Volver a casa después de un año puede resultar complicado. Que me lo digan a mí.
Llevo un día aquí y todo es rarísimo. Vale, llevo un año fuera, pero han cambiado demasiadas cosas. Por suerte, aún recordaba la dirección, y llegué sin problemas al viejo apartamento en el que vivía con mis padres y mi hermano mayor. El recibimiento quizás fue distinto a lo que me esperaba, pero no me atrevido a describirlo. Tan solo diré que mi madre tuvo que ser trasladada en ambulancia.
Mi cuarto sigue tal como lo dejé, con póster de Justin Bieber y One direction en las paredes, una habitación de una cría de 17 años. La cría que era antes.
La prensa ya se ha hecho eco de la vuelta de Laia Jiménez, la niña que fue secuestrada, según cuentan algunos medios. Todos dan por hecho que simplemente me llevaron, creo que es mejor para ellos que piensen eso. Mejor para todos.
Mis padres quieren que me incorpore rápido al instituto, creen que recobrando la normalidad todo estará olvidado. ¿Olvidarse de que su hija ha estado un año fuera?
No he visto a nadie más aparte de mi familia en estas 24 horas. Mis "amigas" no han aparecido aunque sé que sí se han enterado de la noticia, y yo tenía un novio que no sé en qué situación está.
***
Solo oigo el tintineo de la cuchara contra el bote de yogur que está engullendo mi padre. Recordaba las cenas con más entusiasmo. Francis, mi padre, solía hacer gracias sobre cualquier cosa que le había pasado, y mi madre siempre se reía con sus ocurrencias. Pero ahora impera el silencio más absoluto hasta que mi hermano tose para comenzar a hablar.
-¿Cómo era el tío?
Lo suelta sin más, aunque al principio no comprendo bien la pregunta. Mi madre lo asesina con la mirada y le da una leve colleja en la zona de la nuca.
-No lo recuerdo bien-digo para salir del paso-de hecho no tengo nada claro, una cama y poco más, creo.
Parece que mi respuesta ha saciado su curiosidad, pues después de escucharla se vuelve a centrar en su IPhone. Eso es otra, no tengo móvil, supuestamente lo perdí durante mi secuestro.
-¿Cómo os ha ido por aquí?
Mi tono es descuidado, aunque en realidad me interesa cómo han pasado este tiempo sin mí.
-Mamá entró en depresión'-Toni realiza otro comentario fuera de sitio que incomoda a mi madre, y por ello vuelve a recibir una colleja.-¡Deja de darme!
Mi hermano sigue siendo un crío a pesar de sus veinte años. Aún lleva las mechas azules en el pelo y el piercing de la ceja; aún conserva sus vaqueros caídos y sus deportivas viejas. En él no ha cambiado nada, pero parece que por mí ha pasado una revolución. Quiero tirar toda la ropa que hay en mi armario para renovarla, aunque no sé si la gente se lo va a tomar bien. Mis padres siempre han sido los típicos de: Mi hija debe ser la más guapa, la mejor estudiante y todo lo demás.
-Fue duro para todos, hija-habla mi padre-Todo el pueblo estuvo buscándote sin éxito. Y pensar que ahora te tenemos con nosotros.
Sus ojos muestran una humildad que solo he podido heredar de él, porque mi madre es totalmente distinta.
Nadie contesta a su comentario y simplemente terminamos de cenar. Mi madre me manda a descansar cuando me dispongo a colocar los platos sucios en el lavavajillas.
Ya en mi cuarto, reviso todo lo que me rodea. Elimino los póster y dejo las paredes en su blanco natural; y saco de la chaqueta lo único que he traído de este último año. Una foto de los cuatro juntos, Gabriel, Bea, Saúl y yo sonrientes el primer día que llegamos. Cada uno muestra el tatuaje del antebrazo que yo he conseguido tapar con maquillaje. El 4489, el 4490, el 4491, y el 4492 que adorna en color negro el brazo de Bea. Los echo de menos, pero para los demás no existen. Por ello, la foto debe permanecer oculta en el doble fondo del cajón de las medias, nadie debe percatarse ni de ella, ni de tatuaje. Así que tendré que comprar más maquillaje.
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¡Hola a todos!
Aquí tenéis el primer capítulo de la novela. Espero que os guste y que comentéis y votéis. Muchas gracias a todos por leerlo. ¡Nos vemos en la próxima mayúscula!
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Yo, desaparecida
Teen FictionTras pasar un año fuera de casa, Laila vuelve a casa sin saber muy bien el porqué. ¿Seguirá siendo todo como antes? ¿La estarán esperando? Y lo más importante, ¿por qué se fue? Una novela juvenil que combina amor con misterio de una forma sorprende...