Capitulo 2

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- ¿Emma? dijo la maestra llamando mi atención.
- ¿Sí?
- Por favor, página 81. Continúa con la lectura.- dijo.
Abrí el enorme libro de biología que se encontraba de cabeza en mi banca. Me ubique en la página 81. "Sistema Tegumentario", ¿a quién podría interesarle aquel tema? A mí no, mucho menos si tenía a Brooke junto a mí.
- Emma ve con la consejera, llamará a tus padres, estas un poco distraída.
Me levante de mi asiento y camine hacia la puerta, todos me observaban, ¡trágame tierra! Me dirigí a la oficina de la consejera. Dios, en que estaba pensando, solo quisiera saber por qué mi mejor amiga me ponía tan nerviosa. Es decir, la conozco desde hace siete años y nunca me había pasado algo como tal.
- ¡Emma!
Voltee hacia atrás y se encontraba Brooke al otro lado del patio haciendo señas para que me acercara a ella. Corrí hacia dónde estaba y nos ocultamos atrás de los salones de secundaria.
- ¿Qué haces aquí? pregunté.
- Vámonos.
- ¿A dónde?
- Sígueme.- dijo mientras tomaba mi mano.
Corrimos hacia la salida de atrás y por suerte la puerta se encontraba abierta. Jale a Brooke hacia atrás de un árbol para poder ocultarnos del guardia de seguridad de la escuela. Estábamos totalmente cerca, mi corazón latía rapidísimo y mis manos sudaban. - ¿Ahora qué hacemos? pregunto.
- Creí que la mente maestra eras tú.- reí.
Brooke tomó una piedra que se encontraba en el suelo y la aventó hacia uno de los autos estacionados. El estrepitoso sonido de la alarma del auto asustó al guardia y éste corrió hacia él intentado ver lo que ocurría. - Corre.- dijo Brooke. Ambas salimos corriendo de la escuela y nos alejamos lo más que pudimos. Muertas de risa y cansancio nos dejamos caer sobre la banqueta.
- Eres de lo peor.- dije. ¿Ahora a donde?
- No sé, te toca elegir a ti.
Recordé que al otro lado de la calle había un parque verdaderamente hermoso, era el lugar perfecto. - Ven.- susurre.
Nos dirigimos hacia aquel parque y me lleve una gran sorpresa al ver ese gran letrero que decía 'No Entrar'.
- No puede ser.- exclamé.
- Tranquila.- dijo.
Brooke escaló hacia la ventana de la caseta del policía y entro. Solo pude escuchar cómo se rompía un cristal y al momento Brooke abrió la puerta para que pudiese pasar.
- Guau.- dije sorprendida.
- Vamos, entra.
El lugar se encontraba totalmente arruinado. El césped estaba totalmente maltratado. Las flores estaban muertas. Ya no había vida dentro de ese parque como la última vez que vine.
- Vamos a la punta.- dijo.
- ¿Y si nos pasa algo?
Ella se acercó a mí y acaricio mi brazo, tomó mi cadera y me miró fijamente. - Alcánzame.- dijo sacando mi celular del bolsillo.
- ¡Brooke! grite.
Corrí tras ella tratando de alcanzarla. Atravesé un cultivo lleno de dientes de león y un rosal espectacular. No encontraba a Brooke, no sabía cuál era el camino.
- ¡Brooke! grite.
- Emma, ven.- dijo mientras se asomaba por un fresno. Camine cuidadosamente hacia dónde estaba ella. Al llegar pude observar a Brooke parada en una roca en el barranco. - ¡Hey, ten cuidado! dije nerviosa. Ella me vio y extendió la mano esperando a que yo la tomara. Me acerqué a Brooke y me ayudó a subir a aquella roca.
- ¿Ya viste el paisaje Emma?
- Es hermoso.- dije sin apartar la vista de aquel espectáculo.
- Si, lo eres.
Sin decir nada, Brooke y yo nos sentamos a la orilla de la cordillera. Recargue mi cabeza sobre su hombro y ella tomó mi mano. En ese momento me sentí la chica más especial del mundo por el simple hecho de estar ahí, con ella, tomando su mano, mientras nuestros corazones se sincronizan. Por el simple hecho de ser la persona más importante de su vida.

Al llegar a casa me recosté sobre mi cama, cerré los ojos y me imagine un mundo donde solo Brooke y yo existiéramos. Un mundo donde ambas seamos las dueñas de la felicidad y que el amor eterno nos rodee. Ahora lo sabía, me había enamorado de mi mejor amiga. De mi compañera desde la secundaria. De aquella niña con la que había crecido. Ella sería mi más profundo y hermoso secreto. Un secreto que me guardaría hasta la muerte.

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