Enamorado De Una Criatura Sobrenatural

Inicios Peligrosos

Isaac

Todo estaba bien, hasta que unos gritos afuera del lugar captaron mi atención.

- Isaac, ¿Qué sucede?- se notaba que Dylan estaba preocupado.

- Algo anda mal, hay algo afuera.

En ese momento, la puerta de entrada se rompió, todos los presentes dejaron de bailar, tomar y hablar, se quedaron fríos, quietos, a la espera de algún peligro y lo sé, porqué yo estaba igual.

- Isaac, ¿Qué pasa?- Dylan cada vez estaba más asustado.

- Calla, no hagas ningún ruido- le tome la mano.

Un aullido llegó desde muy lejos, mi manada estaba cerca, así que eso corroboraba el que algo andaba mal.

Los segundos pasaban más lento, hasta que algo salió volando desde la puerta.

- ¡OH POR DIOS!- Dylan estaba horrorizado- Es el cuerpo del cuidador.

Una persona entro por la puerta, era el mismo cazador que trató de matar a Dylan.

- Damas y caballeros, no venimos a hacerles daño, sólo quiero a una persona que está aquí, con ustedes, esta noche tan preciosa.

- A quien están buscando que no sea una criatura, digo, a final de cuentas ustedes son cazadores- dijo una chica a mi derecha. Súcubo, ha de ser del nido de Charlotte.

- Me alegra que preguntes, buscamos a un Druida, descendiente directo del gran mago Emris, o mejor conocido como Merlín. Este chico en particular tiene un gran poder que podría acabar con todos nosotros.

- Querrás decir con ustedes, los Druidas nos protegen, es imposible que acabe con nosotros, sólo los derrotara a ustedes- un chico con agallas, deberá ser un Naguitsunes

- Es cierto, acabará con nosotros, pero también con ustedes, si no nos lo entregan, todos los cazadores se enfocaran en hacerlo salir de su escondite, matando a cada criatura sobrenatural, espero que entiendan, es por el bien común.

Dylan

No podía creer lo que estaba escuchando.

-« ¿De verdad piensan matar a todos por mi culpa? No pueden ser tan malditos ¿O sí?»- Todo mi cuerpo comenzó a temblar, estaba a punto de perder la conciencia- «No debo permitirlo, no pueden hacer eso.»

Me solté del agarre de Isaac, quien volteo a verme desesperado.

- ¿Qué haces? No puedes ir con ellos, sólo espera un poco más, casi llega mi manada- podía captar el tono de súplica en su voz.

- Debo hacerlo, soy un Druida, no puedo permitir que los lastimen- me acerqué a él y le di un corto beso, ¿Quién diría que nuestro segundo beso sería de despedida?

Caminé entre las criaturas y cada una de ellas me miraba con tristeza, sabían que era yo desde un principio, lo había dicho Isaac, pueden notarlo por mi olor.

- Aquí estoy- no se bien cual era mi plan, pero había llegado hasta donde se encontraba el cazador, Austin, según recuerdo- Déjalos ir.

- Tan predecibles como siempre, los Druidas jamás cambiarán, amenaza con extinguir a una criatura y saldrán de su agujero.

- Tienes razón- una voz femenina capto mi atención.

- ¿Mamá?

- La gran Julieta Merlaos, que sorpresa tan maravillosa, ¿vienes por tu hijo?

- No sólo por nuestro hijo, si no por todas las criaturas.

- ¿Papá?

- Richard Merlaos, ¿Cuánto tiempo ha pasado? ¿Cinco? ¿Seis años?