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Capítulo 5: Aceptación

Zero no estaba seguro de cuanto tiempo ha estado siguiendo a Marx, pero ciertamente se sentía como si el bufón se hubiera cansado por ahora. Todavía no mostraba señales de ir mas lento, corriendo muy rápido a través del oscuro bosque. Zero no era del tipo impaciente, pero cuanto menos tiempo pasara en Popstar mejor. Si corrieran hacia Kirby las cosas se volverían peligrosas y no podría tolerarlo. Consideró arrinconar a Marx, pero esto solo lo haría ponerse agresivo. Si pelean será seguro que nunca querrá ayudarlo.

De repente hubo un movimiento en los árboles sobre él. Zero se elevó gentilmente hacia ellos para saber porqué. El colorido sombrero de Marx lo hizo muy fácil de ver en la oscuridad. Parecía que se había tropezado con una pila de lianas y se enredó en el proceso. Tenía una mirada muy miserable en su rostro y ya ni siquiera tenía las ganas de liberarse. Zero no podía sentir ninguna simpatía por una plegaria como ésta, pero entendía como se siente estar sin ayuda alguna.

"Marx" dijo "Estás triste."

"No, mierda." susurró Marx, negándose a entrelazar sus miradas. Zero suspiró mentalmente. Esta fue la razón por la que solo a Dark Matter le fue dado el sentido de pensar libremente y a nadie más luego de él. Entidades serían muy complicados de controlar y harían quejas muy seguido. La única razón por la que Dark Matter sigue vivo es porque es invaluable cuando hacía lo que le pedía e iba a tomar varios planetas por si solo sin quejarse.

Este uso tenia un precio, sin embargo. Además de un extraño hábito de nombrar a los otros Dark Matter y fingiendo sensaciones positivas haciéndose tan creepy, a menudo venía con locos planes para darle un amigo a su amo por razones que Zero no puede entender. Destruir ese libro era sin duda uno de esos planes. Zero casi nunca destruía lo que le podía servir para algo, pero Dark Matter podía hacer cambiar eso. Hizo una nota mental para castigarlo después.

Decidiendo que esas palabras no harían nada, Zero optó por liberar a Marx de las lianas. Sacó su largo y verde tentáculo fuera de su cuerpo y se acercó. Viendo que estaba cubierto de peligrosas espinas, Marx se sacudió para tratar de alejarse.

"No debes temer." Dijo Zero "Solo se volverán peligrosas cuando yo lo haga también." Para demostrar su punto se quedó muy quieto, haciendo que su cola se quedara erguida y apuntando hacia abajo. Las espinas respondieron a eso volviéndose muy pequeñas, volviendo a crecer cuando Zero se relajó. De alguna forma esto relajó a Marx, la curiosidad comenzó a tomar su lugar.

Zero cuidadosamente enrolló su tentáculo en la cintura de Marx y lo liberó de las lianas. Bajó al bufón gentilmente, quien todavía miraba a su tentáculo con intriga. Parecía como si estuviera buscando algo en su mente.

"Es mi corazón." dijo Zero, respondiendo a la pregunta no hecha mientras la volvía a meter dentro de sí. No era una respuesta correcta del todo pero bastante cerca.

"¿Es tu corazón? Pero es tan..." Marx no estaba seguro de qué palabra usar.

"¿Feo?" Ofreció Zero.

"No, solo... Inusual." corrigió Marx. Sintiendo que esa sería una descripción más segura. Zero rodó su ojo muy incrédulo pero dejó el tema hasta allí. Fue hasta allá para ayudar a Marx, no para hablar de sí mismo.

Algo pareció brillar en la mente del bufón. Trepó por las ramas de un árbol cercano y cerró sus ojos en concentración.

"¿Qué estás haciendo?" preguntó Zero.

"Tu cola me recordó a algo." aclaró Marx "Y quiero ver si todavía puedo hacerlo." Nada pasó primero, llevando a Zero a pensar que su mente se estaba comenzando a deteriorar por haber estado tan cerca de la muerte tan seguido. Pero pronto severas bolitas verdes con púas se manifestaron en el aire y cayeron en el suelo a su alrededor. Algunos segundos después varias ramas espinosas emergieron del suelo, creciendo sin ningún control y sacando enormes rosas. Antes de darse cuenta los dos estaban rodeados de enormes rosales.