Tratando de encontrarte ~Kagehina~

Otra revelación inesperada

Luego de esa espantosa revelación, las lágrimas de Kageyama no parecían dejar de parar.
Era el peor día de su vida, ¿cómo era posible que Hinata estuviera con Oikawa? Rara vez los había visto juntos, ni siquiera sabía que fueran amigos. Nada parecía tener sentido.
Kageyama se levantó, pateó ese pequeño cofre con mucho desprecio y se dirigió a su casa.
Cuando llegó finalmente, se acostó en su cama con los ojos muy abiertos mirando al techo.
Todo lo que podía pensar era en Hinata y Oikawa, en su horroroso beso debajo del árbol. No entendía cuando pasó todo. ¿Por qué no se había dado cuenta antes?
Lloraba tanto que pensaba que se deshidrataría de por vida.
Suspiraba, daba vueltas en la cama y no podía quitarse esa imagen de la cabeza. Segundos después escucho el timbre de la casa, bajo sin ánimos por las escaleras, eran Daichi y Suga.
Kageyama les quiso cerrar la puerta en la cara pero Daichi la sostuvo con rapidez antes de que lo hiciera.
- ¡Hey! No seas así. Dijo Daichi con voz de mando. Kageyama dejó de sostener la puerta. Dando un paso hacia atrás, entonces el abrió la puerta completamente  y dejó pasar primero a Suga como todo un caballero.
- Ya todo acabo. Respondió Kageyama con un tono de voz muy bajo.
- No hemos logrado localizarlo pero...encontramos algo en el Aoba Johsai. Hablo Suga con un tono de voz muy suave.
Kageyama abrió sus ojos como platos y les abrió la puerta en 1 segundo.
- Quiero ver.  Respondió. ¡quiero ver!
Suga sacó una hoja doblada de su bolsillo, era un dibujo. De Kageyama y hinata jugando volleyball.
- lo encontramos cerca del casillero de Oikawa... Si te quería, Kageyama.
Kageyama extendió su mano con lentitud y visualizo el dibujo, estaba tiernamente dibujada con crayones de muchos colores, Kageyama disparaba humo por sus orejas y Hinata estaba muy feliz, ambos jugando solos en el gimnasio, parecía un dibujo de un niño de 5, pero a estaba muy lindo,
Kageyama conmovido sonrió, pero luego el beso de Oikawa y el se proyectaron en su cabeza, y su sonrisa desvaneció.
Kageyama empezó a hacer pedazos el dibujo brutalmente, estaba muy enojado, luego de esto se arrodilló a golpear el suelo.
Suga se acercó y le dio pequeñas palmaditas en el hombro.
- Tranquilo Kageyama. Todo estará bien. No te pongas así
Dijo y le regalo una sonrisa cálida
- tú no tienes ni idea, Suga... Respondió Kageyama con furia
Daichi con los brazos cruzados  gritó:
- Tienes que pensar a solas, ¡No puedes perder la cordura Kageyama! Nos iremos por ahora. Cualquier cosa puedes llamarnos recuérdalo.
Daichi y Suga salieron lentamente de la casa dejando a Kageyama de rodillas mirando a la nada.
Momentos después, Kageyama subió a su cuarto y tomo una siesta. Tuvo un sueño extraño, estaba con Hinata en un colina, acostados viendo al cielo, diferenciando las distintas formas que podrían tener las nubes, Hinata no paraba de reír, y Kageyama amaba escuchar su risa, pero de repente todo se desvaneció. Apareció un agujero negro que absorbió a Hinaya y lo alejó de el. Asustado despertó lleno de sudor y con una respiración muy acelerada
No te dejaré ir, Hinata
Pensó Kageyama. E inmediatamente salió de su cama, se cambio de ropa y se tomó un cartón de leche entero que había en la cocina. Estaba con energía, más decidido y preparado.
Dejó su casa y se dirigió hacia el Aoba Johsai.
Aún era de tarde, el club de Volley debía estar practicando en el gimnasio.
Necesitaba enfrentar a Oikawa. Preguntarle muchas cosas.
Al llegar al gimnasio, se quedó al frente de la puerta, pudo espíar a través de una pequeña ventana pero no veía ninguna cara conocida, especialmente la que esperaba, la de Oikawa, a la que quería destrozar con sus propias manos.
Estaba nervioso, pero no podía evitar sentir la furia en todo su cuerpo, así que eso pesaba más si estuvieran ambas sensaciones en una balanza.
De repente, escucho pasos atrás suyo.
- Hola Kageyama.
Era la voz de alguien conocido, se volteó inmediatamente y era Iwaizumi  san.
- Hola Iwaizumi  san... Contesto Kageyama algo intimidado. Iwaizumi san  era el senpai de Kageyama en su antigua preparatoria, y tenía una apariencia intimidante y fuerte.
- Me imagino porque estas aquí. ¿Vienes a ver a Oikawa? ¿No? Dijo Iwaizumi San
- a-así es...
Kageyama estaba nervioso. Pero luego recordó su furia y se mantuvo derecho.
- Necesito verlo. Dijo firmemente al fin.
- lo veras. Sígueme. Respondió Iwaizumi san fríamente.
Iwaizumi dio la vuelta  y suspiro, Kageyama lo siguió, dieron varias vueltas alrededor del colegio, Kageyama estaba completamente perdido, pero no se atrevió a preguntar, hasta que llegaron a un callejón sin salida.
Kageyama finalmente habló casi tartamudeando:
- ¿D-donde está Oikawa?
Iwa chan dio unos pasos adelante hacia el, acercándolo a la fría pared del solitario callejón, solo tenían 4 cm de distancia entre sus caras. Kageyama tragó saliva tratando de no parpadear.
- Sabes Kageyama...  Desde que te conocí, pequeño e indefenso, me has gustado.
Kageyama se quedó sin palabras en silencio. Hasta había evitado respirar. Y de repente sintió ganas de vomitar.