Capítulo 5.

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-Quería que Jack pagara, pero llegar al grado de matarlo, solo de pensarlo el estomago se me revolvía, y no por preocuparme porque Jack estuviera muerto, si no porque Henry fue el causante.

-Desgraciadamente no lo mate, pero sabes, me gustaría hacerlo. -Dijo, y al instante sentí una inquietud y un alivio a la vez.

-¿Entonces?. -Pregunté, me empezaba a desesperar.

-Mira niña, tu novio no esta metido en cosas buenas, el trabaja para alguien, sabes a lo que me refiero. -Explica.

- No entiendo, habla más claro.

-Claro que no entiendes. -Soltó una risita burlona.

-Pues si fueras más claro, tal vez entendería. -Dije cruzandome de brazos.

-Tu novio esta bien, solo esta haciendo trabajo sucio para alguien, mata, trafica, tortura, ya entiendes niña. -Explica haciendo énfasis en cada palabra.

-¿ Cómo se que no me estas mintiendo? -No podía creer lo que me esta diciendo, era una locura.

-Porque mi equipo  y yo llevamos años  buscando a esa mafia.

-¿Tu equipo? ¿mafia?, a caso lo que fumabas era marihuana o que? -Dije desesperada, su rostro era serio y su ceño fuertemente fruncido, algo me decía que estaba completamente seguro de sus palabras.

-Soy un agente, Emma. -Dice finalmente.

-¿Que?. -No podía creer lo que me decía.

- Mira niña, aquí no puedo hablar. -Niña, niña, tengo veinte años maldita sea.

-Necesito respuestas Cox, si es que ese es tu verdadero apellido, ahora si no se quien es Jack y si es cierto lo que dices, quiero saber exactamente todo. -Dije firme.

-Vaya, la niña tiene valor. -Una vez mas soltó una risita burlona.

-Solo dime que esta pasando. -Dije desesperada.

-Lo siento. -Dijo y se abrió camino.
Que fue todo eso, Jack en una mafia, me costaba trabajo creerlo, hace un par de meses se encontraba en juegos de ajedrez por diversión, aunque después todo cambio, sus engaños, su comportamiento, bueno ahora todo tiene sentido, pero si es así, ¿Quien es realmente Henry Cox?

Mi mente trataba de procesar todo lo que Henry me había dicho, caminaba por las calles a paso lento,  dos camionetas negras me rodearon y dos hombres encapuchados salieron de ella, voltee para todos lados buscando una salida, corrí, pero mi intento de escape fue inútil, pues uno de los hombres me había atrapado, trate de liberarme de el pero no podía, me taparon la boca y nariz con un trapo que traia alguna sustancia química que me hizo desvanecerme poco a poco.


-¡Despierta!. -Abrí los ojos débilmente, tratando de acostumbrarme a la luz que me pegaba directamente en la cara.

-¿Do...donde estoy? -voltee para todos lados tratando de identificar el lugar, era un cuarto oscuro con una lámpara que me pegaba en el rostro.

-En Hawaii. -Dijo irónicamente el hombre que se encontraba enfrente de mi.

-Veo que tiene sentido del humor. -Dije, no estaba asustada, solo intrigada, después de todo lo que pase con Jack y el que casi muero, nada sería peor, al contrario.

-Tienes agallas niña. -Se acercó el hombre hacia mi, deduje que tendría como unos cuarenta años o más.

-Que quiere de mi.

-Pues verás, tu novio resultó ser un traidor, nos engaño a todos, se le dio un trabajo de trasportar diez millones de dólares al jefe osea a mi, ¿y que crees? ¡escapó con el haciendo su propio equipo!. -Dijo furioso, trate de moverme y me di cuenta que estaba atada a la silla.

-Sigue sin explicar nada, que quiere de mi.

-Eres su novia no, te usare para llegar a él, o mejor dicho el vendrá a mi.

