Capitulo<18><"Eduardo">

15 2 0
                                    

—Hola pequeño.—Susurre.

El sonrió.

— ¿Cuál es tu nombre?.—Pregunte.

El niño solo sonreía, tomo mi mano señalo la libreta de la mesa, la tome y se entregue.

El con sus pequeñas manos la abrió y pude ver garabatos del hombre araña, tomo el lápiz y escribió "Eduardo".

—Tu nombre es Eduardo.—Dije tocando su cabello—Que hermoso nombre.—Dije.

El sonreía parecía estarle alegrando el día a este niño el también había alegrado mi día.

— ¿Cuántos años tienes Eduardo?.—Pregunte mirándolo.

Sonrió y escribió en la página.

Giro la libreta "7".

—Siete años.....sabes eres un niño hermoso.—Dije sonriéndole.

Sus pálidas mejillas se tornaron de un leve rosa, me hizo reír más.

Saque mi celular.

—Tomémonos un foto...te parece.—Pregunte.

El pequeño Eduardo asintió.

Me acerque a él sonreímos y nos tomamos la foto, le mostré la foto y él se sonrojo.

Me acerco a él y me dio un beso en la mejilla rápidamente tome otra foto.

Pasaron alrededor de 5 minutos tomándonos fotos el reía y yo reía.

—Disculpe ¿Qué hace aquí?.—Pregunto una enfermera.

Dejamos de reír me gire y vi a una señora.

—Solo compartía tiempo con el pequeño Eduardo.—Dije.

—¿Es algún familiar?.—Pregunto.

—No, soy su amiga.

—Usted no puede estar aquí.

— ¿Por qué?.—Pregunte.

— ¿Me acompaña a afuera?.—Pregunto.

—Sí, está bien.—Dije. Caminando fuera de la habitación.

La mujer miro su reloj.

—Espere aquí iré a darle la dosis a Eduardo.—Dijo entrando.

Un minuto después.

—Eduardo...quiere verte no se deja poner la inyección...¿Podrías ayudarme?.—Pregunto.

—Sí, está bien.—Susurre.

Entre de nuevo a la habitación Eduardo se tapaba la cara con la sábana blanca.

—Pequeño.—Tome su mano—Te van a poner tu inyección.—Dije sonriendo.

Se quito la sabana y me sonrió.

Tome su mano fuerte mientras la enfermera le ponía su inyección, después de que termino Eduardo escribía en su libreta.

Leí "Gracias".

—De nada pequeño.—Dije.

—Creo...que le caíste bien a Eduardo.—Dijo sonriendo.

—Bueno creo que es hora que me valla.—Dije.

— ¿Puedo venirlo haber mañana?.—Pregunte.

—Sí, creo que me equivoque con respecto a usted, puede venir a visitarlo veo que el niño está feliz.—Dijo sonriendo.

&quot;Querido Yuno&quot;Donde viven las historias. Descúbrelo ahora