2. New York

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POV Brianna

Mis padres son grandiosas personas, amorosos conmigo y felices como pareja. Mi padre tiene una empresa de telecomunicaciones y ambos trabajan en ella, es su bebé. Él es un hombre de cuarenta y siete años, pero muy bien conservado a pesar de las canas, es alto y delgado, pero con músculos muy bien conservados. Mi madre es una hermosa mujer de cuarenta y tres años, dicen que soy su mini mi. Realmente somos parecidas, cabello castaño claro, ojos verdes, alta, labios colorados y una sensualidad única, según mi padre. Ella dice que lo único que le heredé a mi padre es mi habilidad para los negocios y con eso me basta, aunque hubiera preferido sus preciosos ojos azules.

Mis padres trabajaron duro para levantar su empresa y criarme al mismo tiempo. Ambos eran muy jóvenes cuando nací. Mi madre tenía diecisiete y mi padre veintiuno. Los obligaron a casarse una vez mi madre cumplió los dieciocho años y yo acababa de nacer, pero eso no fue ningún sacrificio para ellos porque ya se amaban, pero les retiraron el apoyo. Mi padre estaba a punto de terminar su carrera y mi madre tuvo que trabajar de mesera aún embarazada para apoyar a papá. Cuando formaron la empresa mi madre estudió derecho y los familiares que les dieron la espalda regresaron, de ahí, que mis padres se cuiden de las personas que los rodean y yo crecí siendo precavida igual que ellos. Y con ese pensamiento, los echaron de nuestras vidas. La única que se quedó fue Selene, la hermana gemela de mi madre quien es la mamá de Camelia. Mi padre era hijo único así que para él fue más fácil desprenderse de su familia, quienes fueron los que más duro los trataron porque no querían a mi madre. Aunque años más tarde, mi abuela materna volvió y nos visita con frecuencia, debo decir que la amo, y ella nos consiente mucho a Camelia y a mí por igual.

Me hubiera gustado vivir una genuina historia de amor como la de ellos. Pero no, me tocó la mierda...

La voz de la azafata me saca de mis cavilaciones. El avión está próximo a aterrizar en el aeropuerto de New York, alguien de la familia Williams vendrá por mí y me llevará al hotel. Ellos querían que me quedara en su casa, pero siempre me ha gustado estar sola, así que un hotel será.

Bajo del avión y voy por mi maleta, solo estaré aquí por una semana, de ser posible, lo reduciré a unos pocos días... No he cruzado palabras con mi supuesto futuro esposo, lo que igual no me interesa. Solo vine a cumplir mi parte para dar inicio a esta farsa y llevar a cabo la tan anhelada fusión.

—Ten linda —me habla un hombre y lo miro.

El guapo sujeto me pasa mi maleta y sonríe intentando encandilarme. Musito un simple gracias y me alejo.

—Eres muy hermosa, pero demasiado borde —grita provocando que otras me miren, pero sigo mi camino rodando los ojos.

Las únicas personas de las que me interesan sus opiniones son mis padres, mi abuela y mi prima. Ellos saben quién soy realmente y eso para mí es suficiente. A lo lejos veo a un hombre un poco mayor, de la edad de mi padre quizás, moreno y corpulento, sosteniendo un tablero con mi nombre y me acerco.

—Buenas tardes —digo con seguridad deteniéndome frente a él.

—¿Señorita Blake? —Su voz es formal. Asiento y me regala una sonrisa cálida. Me gusta, pero igual mantengo mi distancia—. Mi nombre es Arthur, seré su chofer durante su estadía en la ciudad.

Toma mi maleta y me guía hasta un Mercedez Maybach S600 negro bastante elegante. Me abre la puerta de la parte trasera y entro al elegante auto. Literalmente quedo con la boca abierta por tanto lujo, este auto es una pasada. Tiene los asientos de cuero blanco reclinables, pantallas, cojines Es todo lujo. Pero lo mejor de todo, es el delicioso Chenin Blanc Casa Madero de 2012 que acompaña la escena. Los Williams sí que saben cómo impresionar.

Casado Con Mi Pequeña (Sin Editar) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora