El tiempo pasaba y como siempre era imposible evitarlo. Llevamos horas en la pequeña calita, juntos, alejados del mundo, pero ambos sabíamos que debíamos volver a la realidad por mucho que no quisiéramos. Ninguno quería ser el que rompiera aquel ambiente inmejorable, pero uno de los dos tenía que dar el paso, ya estaba anocheciendo y era hora de volver. Me deshice de los brazos que me rodeaban y me puse en pie. Tras quitarme la arena del pantalón, le tendí la mano a aquel muchacho que tanto me gustaba. Él aceptó la ayuda y la utilizó para levantarse del suelo. Comenzamos a caminar hacia la civilización sin pausa pero sin prisa, cogidos de la mano. Íbamos en silencio andando hasta que nos encontramos con uno de los amigos de Ian. En cuanto lo vio me soltó la mano y comenzó a caminar más rápido hacia donde él se encontraba dejándome atrás alucinando tras lo que acababa de ocurrir. El chaval me miraba mientras conversaba enfadado con Ian, ¿qué narices estaba pasando? Ian da media vuelta y se dirige hacia mi rápidamente.
- Me tengo que ir, ha sido un placer haber pasado la tarde contigo.
Me da un beso en la mejilla y se da media vuelta en dirección a donde se encontraba el otro joven, el cual me hecha una última mirada antes de seguir a su amigo hacia a saber donde. Sí antes ya estaba confusa ahora más. ¿Eso era un hasta nunca? No lo sé, pero era innegable que había sonado así. Observé como se iban hasta que desaparecieron de mi vista. IN-CRE-Í-BLE. Lo que no te pase a ti Allison... pensé. Me dirigí hacia mi casa poco a poco. El dolor de la pierna cada vez era mayor, por mucho que no quisiera debía ir al médico cuanto antes, cada vez me costaba más caminar y el dolor era mayor. Tardé unos 15 minutos en llegar a casa. Tras entrar al portal y subir por el ascensor, comencé a buscar las llaves de casa. Cuando levanté la vista no me podía creer lo que tenía ante mis ojos.
-¿Serena? -dije confundida-
+¿Allison que narices es esto? -dijo levantando un papel abierto, el cual supuse que estaría pegado a la puerta antes de que ella lo cogiera-
-¿Qué haces aquí? ¿Y todas estas maletas?
+Es largo de explicar. Hablemos dentro mejor...
Me dirigí hacia la puerta y tras meter la llave en la cerradura, la abrí. La ayudé con sus maletas, metiéndolas en el interior de la casa y cerré cuando acabamos.
-Vete yendo al salón mientras yo miro a ver si hay algo para comer.
Y eso hice. Me dirigí a la cocina. Después de abrir todos los armarios y de mirar dentro de la nevera, sólo pude encontrar un paquete de patatas fritas de cebolla y maíz para palomitas. Cogí esto último y lo metí en el microondas el tiempo necesario para luego echarlo en un bol. Alcancé un par de vasos junto con una botella de agua también y fui al salón donde Serena se encontraba concentrada mirando a la nada. Cuando se dio cuenta de mi presencia me miró seria mientras me quitaba los vasos y la botella de agua para colocarlo sobre la mesa. Me senté junto a ella asustada, asustada tanto de lo que me iba a contar sobre las razones de su presencia aquí, como de la nota que había encontrado seguramente sobre mi puerta.
-¿Qué narices haces aquí Serena? -comencé preguntando yo-
+Verás -comenzó a jugar con su rizado pelo, moviéndolo de un lado a otro nerviosa- he discutido con mi madre, no paraba de presionarme sobre los estudios. Está obsesionada con que tengo que seguir, pero yo no puedo más. Estoy harta de la universidad, es todo tan agobiante... Estoy anulada, yo no puedo seguir así...
-Debes entender que ella quiere lo mejor para ti...
+Allison, sabes perfectamente que hay formas y formas de decir las cosas, pero no, ella me lo tuvo que decir gritando, ¿sabes lo nerviosa que me pone eso? No tiene ningún derecho a tratarme así...
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In the real world...
JugendliteraturEl día a día de una chica de 16 años es más duro de lo que los adultos consideran. Por lo menos eso piensa Allison, no de todos ya que siempre hay excepciones, pero si de sus padres. Según ellos la vida de los adolescentes de hoy en día es un camino...