-Dudo mucho que eso pase, a Jack no le importo, soy víctima de sus maltratos, no creo que quiera rescatarme, pierde el tiempo. -Dije

-Crees que no se eso, que te golpea cada vez que se le da la gana, que te engaña, que te humilla, debes tener mucho odio, y te voy a ayudar a enfrentarlo. -Explicó, ya entiendo todo, en cierta parte si quería hacerlo quería vengarme de Jack Anderson, pero ¿que estaría dispuesta hacer?.

-Solo tienes que unirte a nosotros. - Dijo el hombre, como si me hubiera dado respuesta a la  pregunta que no hize.

-Acepto. -Dije sin mas. Are esto por mi, no por está gente que claramente no le importo, solo me usaran para su beneficio y por su puesto yo también. Tenia que hablar con Henry, al igual que el sería una infiltrada en la mafia que el  esta tratando de atrapar y parece que se forma otra, la mafia de Jack Anderson.

-Bien tendrás que entrenar, aprender a usar armas, desifrar códigos y a matar. -Un nudo se formó en mi garganta, no había pensado en eso.

-Suena fácil. -Dije como si no me importara.

-Bien, empiezas mañana.

-¿Volveré a casa hoy?. -Que diga que si por favor. Pensaba.

-Si, por si Jack vuelve, tendremos vigilada la casa, y a ti también. -Dijo.

-¿Cual es tu nombre?. -Pregunte.

-Nick. -Dijo sin mas y salio de la habitación. En seguida entran dos hombres armados y me desatan, me conducen a fuera y me llevan a casa.

-Vendremos mañana por ti. -Dijo el hombre que me había dejado inconsciente.


Me dirigí al cuarto de baño, y tome una larga ducha, ¿Qué estoy haciendo? ¡Dios! que acabo de hacer, yo no soy esta persona, que se supone que are, no estoy lista para esto, solo soy una estudiante de administración involucrada en algo por error. No se que hacer, no se si decirle a Henry sobre esto, estaría bien decirle, ¿es de los buenos no?.  Mientras mi cabeza daba vueltas y vueltas pensando las cosas, un ruido se escucho abajo, alguien estaba forzando la cerradura, ¡maldita sea!, no puede ser Jack, el tiene la llave, me envolví en la toalla, tome la secadora del cabello y camine lentamente hacia abajo, tenia la piel de gallina, mi estomago se contraía, y temblaba como perro chihuahua, entre mas me acercaba, mas se escuchaba el ruido de la puerta, me puse atrás de esta con la secadora en mi pecho, cerré fuertemente mis ojos, tome aire a la vez esperando a quien fuera que tratara de entrar, finamente la puerta se abrió, y cuando tuve la oportunidad golpee al hombre que había invadido mi casa, le di un fuerte golpe en la cabeza haciendo que callera al suelo haciendo un mueca de dolor.

-¡Maldita sea! -Maldijo y me di cuenta que era Henry.

-¿Henry?. -Pregunte confundida seguía con la secadora arriba, en guardia.

-No, el Ada de los dientes. -Dijo sarcástico sobándose la cabeza. -Linda vista, por cierto. -Dijo recorriéndome con su mirada.  

-¡Maldición!. -La toalla se me había caído.  Rápidamente me agache por ella y me cubri. -¿Que haces aquí?. -Pregunte, mis megillas estaban color escarlata.

-Necesitaba verte para...-Rápidamente le tape la boca, tenían la casa vigilada. Le hice una ceña con la mano para que no hablara, me fije por la ventana para asegurarme de que nadie estuviara afuera.

-Parces loca, ¿sabias?. -Dijo, levantandose del piso.

-No sabes nada, asi que cállate quieres. -Seguia viendo por la ventana.

-¿Crees que no se que vigilan la casa? ¿Que te subieron a una camioneta y que ahora trabajaras para Nick?. -Voltee boca abierta a mirarle.

-¿Como es que sabes eso? -Me cruze de brazos.

-Soy el jefe de Nick. -Solto una risa de superioridad.

Ahora si no entiendo nada, no se exactamente que esta pasando, no puedo describir lo confundida que estoy.




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⏰ Última actualización: May 17, 2016 ⏰

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