Al Despertar...

Secretos...

Creo que estábamos, mi familia y yo en lo que era la casa de mi abuelo.
Era gigantesca...Pero jamás imagine que hubiera demasiados secretos que descubrir.
Llegamos para celebrar las fiestas.

Nos quedamos en una habitación.

Dejamos nuestras cosas y nos dirigimos a la sala.

Yo y mi hermana decidimos investigar la casa.

Especialmente el piso de arriba.

La casa tenía años en la colonia.

Así que empezamos a investigar.
Ella por un lado y yo por otro.
Me dirigí a una habitación que se conectaba con otra.

Empece a ver que había...Hasta que lo encontré.

En una pared había una pequeña abertura lo demasiado simétrica para saber que era una puerta.
Trate con todas mi fuerzas abrirla.

Y por fin lo logré.

-¡Fernanda!- Grite el nombre de mi hermana para llamarla.

Ella vino de inmediato.

Le conté sobre la puerta y ella también tenía curiosidad.

Así que entramos, deslizamos a lo que llamábamos puerta.
Entramos y era una habitación con demasiadas cosas.

Cobijas, algunos vinos, maquillaje, algunos espejos, pero en especial había botellas de lágrimas.

Eran tantas cobijas que no se podía ver si había algo más.

Tenía un tipo balcón donde podías ver las escaleras.

Nos quedamos ahí un rato...

Hasta que nuestra madre grito nuestros nombres para llamarnos.

Salimos de la habitación y la cerramos con cuidado para que no se viera que alguien entro ahí.

Bajamos corriendo las escaleras.

Nuestros primos, primas, tías y tíos habían llegado.
Nos llevábamos bien entre primas y primos...Pero en especial ese día nos llevábamos demasiado bien con nuestras primas.

Así que decidimos que les contaríamos a nuestras primas y que les enseñaríamos la habitación.
Así que subimos las escaleras y nos dirigimos a donde estaba aquella puerta muy bien escondida.

Así que les decimos que lo mantuvieran en secreto.

Abrí la puerta y todas entraron, una por una.
Entramos mi hermana y yo hasta el final y cerré la puerta.

Era un lugar demasiado tranquilo, así que nos pusimos a escuchar música hasta quedarnos dormidas.

Pasaron las horas y ya habíamos despertado con hambre.

Así que salimos de la habitación.

Cerré la puerta muy bien.

Y bajamos a comer algo.
Cuando íbamos a la cocina...Mi abuelo subió según a su habitación.

Pero antes nos miro con una mirada de desagrado.

Así que decidí preguntarle a mi madrina sobre la habitación.

-Madrina. ¿Hay alguna habitación secreta en esta casa?- Pregunté.

-No...Para nada.- Respondió ella mintiendo.

-Claro que la hay.- Dijo mi hermana.

-¿Cuál?- Preguntó mi madrina preocupada.

-La de donde hay demasiadas cobijas.-Respondió Fernanda.

-¿O sea que hay más?- Pregunté.

-Creo que solo es esa...Cuando terminen de comer iremos allá arriba y les diré algo sobre la habitación.- Dijo mi madrina.
Cuando terminamos nos dirigimos a la habitación, nuestras primas y mi madrina nos siguieron.

Les abrí la puerta...Pero había algo diferente.

Ya no era del mismo tamaño donde podíamos pasar.
Era más pequeño como si alguien no quisiera que nosotras entráramos.
Pero no era lo bastante pequeño como para no pasar.
Así que pasamos todas.
Cuando mi madrina vio la habitación...Tenía una expresión en su cara... Era melancolía.
Pasaron unos cinco minutos y por fin hablo.

-Su abuela...Su abuela venía a refugiarse aquí. Mi padre, o sea su abuelo...La hacía sufrir.

La golpeaba al grado de dejarle moretones y sacarle sangre.

Venía a esconderse aquí...A llorar...- Dijo mi madrina.
- Un día cuando era pequeña no sabía donde estaba ella...La busque por toda la casa hasta que encontré una grieta en la pared...La abrí y era una puerta . Me metí a ver que había y encontré a mi madre sentada llorando...Ocultando su rostro.
No se había dado cuenta de mi presencia...

Hasta que me acerque a ella.

Ella se sorprendió y me abrazo.

Me contó lo que había pasado...Me contó la verdad.- Terminó de decir.

Yo mientras me contaba todo eso vi una especie de Flashback.

Decidí irme de ahí e ir a tomar aire.

Así que salí de la habitación.

Y me dirigí a donde estaban mis cosas por mi ¡Pod, mi hermana me acompaño.

Pero algo estaba diferente.

Arriba de la cama había un cuadro... Ese cuadro estaba un poco chueco.

Así que decidí quitarlo...Y había una especie de puerta.

Le dije a mi hermana que se metiera ahí y lo hizo.

Después me metí ahí.
Mi hermana tenía su ¡Pod así que uso la linterna que tenía.

Estaba oscuro...

Pero se sentía un poco frío.

Y además olía sangre.

Llegamos al final de este pasillo y había una habitación.

Abrimos la puerta y lo primero que vimos era sangre en la pared de en frente.

Fernanda gritó.
Y corrió de regreso.

Cerré la puerta y salí del pasadizo.

Puse el cuadro donde estaba.

Y bajé a la planta baja.

Abrí la puerta de la entrada y vi a mi primo y a mi tío materno.
A mi primo yo lo había dejado de ver... Su madre se lo llevo por 2 años...

Yo ya no tenía a nadie con quien jugar videojuegos....Ni platicar...Ni confiar.

Abracé a mi primo tan fuerte.

Lloré de felicidad por verlo.
Hablamos un rato y decidimos ir a caminar.

Pero se nos hacía aburrido caminar así que tomamos una bicicleta y empezamos a ver el lugar...

Hubo un tiempo en que ya no sabíamos donde estábamos...

Nos habíamos perdido.

La verdad no conocíamos muy bien el lugar.

Nos dirigimos a una estación de autobuses y todos nos veían raro.

Pero no le tomamos mucha importancia.

Compramos los boletos.
Y esperamos.
Cuando era hora, nos subimos al camión.

Al parecer nos habíamos alejado demasiado de la casa.

Tardamos 5 horas en llegar.

Era realmente extraño.

DESPERTE.