Capitulo 5

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    ⁃    ¿Que tanto miras en el teléfono? ¿Esperas que alguien te llame? preguntó mi madre.
    ⁃    Brooke bebió de más y no me ha llamado, estoy preocupada.
    ⁃    Termina de merendar y ve a su casa, seguramente tiene resaca.
Creo que tenía razón, deje el móvil por un momento y termine mi almuerzo. Mi mente estaba invadida, habían tantas cosas en qué pensar y lo único que venía a mi cabeza era el beso que Brooke me había dado la noche anterior. ¿Lo recordará? ¿Habrá sido cierto lo que me dijo? Tantísimas preguntas vinieron a mi que estaba a punto de estallar. Al terminar de almorzar cogí mi móvil y salí de inmediato a casa de Brooke, estaba ansiosa por verla, pero, ¿por qué? El camino a su casa era demasiado largo y yo ya no podía más, necesitaba saber que nosotras estábamos bien, que nada iba a cambiar entre nosotras dos después de lo ocurrido. Para no hacer larga esta historia, después de media hora por fin llegue a su casa, por suerte su madre iba saliendo así que corrí hacia ella.
    ⁃    Señora Rebeca, ¿está Brooke en casa?
    ⁃    ¡Emma! Siempre es bueno verte. Sí, sube, está en su habitación.- dijo y después besó mi mejilla amablemente.
    ⁃    Gracias señora.- dije.
Subí los tres pisos del edificio y al llegar al departamento número seis me detuve debido a la gran cantidad de mariposas que sentía dentro de mí. Gire la manija de la puerta y entre despacio. Me dirigí a la habitación de Brooke y ella estaba allí, dormida. Entré sin hacer ruido y me senté junto a la silla que se encontraba junto a su cama. La miré. Contemplé cada una de las pecas de su rostro. Pude notar que tenía la espalda descubierta y aproveché para contar sus lunares y pude notar que si los unías podían formar una constelación. Su respiración era silenciosa. Cogí el pedazo de cobija que descubría su espalda y la tape. Me levante y preferí llamarla más tarde. Al salir de su cuarto escuché la voz de Brooke.
    ⁃    ¿Emma?
Me di la vuelta y camine hacia su habitación. Estaba sentada en su cama, despeinada, con los ojos llorosos y un puchero irresistible.
    ⁃    ¿Resaca? dije bromeando.
    ⁃    No te burles, mi cabeza explotará en cualquier momento.
    ⁃    ¿Recuerdas algo de lo qué pasó ayer en la fiesta? pregunté un poco tímida.
    ⁃    No.- dijo pensativa.
    ⁃    Mira Brooke... Descansa y te veo esta noche en mi casa.
La mire fijamente y mientras tanto mi cara se sonrojaba. Ya no podía verla como aquella niña de trece años con flequillo, arracadas y faldas cortas, solo que no sabía cómo la veía en ese momento. Lo único que quería era agarrarla a besos, acariciarla y quedarme en sus brazos por siempre. Oler su perfume de frutas, uva, naranja y fresa. Sentir su suave piel, su respiración chocar con la mía. No dejarla ir nunca.
    ⁃    Está bien Emma, te llamo más tarde.
Salí de su habitación y corrí hacia la salida del edificio. Me coloqué mis audífonos y reproduje aquella canción que sonaba en ese momento tan bonito que viví. Aquel momento que por más que quería no podía sacar de mi mente.

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