Capítulo 13: Reencuentro con el pasado

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Ámber besaba a un chico en el medio del pasillo, y yo los miraba como idiota, aguantando el malestar que me daba la escena. Ambos se separaron y Ámber fijó su mirada en mí. El chico siguió su mirada y terminó mirándome también.

-¿Qué haces ahí?-preguntó Ámber, tirándose el cabello hacia atrás con actitud de superioridad. Por un momento, me sentí tan fuera de lugar, que bajé la cabeza.

-L-lo siento...-¿por qué me disculpaba?- Espera, no. ¡Tú deberías disculparte por hacerme ver eso!

Ella sonrió con malicia.

-No pongas esa cara, ya te llegará a ti el turno de besar a un chico... ¡Después de todo, existen los milagros!

-Jaja, que graciosa... -reí amargamente- ¿Cuánto el pagaste por el espectáculo?

-A diferencia de ti, yo no voy detrás de los chicos como un perrito mojado-seguro hablaba de Lysandro... Una vez más desvié la mirada, esperando que dejara de hacerme sentir así.

-Pffff...-el chico que estaba junto a Ámber parecía molesto. Me debatía si irme o quedarme;los asuntos de Ámber no me importaban, pero quería saber quién era aquel chico.

-¿Piensas quedarte todo el día aquí o qué?-preguntó Ámber, con impaciencia.

-Ya me iba, solo quería saber el nombre de tu amigo...-miré al castaño, él me miraba como a una vieja amiga, pero yo no lo había visto nunca en mi vida.

-¿Mi nombre?-preguntó sonriendo.

-Yo iba a preguntarte lo mismo-confesó Ámber.

-¿¡Lo besaste sin saber su nombre!?-pregunté conmocionada.

-A los últimos que llegaron al instituto no pude ni decirles "hola", porque tú ya te habías hecho amiguita de ellos. Esta vez no quise correr el riesgo.

-Emm, okay. Como digas...

-Eres una envidiosa. Acepta que por cómo eres, no puedes aspirar a grandes cosas.

-De hecho, Ámber, mientras más te veo, más me doy cuenta de que estás muy lejos de ser bonita-habló por fin el chico.

Ambas lo miramos sorprendidas; Ámber por la ofensa y yo porque parecía que lo había tocado la gracia divina, por fin veía a la Ámber verdadera.

-Además, besas realmente mal... No te acerques más a mí, y no intentes llamarme.

Dios, desearía tener palomitas de maíz...y una cámara, la cara de Ámber es la gloria, no puede creer que la hayan humillado así. Ella solo lo miraba con expresión de confusión. El chico levantó la voz.

-¿¡No entiendes lo que te acabo de decir, o acaso te lo tengo que dibujar!? ¡Lárgate!

Ella corrió hacia los baños de chicas, completamente sonrojada por la vergüenza. El castaño se volteó a verme y yo borré mi sonrisa, tal vez me mandaría de paseo a mí también. Pero solo se acercó más y me sonrió.

-Hey, lamento que hayas tenido que ver eso.

-¿Bromeas? Era hora de que alguien le diera su merecido a Ámber.

-Sí, no va a poder mirar a nadie a la cara por un buen tiempo.

-Iba a agradecerte, pero me di cuenta de que aún no me dijiste tu nombre.

-¿De verdad, no me reconoces?

-De verdad-respondí asintiendo.

-¿Ya olvidaste al gafotas que te siguió hasta este instituto porque estaba enamorado de ti?

Volviendo a Empezar (CDM- Kentin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora