Capítulo XIV

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Miguel Ángel:

-Oye... Mangel.-

Me miró el de ojos castaños.

-Dime.-

Le dediqué una sonrisa, a lo que él simplemente bajó la mirada.

-Hey, ¿qué pasa?.-

Le pregunté cuando lo vi tan cabizbajo

-Parece que ya no le importo a mi madre.-

Me dijo fingiendo una sonrisa.

En ese momento recordé el día que me contó aquella situación tan extraña sobre las cartas de su madre.

Vaya que era extraño, pero aún así escuché la historia hasta el final y con atención. Y varias veces me había enseñado las que había mandado para ver cómo estaba.

Pero un día hace unos meses... Simplemente dejaron de llegar.

Y el ánimo de Rubén era cada vez menor.

Vaya que extrañaba a su madre.

Y ahora que lo recuerdo mañana iríamos a visitar la tumba.

Porque aunque las cartas dejaran de aparecer él iba constantemente a aquella gris tumba y claro que yo lo acompaño.

-Oh... Vamos, no seas tan cruel contigo. Tu bien sabes que ella te ama... Muchísimo. Seguro que por algo las cartas ya no llegan.-

Me sentí algo triste, pero aún así intenté animarle un poco.

Le sonreí y la abracé por la espalda

Aún no entendía el por qué me sentía así... Era entre un sentimiento horrible de culpa y tristeza... Que mezclados no son para nada buenos.

-Vamos... Seguro que ya volverán.-

Le dije alzando su rostro por su mentón depositando un corto y suave beso en sus labios.

-No te preocupes.-

Le tomé la mano y él simplemente sonrió.

Siempre Tuyo [Rubelangel] Temp. 2 Un Sentimiento Un Poco Violento Donde viven las historias. Descúbrelo ahora