Nate, siguió con la mirada, ha ambas damas como desaparecían en el interior del salón, perdiendose en la multitud que había allí.
Cuando desaparecieron de su campo de visión, dirigió sus pies hacia una pequeña banca que había en el jardín junto a una fuente. La fuente y el jardín le transmitían paz, silencio y podía relajar su mente, que era lo que mas necesitaba, con todo lo que había sucedido en estos últimos días de su vida, que cambio drásticamente. En un abrir y cerrar de ojos, el ya no tenia el control, nuevamente acababa haciendo lo que sus padres querían, y lo peor era que no podía hacer nada. Solo quería salir de esta situación intacto aunque dudaba que su esposa saliera sin ser lastimada.
Le causaba tristeza pensar que la joven que ahora era su mujer, no sabia la verdadera razón de su matrimonio, tan solo le habían dicho una excusa realmente tonta y sin sentido. ¿En serio, en que mundo los padres casaban a sus hijos por una estúpida tradición? Ok, si había personas que casaban a sus hijas por tradiciones sin sentidos, pero eran en algunos países como India, pero ellos no estaban en India, estaban en Inglaterra en pleno siglo XXI.
Con los ojos cerrados y tan concentrado en sus pensamientos estaba, que no se dio cuenta que alguien se sentó a su lado, aunque la persona que estaba a su lado, había sido especialmente cuidadosa para que el no se percatara de su presencia.
-Me gusta este lugar es silencioso y facilmente, podemos perdernos en nuestros pensamientos, sin tener que ser interrumpidos.-Nate reconoció aquella voz, le era familiar. Era una de las mujeres que el mas quería.-Lamento, interrumpir tus pensamientos. Deduzco que por la cara que tienes eran sobre algo importante, y aunque me muera por saber en que estabas pensando, no voy a preguntar. Seré buena y no te voy a molestar, solo por que hoy es tu boda.-La chica le dedico una sonrisa tierna, y llena de inocencia.
-Tu nunca interrumpes nada, pero justamente hoy y como siempre has sido mi salvación.-Le regalo otra sonrisa, esa sonrisa que no regalaba a nadie, mas a quien si le importaban de verdad. Nate nunca en su vida demostraba cariño verdadero, pero con ella si.
-¿De que te he salvado?.-Contesto aquella chica de ojos verdes y pelo rubio como el sol.
-De mi, de mis pensamientos, de mi propia conciencia.-Dijo mientras, miraba a la fuente. Con una sonrisa triste. La muchacha no le entendí de que hablaba, pero por su sonrisa y las emociones que mostraba en su miraba, algo le pasaba. Nate nunca había sido un enigma para ella, siempre mostraba sus emociones. Ella sabia como hacer para levantar le el ánimo, en ocasiones como esa. Como dijo no se iba a meter en sus asuntos el día de su boda.
-Por tu mirada se que algo te pasa y que algo o alguien te preocupa. Pero como te dije antes hoy no voy a entrometerme y sacarte informacion del por qué de tu estado. Pero eso no quiere decir que no te perseguiré para saber después de hoy.-Dijo mientras lo abrazaba.-Sabes que te extrañe mucho, ¿verdad?.
-Lo se, lo se. Yo también, te he extrañado. Me haces falta. ¿Cuando regresas?-Preguntó mientras le de volvía el abrazo.
-¡Ey!.-Rompió el abrazo, mientras le pegaba en el brazo en tono juguetón.-Recién he llegado, y tu ya preguntas cuando regresare.-Fingió molestia por su pregunta, pero su rostro indicaba todo lo contrario.
-Solo quiero saber, cuanto tiempo tendré para disfrutar de mi prima mas querida.-Hablo, mientras le pasaba la mano por el cabello, y hechaba a correr por el jardín. Sabia muy bien que su prima, le molestaba que se metieran con su cabello cuando lo llevaba arreglado.
-¡Nathan! ¡Me las pagaras! De estas no te salvas.-Reia, mientras corría tras su primo intentándolo agarrar y hacerlo pagar por lo que le hizo. Parecían dos críos pequeños, pero a ellos le daba igual. Como dijo Nate, su prima siempre era su salvación, siempre lograba sacarle una sonrisa.
-No me atraparas, pequeña Em.-Le hacia burla mientras corría. Su prima nunca lo alcanzaría, por obvias razones, el era mas rápido y estaba usando zapatos que hacían fácil su huida, mientras Emma, su prima, tenia zapatos de tacón mas alto que un lápiz, y usaba vestido largo que hacia imposible su corrida.
-Si lo haré, tarde o temprano. Además querido primo tendrás que detener tu ida. Por que ahora viene, tu madre. -Dijo con burla. Haciendo que su primo se detuviera de golpe. No por el hecho de que venia su madre, si no por que se había olvidado del por qué el estaba en ese jardín. El era el anfitrión de la fiesta y todavía no se había presentado en ella.
-¡Tía!.-Emma corrió emocionada hacia su tía, hacia tiempo que no la veía y la extrañaba demasiado. Era la única que tenia por parte de su madre.
-¡Oh, Emma! Pequeña no sabia que habías llegado ya. Te extrañe demasiado, hermosura.-Hablo cuando abrazaba y besaba a su sobrina. La madre siempre Tenia sido muy maternal y la trataba siempre con cariño.
-He llegado hace unos minutos. Pero como me encontré con Nate, me quede con el.-Contestó mientras miraba como su primo iba hacia el.
-Oh. Nate te estaba buscando. Eres el anfitrión, y no te has presentado. Tu esposa te espera adentro. Creo que no se siente demasiado cómoda, y no puede con todo los invitados sola. Ve ayudarla, te lo suplico.-Nate no pudo buena cara cuando le dijo que tenia que ir a la fiesta y junto a su esposa. No después del beso, y lo que sintió con el. Solo asintió, no dijo palabra.
-¡Que emoción! Conoceré a la mujer que robo, el corazón de mi primo. -Chillo Emma emocionada, al igual que un crío chilla cuando le regalan un dulce.
-Vamos, te la presentaré.-Dijo tomándola del brazo y llevándola dentro con el, para presentarle a su mujer.
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Estoy pensando seriamente si hacer un maratón...
By:Anna🐾
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Un Matrimonio No Deseado-(Terriblemente Pausada)
General FictionAudrey Blackwood, es una chica de 17 años, que cursa su último año de preparatoria. Es hija del mejor abogado de Londres, Charlie Blackwood. Ella tiene un hermano, Sam. Hay un gran problema para Audrey debe contraer matrimonio con el, de Matt O'mal...