras bajo los ojos y un aura depresiva por donde quiera que miraras.

-Magnus-Dije rápidamente. Él me miro confundido, seguramente se preguntaba qué rayos hacia yo ahí.

-Necesito tu ayuda, creó que hay una forma de contactarnos con Alec, pero debemos hacerlo ahora.-Le solté así nomás, él me miro por unos minutos, y luego me dejo entrar en su casa.

Ambos nos sentamos en un par de sofás, y él me pregunto:-¿Cómo nos comunicamos con Alec?-

-En el Instituto de Nueva York podemos enviar un mensaje de fuego sin que nadie se entere.-Le explique y él me miro como si estuviera loco

-¿Y si no es Alec quién lo recibe?-Me cuestiono

-Aunque sea habremos intentado comunicarnos con él, tenemos que hacerlo, no creo que él en verdad se halla ido con Sebastián por cuenta propia.-Le dije preocupado, necesitaba su ayuda para ir a Nueva York.

-Yo tampoco creo que se haya ido por su cuenta-Concordó conmigo-Vámonos.-

Magnus creó un portal y ambos lo atravesamos, quedando justo fuera del Instituto, yo abrí la puerta y me dirigí velozmente, casi corriendo, hacía la biblioteca. Magnus llego un poco después, también acelerado.

Yo use mi estela desde allí y envié un mensaje de fuego, rogando porque le llegara a Alexander, y solo a Alexander.

Continuara...

{_�CR����

Por conocerte a ti Donde viven las historias. Descúbrelo ahora