Cap 7

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Comencé a correr de la nada, y escuché como una pelea entre animales ¡Me aterré!¡Entre en pánico!, y los nervios casi me traicionan. Seguí corriendo con el aire en mi contra, mientras los rugidos y gruñidos extraños seguían.
Pisaba hojas y estas crujían, miré mis zapatos, pisaron unas cuantas gotas de sangre... Mis ojos no creían lo que veían...
Me asusté mas, y los crujidos mezclados con golpes seguían; tomé valor y sigilosamente me puse detrás de unos arbustos, levanté mi mirada y no había nada; pero antes de bajar mi vista un último crujido de sastifacción se escuchó en el gran silencio. "¡¿Qué carajos ha pasado?!" "¡¿Qué rayos ha sido eso?!"

Pensé que era un lobo, o un oso; me puse a temblar. Creí que ahí quedaría mi historia, ya que no había escapatoria... Traté de gatear entre las hojas secas, pero estas sonaron como pasos, no como garras. Pasé saliva y paré en seco. Horribles ideas cruzaban mi masa gris, y los sonidos de un grillo se le sumaban...

Levanté mi vista por el arbusto, y vi a un campesino a lo lejos; tirado y sangrando. "¡De él fue la sangre! ¡Ay señor!"

En ese momento lo único que se me ocurría era ir a ver que pasó, pero por otro lado, mi vida también importaba.

Me paré con las rodillas temblando y con mi mirada en alerta. No había nada, y el silencio era demasiado.
Dí un paso, y este volvió a sonar como si fuera un eco. Dí otro, y sucedió lo mismo. Supuse que sería mi imaginación, pero no fue así; dí otro y volvió otro paso como repetición.

Miré de nuevo al campesino sangrando y mi corazón empezó a bombear más fuerte. Sin vista atrás ni a los árboles salí corriendo, y sonó un sonido como rayo ¡Algo me seguía!

Me puse a correr con el corazón a tope, aceleré más de lo común, hasta que por fin a lo lejos ví las luces traseras de mi casa. Visualicé mi meta, y llegaría a ella. Apenas llegué a mi ventanal, la abrí temblando pero con fuerza, la cerré y suspiré con las manos en ella.
Mi corazón aún no se calmaba, más bien este bombeaba mas fuerte. Mis rodillas sudaban y mi cabeza le daba vueltas al asunto. Fue algo muy extraño, algo muy raro ¡Algo que jamás había visto!
"¿Qué animal fue eso? Yo no conozco a ninguno que pisé como el pie de un humano. Ni tampoco que desgarré a alguien tan rápido y haga un silencio ensordecedor,ni mucho menos que gruña así...
¿Qué fue eso?"

Sentí una prescencia, y como aún seguía asustada, solo volteé y ví a Paula... "¡Ay pero que idiota, ahora te asustas hasta con tu perrita!"

Subí a mi habitación y coloqué mis audífonos en mi cómoda, y mi celular con el cargador...

"¡Por los juanetes de mi abuela! ¡Qué me parta una mierda ¡Olvidé el libro en el bosque!"

Ahora si que en verdad me quería morir... Ese libro me costó un gran morro y además que fue firmado por mis tres mejores amigas. Ahora sí que me degollo viva. ¡Como pude olvidarlo! ¡Soy una maldita miedosa!

¡Agghggghghghhhh! ¡Mañana lunes! ¡Odio mi vida! ¡Odio donde vivo! ¡Odio mi cabello! ¡Odio mi cara! ¡Odio toodo lo que soy!

Nada me puede salir bien, siempro debo fallar en algo, siempre debo ser tan idiota, tan estúpida, tan menza...

Me arrojé a la cama y cuando apenas me acomodaba, el timbre sonó. "De seguro mi madre se olvido las llaves".

Bajé a regañadientes, y abrí algo brusco.

-Llegaste tempra... -ahí me quedé al ver que no era el esqueleto de mi madre con su apretado vestido; era un chico, correpción, era mi vecino Evan.

-¿Así que me estabas esperando?- enarcó una ceja con picardía en su mirada.
-No genius, creí que era mi mamá, disculpa por la confusión.
-Bueno tal parece y es mas que claro que no soy mujer- se limitó a decir.
-De eso ya me dí cuenta- fuí obvia- ¿A qué se debe tu visita?- le miré.
-Quería aprovechar el día, pero ví que estaba aburrido; ¿quieres que veamos: "Diario de una pasión"?
-¿Qué onda con eso? Creo que esa es de la época de mi abuelo- traté de simpatizar, pero creo que la fregué. Por su mirada gacha pude ver que no debí haber dicho eso, pero es que generalmente no soy tan pasiva y callada; solo digo lo que pienso. Lo sé: "Uy que directa"...

-Bueno... entonces...- hizo un signo de: "Ya me voy".
-¡No!- me acomodé la voz por mi sorpresiva reacción- Digo... este... no, si quiero verla, si quieres preparo unas palomitas y lo vemos en mi sala, ¿qué dices?
- ¡Claro!- contestó sonriente.

-¡Eres un maldito actor!
-Vaaaa... que, yo no dije nada que sea mentira.
-Um... esta bien... pasa- dije a regañadientes cerrando el tema.

Se puso a mirar cada detalle de mi casa, hasta que miró a Paula tratando de alcanzar su hueso en el sillón.

-¿Quieres esto perrita? ¡Pues ve por ella!- lo dijo animado y lo lanzó hasta antes de la entrada de la cocina. Paula como nunca lo cogió y lo trajó en su boca con algo de saliva.

-Buena chica... - "ahora sabe de perros"- Bien hecho- le dió una leve caricia en su cabezita.

-¿Cómo sabías que era hembra?
-Porque no tiene tubito... jeje
-Guauuu, que gran respuesta- fui sarcástica como de costumbre.

-Se nota que tu perra anda preocupada...
-¿Y tú que sabes?
-Solo digo que parece que esta asustada o molesta.
-¿Y tú como sabes que lo esta? ¿Acaso eres veterinario?
-No. Pero mi abuelo lo es; así que sé algunas cosas. Gracias.- me miró distraído como Sheldon Cooper.

-Bueno, yo que sepa viniste a ver una peli, ¿la vemos?- reclamé mi película.

-Claro...
-Haré palomitas- dije entusiasmada mientras que él colocaba el disco y prendía la televisión.

Nuestra conversación me dejó atónita, porque debo admitirlo, que cuando abrí la puerta; ademas de asombrada, mi corazón dió un brinco.

Pedazos De LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora