'Síndrome de Estocolmo'

115 8 1
                                    

¿Que puedo hacer si mi mirada está atada?

Tus manos fuerzan las cuerdas que me aferran aquí.
Tienes miedo de que yo escape. No quieres verme marchar.

Dos hilos me retienen en tu mundo.
Empiezo a desgarrarte.

No necesito verte para saber que estoy en tus ojos.
Tienes miedo pero dejas el camino abierto.

Pasas tu fiel amigo por mi cuello.
No puedes poner fin a esto.
Tiemblas por el miedo de mi huida
y eres incapaz de dejarme libre.

¿Que hago si mi libertad está limitada?

Llevo días en las noches.
Pero sé que ellos llegarán.

Firme me susurras que nunca escaparé.
Pero no sabes que yo leo entre líneas.

¿No ves que nunca me iré si me tienes atado así?

Eres la sombra que me vigila en cada rincón.

Mira lo que me has hecho. Mira lo que te he hecho.

Nunca escaparé si me atas a tus brazos.

Lo siento, el Síndrome de Estocolmo nos acompaña en esta habitación.

¡Sí, he caido entre tus brazos!

Me has soltado de tu agarre, sin embargo este hilo me asegura a tí.

Ellos llegarán pero creo haberme acostumbrado a estar amarrado a tí.

Nunca escaparé si me retienes de esta manera.

Solía hablar de tener demasiada libertad. Ahora estoy en el límite.

Cambiaste mi manera de pensar.
Mira lo que me has hecho hacer.

Siempre estuve solo toda mi vida, mas nunca cambiaría este lugar por otro.

Me soltaste de tu amarre pero decidí no volver a sentir el pasado.

¡Sí, me he enamorado de tí!

¿Que puedo hacer si el Síndrome de Estocolmo nos aferra hasta el fin?

Ansias de poesíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora