Mi nuevo trabajo

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Su nombre, Samantha Sullivan. Actualmente tiene 28 años y acababa de regresar de Londres después de haber perdido a su madre: Jessica Sullivan.   La madre que velo por ella durante 28 años  había muerto y ahora estaba sola. Su padre, se había divorciado de su madre cuando ella apenas era una niña y él, aunque sí depositaba para sus gastos, muy pocas veces se vieron y actualmente no mantenían comunicación. 

Tras haber regresado a su país natal, ella tenía una meta: subir poco a poco de puestos en Richardson Financial.  Y hoy empezaba su primer día de trabajo de asistente para la vicepresidencia.

Termino de vestirse y se admiro en el espejo. Se veía forma. Había elegido un pantalón de vestir color negro, un saco negro, una camisa blanca y unas zapatillas de punta con tacón de aguja. Había recogido su cabello rubio en una coleta alta y en cuanto al maquillaje,  uso labial rojo y  un delineador para resaltar sus ojos grises.  Tomo su bolso rojo, celular , llaves y abandono su departamento.  

Al llagar a Richardson, se presento con la recepcionista; quién la envió primero a recursos humanos. Luego de pasar por recursos humanos y haber firmado su contrato, se dirigió a vicepresidencia.

—¿La señorita Sullivan?— pregunto  una mujer de edad avanzada. Era de baja estatura, y de cabello negro con algunas canas visibles.

—Sí. Buen día— dijo saludándola.

—Llega justo a tiempo. Soy Clarisse Morgan, le explicare rápidamente— acoto y comenzó a explicar las funciones, así como donde estaban las cosas —Al señor Morphy le gusta el café americano sin azúcar, pero siempre colóquele un sobre de azúcar y crema... Sé que es muy bella, pero no se enamore de él. Ya tiene pareja.

—No se preocupe Señora Morgan. Vengo a trabajar no a seducir hombres—respondió sería y miro fijamente a la señora. 

Tras unos segundos de mirarse la pelinegra sonrió a Samantha -Eso espero. Vaya por el café. Así veremos que tal, recuerde: sin azúcar.

—Un sobre de crema y azúcar— agrego sonriendo. Siguió las indicaciones y llego a la cafetería del piso. Preparo el café y tomo los sobres.

—El señor Morphy ya llego— vio las manos temblar  de la rubia y le quito el café antes de que lo tirara —Mejor lo llevó yo. Cuando te llamé, entras— Samantha asintió.

—Señorita Sullivan.

Escucho su nombre, se enderezo y entro a la oficina con la frente en alto. Cuando sus ojos se encontraron con los de aquel hombre su mundo se detuvo  ¡Tenía que ser una broma! 

—Señor, ella es la señorita  Samantha Sullivan. A partir de hoy será su asistente—dijo sonriendo —Señorita Sullivan. Él es su jefe, el señor Edward Morphy.

Edward camino hacía ella  y estiro su mano para saludarla —Un gusto Señorita Sullivan.

Solo pudo asentir.

 —Bueno los dejo, tienen que ponerse al corriente.

—Gracias, Clarisse. Fue un placer trabajar con usted— le besó las mejillas y la acompaño a la puerta —Así que Samantha,  Pam.

—... Lo mismo puedo decir señor Morphy o debería llamarlo Paul.







Samantha Sullivan y el secreto detrás de las rosas amarillasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora