Paula, una joven a cargo de su hermana, en una mansión, ellas solas, intentando rehacer su vida en un nuevo país, solo enfocándose en sobresalir en la escuela para tener un buen futuro, con su lema "nada de fiestas y nada de novios", llega Andrés...
Era totalmente cierto que no las odiaba, odiaba que tuvieran un poco de razón. Pero estaba más que claro que no iba a aceptarlo.
Después de eso, decidieron quedarse a dormir en mi casa, vimos películas y tragamos como cerdas, hasta que nos cansamos y nos fuimos a dormir, ésta vez si dormimos todas en mi habitación, lo cual me parece una tontería, ya que hay tantas habitaciones que todas podrían dormir en una a solas, pero bueno siempre somos unas encimosas. Ellas más que yo. . . Al despertar, como de costumbre fui la primera, me lave los dientes y me puse una sudadera arriba de la pijama, baje con mis pantuflas moradas y en cuanto llego a la sala escucho el timbre. Miro extrañada la puerta y me dirijo a ella, cubriéndome un poco con la sudadera. Al abrir la puerta me encuentro con un Andrés despeinado con ropa de deporte, sostiene cinco tulipanes coral en su mano derecha y en la izquierda tiene su teléfono marcando el que puedo deducir es mi número.
-Hola preciosa, te traje esto para disculparme por lo del otro día.- Dice al momento que cuelga y me entrega los tulipanes. -Un lindo detalle de tu parte, pero te pediré de favor que no se vuelva a repetir él... ya sabes.
Le recibo los tulipanes y le digo.
-¿Quieres pasar? Justo iba a a hacer el desayuno para las chicas, así que, ¿Por qué no te nos unes?- Lo invito haciendo un ademán hacia adentro con la mano.
-¿Segura me quieres ahí?- Yo afirmo con la cabeza.- Okay, entonces te ayudo a hacerlos.
Entramos y vamos juntos a la cocina, dejo el ramo en la barra y tomo un jarrón negro que estaba por ahí, lo lleno de agua, le pongo unos hielos y después pongo los tulipanes ahí. Los tulipanes son mis flores favoritas en todo el mundo, me dan una alegría incomparable. Dejo el jarrón en una mesa de la sala y vuelvo a la cocina.
-Ya acomode a mis preciosas.- Le digo con una sonrisa. -Genial, ahora cocinamos.- Se queda un momento callado.- ¿Y qué cocinamos? -Hot-cakes, ¿No? -Con que sean comestibles está bien para mi.
Le indico los lugares donde están los ingredientes que se necesitan, mientras yo voy por instrumentos de cocina. Hay un bowl en la alacena hasta arriba para poner la mezcla y el cual no alcanzó, Andrés al ver mis intentos por obtenerla, se acerca y se me pone de frente casi dejándome sin espacio, levanta el brazo y alcanza el bowl. Cuando me lo va a entregar se queda mirándome unos segundos, a mis ojos y a mis labios, así como en las películas cuando están a punto de besarse. Cuando me doy cuenta de sus intenciones, salgo por un hueco de entre su brazo y la alacena.
-En...en...entonces, ¿iniciamos? -Claro.- Me dice de lo más tranquilo.
En todo el proceso de hacerlos, la pasamos riendo y jugando e incluso intentó acorralarme otra vez, sin embargo lo aleje de mi al momento.
Cuando ya todo estaba listo, acomode la mesa, puse los Hot-cakes, los cuales les dimos forma de taco con Nutella adentro y algunas fresas al rededor en un plato grande en el medio de la mesa junto con otros acompañantes que se les pone normalmente.
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