01.

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Por fin.
Pensó. Ya era viernes.

Volvía de un aburrido y pesado día de trabajo, como de costumbre.

Siempre era lo mismo.

Saludar al recepcionista.
Recoger el correo de la taquilla.
Subir en aquel lento ascensor.
Sacar las llaves y abrir la puerta de su departamento.
Ser recibido por el mismo silencio de todos los días.

Como si hubiese estado esperando algo nuevo, soltó un ligero suspiro.
Quizás del cansancio, quizás de la decepción.

Se despojó del abrigo, lanzando este en el sofá. Seguidamente, guió sus pasos hacia la cocina.
Estaba hambriento, no había tenido oportunidad de comer en todo el día a causa del trabajo.

Luego depositó aquel montón de cartas sobre la encimera, al igual que las llaves.
Y con cierta desesperación, buscó algo fácil de preparar, como esos fideos que se cocinan en cinco minutos. No quería perder más tiempo, deseaba irse a la cama de una maldita vez.

Ciertamente, aquella vida que había estado llevando últimamente le comenzaba a hartar.
No sabía cuándo ni cómo se convirtió en aquel tipo serio, aburrido y solitario que era actualmente.

Decidió ojear entre el correo de hoy, en lo que se cocinaban los fideos que había puesto a cocer; aún sabiendo que sólo se trataba de facturas, revistas o publicidades estúpidas.

Pero nunca esperó que un folleto cualquiera de colores violetas llamara su atención.

"Club Sexual.
Abierto de 10 PM a 5 AM.
Todos los días de la semana.

¡No esperes más para visitarnos!
La única regla es;
Prohibido enamorarse."

¿Un club sexual? Vaya.
¿Prohibido enamorarse? Qué curioso.

Rió con sarcasmo.

En su vida había visitado un local como ese, ni se le había pasado por la mente.
Únicamente frecuentaba bares los fines de semana, por un par de tragos o por perder el tiempo.

Lo peor de todo era que tanto su vida sexual como su vida amorosa estaba arruinada.
¿Cuándo fue la última vez que sintió tan siquiera apetito de complacerse a sí mismo?

Rió nuevamente ante sus estúpidos pensamientos, aunque estos no dejaran de ser ciertos.

De verdad, ¿un simple folleto había logrado que reflexionara sobre su vida en esos aspectos?

Qué ridículo, SeHun, tsk.

Fue ahí cuando también comenzó a plantearse la opción de visitar aquel local un día de estos.

¿Sería buena idea? ¿Qué tipo de gente habría?

Quizás mañana mismo.

Quizás...

Sexual Club. (SeBaek)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora