Siempre Tuyo [Rubelangel] Temp. 2 Un Sentimiento Un Poco Violento

Capítulo III

Rubén:

La campana sonó con insistencia, Mangel y yo salimos corriendo hasta llegar a nuestro nuevo salón.

-Parece que tardaron más de lo que creí.-

Habló Alex mirándonos mientras tomaba asiento.

Estaba a punto de responderle algo hasta que un profesor entró a el salón. Parecía tener menos de treinta años.

Dejó su maletín en la mesa y se puso frente a todos.

Todos guardaron silencio a excepción del grupo de la otra esquina del salón.

-Buenos Días jóvenes y señoritas. Mi nombre es Ignacio y yo seré su nuevo profesor de educación física.-

Habló mientras se daba la vuelta e iba a por un marcador para la pizarra.

-Hoy todos se presentarán.-

Sonrió

-Comencemos por este lado.-

Se dirigió hacia los chicos que no guardaban silencio

-Muy bien... Pasa tu, al frente.-

Colocó su mano en el hombro de un chico de cabello negro con lentes, una playera negra con una D de color rojo y las mangas amarillas.

Sus amigos comenzaron a burlarse, éste se levantó decidido y caminó hacia enfrente de la clase.

- Bueno, mi nombre es Víctor.-

Se fue a sentar sin decir nada más.

-Sigues tú.-

Señaló al chico que se burlaba de su amigo, dejándolo completamente callado.

Éste tenía el pelo un poco largo y chino.

Se levantó y caminó.

-Me llamo Alan y pueden decirme... Pues Alan. -

Comenzó a reír y se fue a su lugar

Y así pasaron los demás del grupo

-Akim.-

-Zilverk.-

-GamerBross.-

-Spartan.-

Todos excepto Spartan con un acento mexicano lo cual me llamó la atención ya que sonaba un poco extraño.

Una vez que toda la clase pasó; el timbre sonó, el profesor sin decirnos nada salió...

A medida que el día pasaba llegaban los profesores, explicaban su materia y hacían que nos presentaramos.

Algo normal para ser el primer día.

Durante las primeras clases aquellos chicos no se callaban, hubo un momento en donde los mandaron por su primer reporte.

Y ellos aún riendo salieron.

En el receso no sabía cómo ir a pedir comida ya que era de cierta manera complicado...

Pero al parecer ya todos sabían cómo.

Así que mandé a Álvaro y a Germán por algo de comer para mí.

Álvaro fue sin reprochar, pero Germán... Fue un poco diferente.

Tuvimos que juntar 2 mesas gigantes, ya que éramos muchos.

Pero creo que a pesar de todo este fue un día maravilloso.