________ era buenísima. Al menos con su faena, había conseguido que se empalmara con tan solo un masaje de espalda. Nunca le había pasado algo así. Niall salió del centro de masajes después de colocar alguna que otra cámara en lugares claves. Fue hacia el café en el que había quedado con Jackleen. Entró y se pidió una cerveza, bien fría. Dejó su chaqueta al lado de la butaca del bar mientras esperaba a la camarera o a que llegara Jackie, así como él y muchos otros la llamaban en la faena.
- Hola, cielo. – alzó la vista del periódico. Aquella pelirroja despampanante era el centro de miradas ahora. Se sentó frente a él. - ¿Hace mucho que me esperas?
- No, diez minutos. –Niall no expresó nada facialmente. Una fría sonrisa.
- Vale… aquí tienes lo que me dio Snade para ti. – le pasó un maletín – está todo dentro.
Niall cogió el maletín dando un trago de su caña y lo dejó al lado de su chaqueta.
- ¿Haces algo esta noche? – Él volvió a dirigir la mirada hacia los penetrantes ojos de Jacky. Aquellos ojos verdísimos –llenos de lujuria- adornados con pecas alrededor de la cara que delataban que era una pelirroja natural. – Creo que me debes
más de un favor. ¿Por qué no te pasas por mi casa?
- Bueno… - dijo Niall indiferente – Quizás.
- ¿Quizás? – sonrió ella, inclinándose más hacia él y dejando ver mucho más que solo la entrada de sus pechos. Niall se aclaró la garganta. – Pasa alrededor de las once. Estaré lista… - se inclinó más para darle un beso en la mejilla. Y le susurró algo en el oído – para ti…
Se levantó y se fue andando con ese juego de caderas que solo una ex stripper sabría hacer
Niall dejó el maletín al recibidor de su casa. Abrió su portátil y conectó el programa para las cámaras. Localizó a __________ en una de ellas. Estaba en su despacho, tomando un café.Niall miró a ver qué hora era. Las once de la mañana. Se quitó el jersey sin apartar la vista del portátil. ________ estaba sentada, pero la cámara que había colocado la enfocaba de perfil. Puso el zoom. Los ojos gachos, hacia unos papeles. Una nariz algo respingona pero ni grande ni pequeña. No había maquillaje en exceso. Los labios rozaban el borde de la taza de café.Niall observó los gestos de su boca. En ese momento, como si quisiera seducir a Niall, ________ se relame el labio superior.Niall se acomoda a la butaca delante de la mesita. Va bajando la cámara, que maneja des del control del portátil. Preciosas tetas. Niall se fija en su protuberante escote una vez más, deja mucho a la imaginación pero le gusta. La falda que lleva es la de antes, igual que la blusa. Ajustada, negra. Como le hubiera gustado arrancársela allí mismo, cuando le estaba masajeando la espalda. Con la blusa y todo.Niall se quitó de sus pensamientos, esa mujer había hecho que se empalmara otra vez en tan solo un día. Y sin hacer nada. Era impresionante, pero perfectamente excitante, al menos para Niall. Tan inocente y preciosa como… Milena.
- No, joder… otra vez no. – dejó el portátil abierto y se dirigió hacia el baño. Se quitó los pantalones y los bóxers, junto con las botas y se metió en la ducha fría a intentar bajar aquella erección de caballo y a quitar de nuevo a la maldita Milena de su mente. – Es agua pasada. Ella ya no está. Ella fue un error. – se decía a sí mismo. Y no sabía la razón que tenían sus palabras.
Quince minutos. Quince minutos y ya estaba. Se enroscó una toalla alrededor de la cintura y salió al salón a buscar ropa limpia. Cuando pisó el suelo del salón escuchó un ruido en la cocina. Se ató la toalla como pudo y cogió su calibre 32 de debajo de uno de los cuadros, donde guardaba alguna que otra arma – de las que no abultaban tanto, claro -.
- Las manos donde las vea. – dijo encendiendo la luz de la cocina de su casa. –
Jacky… ¿Qué haces? – dijo arqueando una ceja.
Ella lo miró de arriba abajo.
- Mmh… no podía esperar hasta las once. – cogió una cerveza de la nevera de Niall – con tu permiso…
- Claro… - gruñó Niall, dejando la pistola en la encimera de su casa. - ¿Cómo has entrado?
- Te recuerdo que trabajo contigo y soy experta en meterme en casas ajenas. – se sacó un imperdible de la nuca. – Ha sido fácil.
- Maldición… tendré que poner más mesuras de seguridad. – en ese momento se le cayó la toalla.