Capitulo 29

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Cieri y Persefone se miraban fijamente, ambas se acercaron una a la otra con miradas desafiantes. Solamente podia esperar lo peor pues Cieri aun tenia parte de su poder bloqueado gracias a su última reencarnación, pues sus poderes despertaban una vez pasada la luna de sangre. 

Persefone recito unas palabras en latin y saco una katana de entre las palmas dr sus manos.

-Y bien Cieri ¿que tan occidada estas eh?- dijo Persefone mientras avanzaba a nuestra pocision 

Cieri redacto otras palabras y de ellas saco de mi vientre una espada de doble filo y esta misma la divido en dos haciéndose con dos espaldas.

-Vaya Cieri aun conservas esa antigüedad - se burlo persefone mientras se acercaba a nosotras

-Pues esta antigüedad como tu la llamas, te venció en mas de una ocasion, ¿o me equivoco?-

Persefone solto un bufido y salto tomando la katana con ambas manos blandiendola hacia nosotras, Cieri por reflejo elevo ambos brazos cruzando las espadas evitando completamente el ataque, Persefone retrocedió un poco, para después blandir la espada como loca de un lado a otro, Cieri bloqueo cada uno de los ataques de Persefone con mucho exito, aunque era demasiado pronto para cantar victoria pues que podria esperarse de alguien como ella.

Persefone sonrio maliciosamente cuando ocurrio, la katana había atravesado mi vientre. ¿Como había llegado la katana ahí? No lo se, nunca me di cuenta de que había hasta hecho algo para controlar él arma, como por instinto solte las espadas las cuales desaparecieron al instante, escupí un enorme chorro de sangre y luche para sacar el arma de mi vientre, la sangre manchaba mi mano al intentar detener la hemorragia que emergía de mi vientre. Cieri perdio consciencia de mi cuerpo y yo la tome nuevamente, esperando lo peor.

-O vaya, puede que allas reencarnado pero sigues igual de debil a como te deje la ultima vez- rio ella viendo como trataba de detener la hemorragia que me debilitaba a cada segundo -Ah- suspiro decepcionada

Sus ojos reflejaban burla y a la vez lastima, miro a su alrededor dandose cuenta que la luna empezaba a salir haciendo algo sol ocultarse. Mi vista comenzaba a hacerse borrosa y la hemorragia no parecia tener final, ahora solamente me quedaba esperar la muerte.

-Esperaba mas de ti, Cieri- dijo con un tono de descepsion - creia que podria tener una batalla épica contra ti, pero sabes, es aburrido matar a alguien así de debil- me dio la espalda - volveré en siete años, no te matare hoy, quiero que nuestra batalla sea justa- desapareció entre los arboles.

Con la poca fuerza que me quedaba, me transforme, tome aire y libere un fuerte aullido que se fue apagando conforme se alargaba, después solo podia escuchar él eco que mi aullido causaba en la oscuridad, mire al cielo con la mentalidad de que esta sería la ultima vez que la veria.

La luna comenzaba a tornarse de un rojo escarlata que transmitio paz a todo mi ser, cerré mis ojos esperando mi final.

¿Seria acaso real lo que dicen las personas en su lecho de muerte?, ¿vere a esa luz blanca en medio de la inmensa obscuridad ?, no lo sabia pero creo que estaba a punto de descubrirlo.

Lo ultimo que escuche fue un aullido lleno de preocupación.

Narra Jacob

Habia llegado sano y salvo a donde se encontraba él resto de los chicos, cuando notamos que la luna se tornaba de un bello rojo escarlata, nos quedamos estupefactos admirando el fenomeno, hasta que un aullido lleno de melancolía se hizo presente.  Mi lobo chillaba, se sentia triste, no comprendía el por que, pero mi mente empezo a hacer todo encajar como si de un rompecabezas se tratara.

Elizabeth, algo le habia ocurrido, Imelda no lo penso dos veces y se transformo y corrió en direccion a donde él aullido provenía, él resto la siguio, pero yo me quede quieto dentro de un shook que me impedía reaccionar ante tal descubrimiento.

Mi lobo trato de tomar el control, deseo que le accedi sin titubear, se transformo y comenzó a correr en una direccion diferente a la que el resto había seguido. Si de algo era conocido en la manada de Alaska era por ser el guerrero mas fuerte y rápido de la manada, claro que acompañado de mi habilidad para crear estrategias con la cual no podria vivir.

Llegue a donde estaba hace apenas unas horas junto con Eliza y Skayler, mis ojos viajaban de un lado a otro en busca de cualquier pista que me llevara a ella, mi nariz exploraba de el mismo modo. El resto llego y me acompañaron en mi búsqueda.

Mi lobo aulló esperando la respuesta de nuestra mate, cosa que no ocurrio, volvi a aullar con esperanzas, todos me miraban intentando descifrar lo que ocurria.

Mi lobo comenzó a desesperarse lo suficiente como para empezar a gruñir manteniendo a cierta distancia al resto de los chicos.

Imelda corrio en una direccion como si ubiese escuchado algo, decidi volver a tomar el control haciendo a mi lobo rrlajarse, recostarme un segundo en el suelo fue mi mejor opcion.

No paso ni un minuto cuando Imelda aullo, se escuchaba triste y desconsolada,  me levante inmediatamente y corri hasta donde fue Imelda.

La encontre llorando, se encontraba en su forma humana, acerque mi hocico hacia ella, pero ella solo atino a negar con la cabeza y señalar en una direccion.

La deje sola cuando él resto llego, mi hermana apenas llegaba con su grupo de gammas, ella se dirigió directamente hacia Imelda, se transformo y fue directo a interrogarla.

Un terrible aroma a sangre lleno por completo mis fosas nasales, el miedo a lo que encontrara se apodero de mi ser.  Me detuve en seco cuando descubrí lo que había puesto de ese modo a Imelda, mis ojos no daban crédito a lo que veían, quería pensar que se trataba de una ilucion.

Él cuerpo de el lobo de Eliza yacía tendido en el suelo rodeado por sangre, un aullido de dolor salio sin mi consentimiento desde lo más profundo de mi ser, después un gruñido por mi nivel de idiotez. ¿Como fui capaz de dejarla sola?

¿Por que tuve que hacerle caso?

Esas preguntas se repetían una y otra vez por mi mente. Mientras yo divagaba en mi mente, mi hermana llego a donde estaba viendo él cuerpo inconsciente de Eliza, le mostré mis colmillos invitándola a no hacercarse mas, sin embargo, me ignoro y se acerco a Eliza lo suficiente como para tomar su pulso, suspiro aliviada al sentir él palpitar de su corazón y una debilidad respiracion.

-Tranquilo, creo que esta dormida- dijo intentando calmarme.
La mire incrédulo, y volvi a mi forma humana.

-¿como va a estar dormida, Mavis?- pregunte molesto -¿que no ves toda la sangre que hay ahí?

-La hemorragia se detuvo, ya no sale mas sangre, su cuerpo a iniciado el proceso de sanación, yo supongo que empezo curando lo de adentro eso logro agotar sus fuerzas y se desmayo- menciono Mavis manteniendo la calma.

-okey, entonces ¿como la movemos?- pregunte viendo él lobuno cuerpo inconsciente de Eliza 

Me miro unos segundos sin saber que hacer

-No, voy a dejarla aqui- asegure buscando una solucion.

Esta aparecio por obra del espíritu santo pues Eliza volvio a su forma humana, se encontraba completamente desnuda, gruñi haciendo que los chicos bajaran la cabeza o voltearan a otro lado evitando tener contacto con ella.

-la subiré a tu lomo y la llevaremos a la casa donde han estado ocultándose - insinuó mi hermana avanzando hacia ella

Me transforme sin pensarlo dos veces, Imelda hizo que los chicos de la jauria se fueran adelantando. Mavis cargo a Eliza, montándola en mi lomo haciendo mas facil transportarla hacia nuestro destino.

La luna estaba roja en su totalidad parecía bañada en sangre. Mavis, se transformo y se fue en direccion con la jauria y yo la segui por detrás.

Lupus Sanguis Lunam Donde viven las historias. Descúbrelo ahora