Capítulo 04

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Bridget

La campana sonó y agradecí de haber terminado otro día sin haber cometido el crimen de matar a Justin. En el transcurso del tiempo que me tomé recogiendo mis cosas sonó el ringtone de mi celular y la foto de Sarah se iluminó en la esquina superior de mi teléfono haciéndome saber que era ella quien me llamaba.

-Si?
Atendí.
-Que haremos al atardecer?
Soltó Sarah.
-Tengo que empezar mi proyecto de Ciencias.
Respondí
-Agh, Brid tienes varios meses para eso, salgamos hoy.

A pesar de que ella tenía razón no estaba muy animada en descansar un solo día teniéndo que planear mi tan esperado futuro en pocos meses. Pero tampoco me gustaría dejarla mal, porque ningún día en las vacaciones salimos, puesto que ella se fue a canadá de visita para donde sus abuelos.

-Bien.-Respondí.

-Paso por tí a las cinco.-Culminó diciendo.

-Vale.

Corté la llamada y me encaminé hacia las afuera de la preparatoria, mi padre aún no habia llegado y todos ya estaban desalojando el campus.

Bufé y me senté en el césped mientras veía partir cada uno de los autos que se encontraban aparcados en el estacionamiento.

Necesito mi licencia de conducir.

Mi teléfono volvió a sonar, iluminando un pequeño sobre en la barra de estado que indicaba un mensaje de texto. Al abrirlo era mi padre quien habia puesto un mensaje que decía "Cariño no voy a poder ir por tí, termino tarde."
A parte de que no estoy en forma, odio la gimnacia y hoy me toca una larga caminata hacia mi departamento. Un quejido broto de mi garganta poniéndome de pie cuando de pronto un auto deportivo negro fue bajando su velocidad frente a mí. Fruncí el ceño y cuando estaba a punto de empezar a caminar en sentido contrario la ventana de la puerta del copiloto bajó rápidamente.

-Hey Ryan, Por qué tan sola?-Se trataba de Justin el del enigmático auto negro y el que acababa de articular las palabras.

-No es de tu incumbencia- Respondí secamente, y logrando que de su garganta saliera una risotada.

-A donde vas?-Siguió él, al parecer mi amargura no le afectaba en nada.-Si quieres puedo llevarte.-Propuso.

Era ir con Justin o era caminar por dos horas hacia mi residencia.

-M-mi apartamento.
-Ven, Sube.
Dijo Justin haciendo una seña de que subiera a su lado.
Lo dudé unos segundos para subir al auto, pero me convencí que solo era esta vez, solo esta vez...

Subí al auto y el perfume de un fruto predilecto inundó mis fosas nasales, la curiosidad llegó a mí, pensé que al subirme en el auto de Justin el aroma que recorrería su superficie sería varoníl. Él pareció haber leído mi mente porque antes de poner el motor en marcha dijo;
-Huele a fresas, como tú.
Una sonrisa involuntaria salió de mis labios y miré hacia abajo para que no la notase, pero fue tarde, él también sonreía.

De camino a mi apartamento hubo un silencio sepulcral, ninguno de los dos lo quizo romper, y agradecí por ello no quiero que de aquí se manifiéste una amistad, porque mi plan es opacarlo en las finales del proyecto de Ciencias.

Al bajarme de su auto le agradecí por haberme traído y me encaminé hacia adentro del edificio en el que vivo. Pude sentir su vista puesta en mí y sentí la noción del rubor instalarse en mis mejillas.
Antes de que el acensor se cerrara pude escuchar el rugir de su auto.

Comí la comida que mamá dejó preparada para mí y me dirijí a mi habitación a darme una ducha.

El agua caliente cayó sobre mí como el mejor de los relajantes, haciendo olvidar por momentos las responsabilidades y preocupaciones que yo misma me he impuesto.

Al cabo de quince minutos vestía unos pantalones cortos, una playera gris y un par de converse grises. Recogí mi cabello en una coleta alta y terminé con tomar un libro e irme a la terraza a leer.

El viento me recibió y el sol ya habia bajado su intensidad, el fervor que temprano recorrían todos los lugares, se habia reemplazado por brisas agradables.

Me enfoqué tanto en la lectura que habia dejado pasar más de la cinco de la tarde cuando mi amiga me sorprendió con un mensaje de texto que decía: "Voy subiendo a tu depa." Y cuando vine a ver el timbre del apartamento estaba retumbando en toda la estancia.

-Lista?-Habló Sarah frente a mí.

Negué con la cabeza.

-Que parte de las"Cinco de la tarde" no entendiste?-Reclamó, volteando los ojos yapartándome hacia un lado para entrar.

-Salgo en cinco minutos.-Dije camino hacia mi habitación.

-Mas te vale.-La escuché decir a distancia.

Tomé lo primero cómodo que encontré incluyendo un suéter, ya que estaba empezando a caer la noche.
Cojí mi móvil y me encaminé hasta la sala donde la obstinada de Sarah esperaba impaciente.

-Listo.-Dije haciendo una seña con mi mano para llamar su atención.

Se puso de pie rápidamente
-Sería justicia-Dijo-Vamos.

-A dónde?-pregunté.

-Iremos al cine.-Asentí porque me parecía una buena idea, y que además no tendría la oportunidad de molestarme con alguna estupidéz que se le ocurriera.

Tomamos un Taxímetro destino hacia el Centro Comercial, luego nos dirigimos hacia nuestra sala de cine favorita y escogimos la película.

(...)

El frío de la noche me erizó la piel, coloqué mi suéter y salimos rumbo hacia afuera del Centro Comercial, esta vez, nos despedimos y cada una tomó un taxímetro hacia su residencia.

Al llegar a casa mamá ya tenía la cena preparada, conversamos de nuestro día mientras consumiamos la comida que mi madre habia preparado. Cuando culminé de comer, me fuí a mi habitación y me dí una ducha relajante, me enfundé en mi pijama que consistía en un pantalón largo de algodón y un suéter tejido recogí mi cabello y me lanzé en la cama envolviéndo mi cara en la suaves sábanas y en las esponjosas almohadas, mientras las ráfagas de las afuera inundaban mi habitación logrando darme mucho más frío que lo natural.

Mi Querido Rival.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora