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-¿Qué pasa? -habló nerviosa la chica bajo la penetrante mirada del chico -No has dejado de mirarme de esa manera desde que llegué... -desvió la mirada ruborizada y un tanto incómoda.
Estaban en el sotano, ambos sentados frente al piano, donde Raito solía tocar.
A (...) se le hacía bastante vergonzoso "intentar" tocar frente a el, un chico tanto apuesto como pervertido, popular y seductor, y como si no fuera suficiente lo anterior, sabía tocar el piano.
Raito rió.
-Es que no puedo dejar de pensar que soy tu profesor -habló ruborizado.
La chica se sorprendió por el comentario.
-¿Sabes Raito? Ese comentario, puede ser malinterpretado... -desvió de nuevo la mirada.
-¿Y? Así es cómo lo veo yo... -(...) pudo sentir como el aliento del chico rosaba su cuello peligrosamente, como uno de esos clichés en los fanfics, sin embargo, ella sabía que esta era la vida real. Y nunca creyó ser el tipo de chica que viviría ese tipo de situaciones, de los libros. Aunque siempre encontró eso bastante lindo, para ser ella.
Cuando se volteó para mirarlo, casi choca con su rostro, que estaba a centímetros del suyo. Su corazón comenzó a latir veloz, casi empujando sus costillas, sus mejillas ardían.
Raito le sonrió.
-¿Por qué tu corazón se ha acelerado? -cuestión el chico.
(...) se sorprendió de sobremanera
-¿Co-como lo sabes? -se cubrió las mejillas.
Raito sonrió, y tomó las manos de (...), retirándolas de su rostro, para mirarla.
-Por favor, no me quites el privilegio de mirar tu rostro sonrojado... (...) no sabes cómo me pone... -su voz delataba su grado de excitación. La chica se sonrojó nuevamente.
-Basta!! -la chica intentó golpearlo un tanto molesta.
Raito lanzó una risita.
-No querrás hacer eso a tu profesor... ¿Verdad (...) -detuvo el ataque de la chica tomándola de las muñecas.
La chica molesta desvió la mirada.
-¿Y porqué no querría? -respondió.
Raito se impulsó con los pies, para tirar a la chica y caer encima de ella.
-Por que te enseñaré a tocar el piano, para que complazcas a tus padres...
-¿Co-como lo sabes? -habló totalmente paralizada, estaba segura de que no le había dicho eso en ningún momento.
-Y por que... no puedes contra mí... -rió ignorando la pregunta de (...) -Ahora mismo estoy a mi límite... -susurró a su oído, y se dedicó a mirarla desde sus ojos, hasta sus pechos, miraba cada detalle, de su cuello, su piel, su barbilla, sus labios... todo era como un paraíso ante los ojos de aquel vampiro.
-Por-por qué dices eso...? -habló aterrada -¿Qué vas a hacerme?, ¿Quién crees que eres? -gritó.
-La pregunta correcta es... Qué soy-rió tétricamente antes de terminar su argumento, (...) palideció antes esa mirada fría en el rostro del chico, la chica miró detrás del chico, había un viejo espejo, la mitad estaba cubierta con una manta blanca, sin embargo, el resto era suficiente cómo para notar, que no podía ver a el chico sobre ella, pero estaba allí... Raito rió como loco, cuando notó que la chica había visto el espejo detrás de el -Soy un vampiro...
"Vampiro" "Vampiro" "Vampiro"
Esas palabras resonaban en la cabeza de (...), y un escalofrío le recorrió la columna vertebral al notar los filosos colmillos de Raito.
-Ahora repite después de mí... -la miró -"Enséñame"
La chica con la mirada perdida, solo hizo caso.
-Ensé...ñame
-Claro, (...)...
Raito se acercó al cuello de la chica, y lo lamió. Para después clavar sus colmillos profundamente sin ni una pizca de piedad.
