Capítulo 3: Rareza

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La casa de Marx era una pequeña cosita dentro de un árbol hueco. Escaleras anchas se extendían por los lados, haciéndole más fácil la forma de entrar. No había forma en la que Zero pudiese entrar allí, así que esperó pacientemente en la sombra. Comenzó a evadir cuando un objeto pesado salió volando por la ventana y casi choca con el, cayendo en el pasto con un sonoro 'Thud'. Era un gran libro antiguo, con algunas marcas de dientes en su portada.

Marx salió corriendo de su casa, tropezándose con uno de los escalones en su emoción y rodando el resto del camino hacia abajo. Gruñó fuerte, más con irritación que por dolor. Estaba esperando que Zero se riese de su torpeza, pero eso nunca pasó. Marx se sentó y vio el lugar dónde Zero había estado descansando, él estaba viendo el libro que acababa de lanzar, pareciendo olvidar -O ignorar- lo que acaba de pasar.

Marx no sabía que hacer con éste nuevo amigo suyo, si es que podía llamarlo de esa forma. Sí, estaba aterrado de éste al principio, pero ya comenzaba a acostumbrarse a esas extrañas y frías miradas. Ignorando todo el asunto de llevar tristeza a todo el universo no era tan particularmente malvado. Zero ha mostrado una gran cantidad de paciencia con él y no se ha enojado del todo con sus repentinos arranques de ira. Eso es más de lo que podría decir de cualquiera que alguna vez haya conocido, los cuales se volvían temerosos una vez que mostraba su verdadera naturaleza.

De repente sus pensamientos se desaparecieron. Marx mentalmente se abofeteó por ello, juntando sus manos y haciendo un sonido de choque con éstas. Este no era el momento de que le comience a gustar alguien. ¡El amuleto era más importante por mucho! No porque no recuerde nada sobre el no quiere decir que sea ignorante al poder que posee. Si pudiera encontrar una forma de convencer a Zero que se lo devuelva podría volverse más poderoso y quizá controlar Popstar. Justo como siempre soñó. Ahora de verdad quería saber qué fue lo que le pasó.

Marx fue hasta Zero y abrió el libro. No habían muchas personas en Dreamland que molestaran por libros, todos eran unos tontos, así que era muy fácil para Marx adueñarse de un tomo tan antiguo y raro como éste. Pasó las páginas amarillas hasta encontrar lo que estaba buscando. Era la imagen de una maquina enorme, pareciéndose mucho a un sol artificial.

"Mira." dijo Marx acercando el libro hacia Zero para que lo pudiera ver mejor "Este es un cometa llamado Nova. Puede conceder un deseo a la vez si se le invoca juntando energía de las estrellas."

"¿Puede conceder cualquier deseo?" preguntó Zero. Intrigado por lo que nunca había oído antes.

"Sip." respondió Marx "Pero es complicado obtener la suficiente energía de las estrellas para invocarlo. Tienes que ir a los planetas cercanos."

"¿Planeabas hacerlo?" preguntó Zero.

"Más o menos." respondió Marx. Sonriendo lascivamente "Verás, tenía este magnífico plan de engañar a Kirby en hacer todo el trabajo por mi. Todo lo que tengo que hacer es que el Sol y la Luna comiencen a pelear. Es un tonto, sería fácil convencerlo de que pedirle un deseo a Nova era la mejor forma de detenerlos. Y entonces en el ultimo momento ¡Yo iré y pediré mi propio deseo!"

"Ya veo.." Dijo Zero "¿Y qué es lo que vas a desear?"

"Oh, bueno. Todavía no recuerdo muy bien esa parte." Mintió Marx "Probablemente dinero o algo." Zero observó la antigua imagen de Nova, su mirada en blanco era todo lo que pensaba, antes de regresar la vista al bufón.

"Hay un error en tu plan." Aclaró Zero.

"¿A qué te refieres?" Preguntó genuinamente, curioso a lo que pudo haber fallado en su gran plan.

"De seguro a Kirby no le gustará ser usado y tratará de detenerte." explicó Zero.

"Pfffft, no si está inmóvil en el espacio." dijo Marx "¿Qué va a hacer? ¡¿Mirarme feo hasta morir?!"

"Marx..." dijo Zero, había advertencia en su voz.

"Bien, ¿Qué?" dijo Marx. Ya comenzaba a molestarse "¡Veamos si tú puedes tener una mejor idea!" Zero suspiró. No estaba interesado en comenzar una pelea, pero tiene muchas razones para creer que el plan de Marx ya se le había regresado. La forma en la que lo había encontrado, Zero sabía por experiencias propias que Kirby no era tan amable con todos aquellos que quisieran dañar la paz. Notando que Marx todavía estaba mirándolo, decidió que sería mejor explicarle todo antes de que las cosas se pusieran violentas.

"Cuando mis Dark Matter te trajeron ante mi tu cuerpo había sido cortado a la mitad. El amuleto era lo único que te mantuvo vivo, así que uní tus dos mitades con mis propias lágrimas de sangre antes de quitartelo. Creo que intentaste tu plan y ese fue el resultado. Lo subestimaste Marx. Si él pudo arruinar mis meticulosos planes dos veces entonces es seguro que tu tampoco tendrás alguna oportunidad contra él."

Marx estaba muy sorprendido por las nuevas noticias que había escuchado. Cayó al suelo, su mirada estaba en blanco. Ya no había ninguna duda de que algo había salido terriblemente mal.

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