Capitulo 5: Cenizas

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"Que tengo el corazón hecho cenizas, creímos que la llama era infinita"
Malú "Cenizas"
Hoy tomé una decisión decidí no tener más sexo por tenerlo. Después de una experiencia marcada por las ganas y la calentura, hice lo que nunca había hecho antes, contacté con un chavo a través de la aplicación de ManHunt; ese buscador de hombres, donde creas un perfil, pones lo que buscas y contactas a gente que le interesa nada más pasar el rato. En esa página, al entrar, parece un catálogo de hombres donde se aprecian las medidas de sus órganos sexuales y cuerpos desnudos. Esa es la forma de vender en esa página, de ofrecer y de esperar encontrar a alguien para un encuentro furtivo, todo eso, siendo conscientes de que nunca encontraras nada más; pero nunca falta el ingenuo que piensa encontrar una relación o al amor de su vida, llevándose la sorpresa de no encontrar nada más que sexo.

Quedé de verme con alguien que conocí ahí, me invitó a su casa, una plática, un saludo, un "yo te vi alguna vez en una fiesta" y después nada, sexo, vacío, sin sentido, sin pasión. Lo más extraño en mi caso fue que estando con él pensé en ti, no sentía sus caricias, sus besos, me sentía ajeno, vacío, pensando en la historia que vivo, que siento; él no podía hacerme sentir lo que tú me hacías sentir y que no tiene nada que ver con el sexo y la calentura. Después de esa experiencia y de dos horas en las que él, del que ahora no recuerdo ni su nombre, disfrutó más que yo, pues mi cabeza estaba en otro lado.

Terminó el encuentro, así nada más, sin nada, sin amor, sin pasión, sin entrega, sin felicidad, no había ni siquiera la satisfacción de haber saciado los placeres carnales.
Me fui a mi casa, me sentía sucio, me sentía ajeno, sentía que me había traicionado a mí mismo, y ya no quiero traicionarme. Llegué a darme un baño, pensando nada más en lo que había sucedido; ya no quería eso, el sexo por sexo no me llenaba, sé que necesitaba algo más, pues mi corazón me pide mucho más, algo que nunca he conocido.

Una de las razones, creo yo, por las cuales nunca puedo ser congruente es esa, mi corazón dice una cosa, pero mi instinto otra; aunque hoy se terminó, tomé la decisión de no repetir esa experiencia nunca más, no así, entregando mi cuerpo al primer extraño que conozca y que no me haga sentir nada. Esa es una de las cotidianidades que se vive en el mundo gay, donde siempre, es mejor un encuentro casual que involucrar asuntos del corazón, aquí no hay espacio para eso.

Todavía me siento sucio, traicionado, yo sé que lo provoqué, pero yo mismo lo cambiaré. No cabe duda que contarte mi historia me ayuda hasta en eso, me ayuda a pensar en ser una mejor persona, esa persona ideal que debo ser, aunque no sea para ti,  y aunque tú no veas la diferencia.

Incluso he pensado en comenzar a hacer ejercicio, en cambiar mi estilo de vida y volverme más deportivo, tal vez así voltees a verme, tal vez de esa forma te parezca atractivo. Soy capaz de hacerlo, por amor las personas somos capaces de todo. Tengo claro que el ideal de esperar, que alguien se fije en ti por tu mente y por tu corazón es algo utópico. Yo mismo, te he reprochado mil y un veces que solo busques un novio trofeo, que esperes encontrar a alguien bonito a la vista, cuando existimos personas normales físicamente, que no somos supermodelos, de esos que tu buscas, y que también a pesar de no ser perfectos podemos amar.

Te amo, tanto que podría cambiar si me lo pides, aunque con eso traicione mi mente una vez más, pero sabré, al menos, que el corazón no lo traicionaría.

En la mañana platiqué con Karina, esa amiga que tengo, que siempre está conmigo en los proyectos profesionales. Parece que la vida se encarga de provocar varios rompimientos de relaciones, ella también pasa por el término de una, aunque ya van varios intentos de puntos finales en su relación. Le conté que te escribo estas palabras y me felicitó, pues ella sabe lo mucho que me ha costado vivir con esto, es de las pocas personas que conoce este secreto. Me dijo, al preguntarle, si pensaba que tú ya sabias mi secreto, le dije que no, que ni siquiera podría pensar que tú sospecharas lo que siento por ti, pues serias diferente en tu trato conmigo, me dijo que si no lo sabias lo sospechabas al menos, por lo notorio que es. Me comentó también, que esto me serviría para liberarme y me preguntó que si alguna vez leerías esto, que si estaba dispuesto a entregártelo y le dije que sí, es ahora mi propósito de año nuevo que debo cumplir y que consiste en hacerte llegar estas palabras.

Amar no es suficienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora