Tensión

8.3K 789 145
                                    

El suspenso estaba en el aire, Kageyama sentía náuseas, no por la declaración, bueno, no específicamente... Pero pasar todo el día bajo el sol corriendo de un lado a otro a pesar de haberse tomado una siesta no le vino bien, además de que solo había tomado un cartón de leche de 2 litros para todo el día, todo dentro de él daba vueltas, tenía varios nombres proyectados en su mente:
Oikawa, Hinata, Iwaizumi
Estaba congelado, todo su cuerpo se encontraba inmovilizado tras semejante revelación. ¿Le gustaba a Iwaizumi san? Eso no parecía ser posible, siempre lo trato bien, es verdad, fue como un gran hermano mayor pero el amor no parecía tener un lugar en su corazón hacia el, o por lo menos no de esa forma...
Sus neuronas querían explotar se mantuvo congelado por unos segundos más hasta que por fin decidió articular una mínima palabra:
- ¿Qué?
Iwaizumi frunció el ceño y lo empujo contra la pared sosteniéndolo por los hombros.
- ¡Me gustas, Kageyama! Gritó
- Yo... Y-Yo lo siento, ¡por favor llévame donde Hinata!
- No creo que quieras verlo... Por lo menos no ahora.
- ¡¿Qué le sucede a Hinata?! Gritó Kageyama ahora agarrando la camisa de Iwaizumi con mucha fuerza

- lo siento...  Respondió Iwaizumi mirando al suelo. Pero yo te amo Kageyama Tobio
Al terminar esa oración, trato de acercarse hacia el, intentando besarlo a la fuerza.
- ¡No me digas esas cosas! ¡Quiero saber dónde está! Exclamó y le dio  un puñetazo en la cara
Iwaizumi cayó rápidamente al suelo, goteando sangre proveniente de su boca al instante.
- Por favor...  Kageyama se arrodilló.
Dime dónde está... Necesito... verlo.
Tenía la respiración entrecortada.
La expresió de su rostro había cambiado, ya no se veía violento y temeroso después de haberlo golpeado, ahora tenía una cara diferente... Se notaba su necesidad y preocupación, le hacía mucha falta su pequeño Hinata.
Iwaizumi sorprendido del cambio, comprendió que era en vano intentar hacerle entender sus sentimientos, él estaba profundamente enamorado de Hinata y no había nada que podría hacer para evitarlo. Dió un suspiro, se limpió la sangre que goteaba de su boca con la manga de su ropa y se levantó, ofreciéndole  la mano para que se levantara.
- Lo lamento, olvida todo lo que dije. Habló Iwaizumi con mucha seriedad. Lo digo de verdad... Te llevaré a donde el.
Al finalizar Kageyama dio un respiro profundo y tomó la mano ofrecida de Iwaizumi, se levanto, lo miró directamente a los ojos y dijo:
- Yo también lo siento, amo a Hinata. Y siempre lo haré. Lamento no corresponder tus sentimientos.
- Olvidémonos de esto. Yo me pasé de la linea Sígueme, te diré dónde está.
Iwaizumi se sentía decepcionado por dentro, no había duda, pero estaba claro que no podía desvanecer el amor de Kageyama hacia Hinata, no podía remplazarlo, y lo iba a aceptar. Pero dentro de él, algo más le preocupaba... Y no podía decirle a Kageyama aún.
Ambos siguieron su camino en silencio, caminaron con una velocidad moderada hasta que llegaron a una bodega cerca del gimnasio, la cual estaba muy alejada de todo, Iwaizumi abrió la gran puerta de madera, y antes miro a Kageyama a los ojos y le dijo: 
- lo siento otra vez.
Mientras se abría la gran puerta de madera, Kageyama pudo identificar poco a poco el cuerpo de Hinata atado en una silla, con una cinta en la boca, en esa gran habitación. Apenas estuvo totalmente abierta corrió desesperadamente hacia el.
- ¡Hinata! ¡Hinata! Gritaba kageyama mientras lo sacudida por los hombros de un lado al otro. Y rápidamente le saco la cinta en su boca, segundos después, Hinata abrió sus grandes ojos anaranjados que se enfocaron en los de Kageyama inmediatamente.
- ¡Kageyama! Exclamó sorprendido. Tienes que ir---
Antes de que Hinata finalizará de hablar, Kageyama lo abrazo, rodeó completamente sus brazos sobre el pequeño cuerpo de Hinata.
- Creí que no te encontraría... Susurró en su oído
- ¡Kageyama! ¡Tienes que irte! Esto es peligro--
De repente escucharon un gran sonido, provenía de la puerta, escucharon  como esta se cerraba, Iwaizumi seguia ahí parado y sus ojos se dirigían a los de alguien más.
- Hola,  Tobio chan~

Kageyama se quedó palido, esa persona que le llamaba así, solo podía ser... Oikawa Tooru.
Y efectivamente era el.

Tratando de encontrarte ~Kagehina~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora